La tormenta siempre llega antes de la calma, esta expresión tautológica tiene tanta validez en nuestra realidad como en el mundo de Shingeki No Kyojin, y es que, en este nuevo episodio pudimos ver una tormenta del tamaño de nueve titanes intentando devorarnos, pasemos entonces al análisis de este nuevo episodio.
Luego de un episodio de mucho drama y suspenso, con unas pocas dosis de estrés, volvimos al anime visceral y bien construido al que nos tenían acostumbrados; el sentimiento de desasosiego, la inevitabilidad de la muerte, y un desarrollo preciso de personajes hace de este nuevo episodio un nuevo estándar para el anime, que de todas formas venía mejorando desde el episodio pasado.
Como recordarán en el episodio anterior Y’mir reveló ante el escuadrón de exploración que era una titan y se lanzó ante la manada de enemigos para destruirlos; pues bien, en este nuevo episodio vimos como se desarrolla la pelea entre los titanes, también tuvimos un adelanto de información que en el futuro será de gran utilidad para el ejército en contra de los titanes.
Ahora bien reducir el episodio a las escenas de combate puede ser poco meritorio para los subidones y bajonazos emocionales que tuvimos, pero, la ejecución de estas, así como el desarrollo paralelo de la serie a través de flashbacks y tomas en planos temporales sincrónicos dieron un efecto más que deseable para un punto de la historia de la serie que es muy difícil de explicar si nos quedaramos solamente con el material original.
El capítulo no peca en saturarnos con información, tampoco con dejarnos con un sentimiento inconcluso, y logra de forma encomiable invitarnos a ver el siguiente episodio, que parece superará nuevamente a su antecesor. Fuera de las cargas dramáticas, los niveles de las peleas que vimos y el desarrollo de personajes, el episodio también tiene una música increíble y momentos de humor, así que ¿Qué más le podemos pedir a un anime? Creo que no demasiado, esperemos que la serie siga evolucionando de la forma en la que lo ha hecho hasta ahora.
