La vida adulta es tal y como la imaginábamos. Mucho por hacer, pero poco tiempo, manos estrechándose por compromiso, y sueños que terminan rindiéndose ante el mejor postor.
Constantemente carece de imaginación, como aquella que nos llevó hasta el centro de la Tierra en una caja de cartón, o la otra, a la que se le ocurrió crear extraterrestres amigables.
El ‘Factor Sorpresa’ ya no es el mismo, como aquél que nos agarró desprevenidos cuando por fin, después de seis años, tuvimos nuestra propia consola. El PlayStation 1, de la mano con ‘Crash Bandicoot’ y ‘WWF Attitude’, cuando Stone Cold, Mankind y DX hacían que todo pareciera más real. Como antecedentes aparecían el NES, GameBoy, Game Gear, pero ya les estaba costando aferrarse a la memoria porque nunca fueron parte de la familia.
Antes de ese gran acontecimiento, nos tocaba ir a la casa de Lucho. Primero por unas partidas de ‘Mario Kart’ y ‘Super Soccer’ en SNES, para luego dar el salto a ‘FIFA 98’ y ‘NBA Shootout’ en PS. Como nos costaba aceptar que teníamos sueño, por eso ideamos un sistema práctico, pero poco efectivo: Mientras uno jugaba y lograba determinado objetivo, el otro dormía, y así sucesivamente.
Nunca voy a olvidar los berrinches de mi primo porque aquél talentoso No. 9 fallaba en el mano a mano. ¿Cuántas agresiones físicas sufrió esa consola? Como si tuviese la culpa, y ni que decir los controles, que tuvieron que aprender a ‘caer con estilo’, diría Buzz Lightyear.
Sí, ahora todo es más tecnológico y por fin pueden adaptar algunas de nuestras historias preferidas a la gran pantalla, pero el contenido nuevo ni siquiera deja los pelos en el alambre. Por ejemplo, las fábulas perdieron el rumbo, al punto de que los sábados por la mañana acuden a terapia.
Muy lejos quedaron aquellas madrugadas para ver ‘Super Campeones’, ‘Los Halcones Galácticos’, ‘Las Tortugas Ninjas’, ‘Looney Tunes’, o las tarde-noches de ‘leche y galletas’ para ‘Batman la Serie Animada’, ‘X-Men’ o el ‘Pato Darkwing’.
Pero no todo es malo. Ahora es mucho más factible comprar una figura de acción/colección, una novela gráfica o un videojuego el día de su estreno. Existen plataformas para que uno escoja lo que quiere ver y no tenga que estar a la merced de la televisión nacional, y finalmente contra todo pronóstico, ser ‘geek’ es ‘cool’, aunque el hecho de que tenga que decirlo lo anule.
Perdón, me desvié un poco del objetivo principal de estas líneas, que es agradecer. Gracias por establecer un balance perfecto entre salir a jugar escondido y quedarse en casa rescatando a la princesa en ‘Mario Bros.’, gracias por la revolución que le plantó cara al bigotón y transformó la industria que tanto amamos, gracias por los ‘Power Rangers’, ‘Dragon Ball’, ‘Los Caballeros del Zodiaco’ y el ‘Rey León’, gracias por ‘Las Tortugas Ninja’ que no consumían esteroides, en fin, gracias por todo y nada, porque este desahogo es tan subjetivo como el resultado de una pelea entre Batman y Superman.
Va a sonar muy contradictorio, pero la vida adulta es mejor de lo que parece, al menos para nosotros, los que la disfrazamos como una segunda infancia (prolongada).
