Es realmente tedioso escuchar la infinita queja de que «este personaje lo ha hecho Juanito y le pertenece a él», «la muchacha tenía el mismo vestido que yo en el evento y me veía feo», o bien, “cómo odio los que creen que el personaje les pertenece”. Estimado público: supérenlo. De verdad. Es cierto, hay personajes que se vuelven icónicos en ciertas personas y pareciera que el personaje les pertenece, eso es un hecho real y similar a como cuando la gente dice «prefiero el Batman de Bale al de Affleck, “el Superman de Reeves que el de Cavill” o “la Wonder Woman de Lynda Carter a la de Gal Gadot”. En general, toda área en donde se interprete un personaje X o Y pasa por la misma tijera, y el cosplay no está exento de ello.
No se trata de justificar con falacias o decir «ni que tuviera los derechos del personaje», porque ese no es el enfoque (nadie los tiene y se sabe de antemano), así que deje de decirlo; el asunto va de la mano no sólo de quién lo ha hecho mejor (dejando una barda qué superar), si no también de quien deja huella por carisma y semblanza del personaje. Esta acción genera al menos dos reacciones:
- Si quiere hacer el mismo personaje que hizo magistralmente el cosplayer X a quien vamos a llamar “Juan”, usted debe al menos igualarlo en calidad, detalle y parecido.
- Si Juan se sacó un “7 en pegue”, usted debe buscar al menos igualar los mismos niveles de semblanza e impacto en el público de Juan, de lo contrario, para el resto de personas el personaje seguirá perteneciendo a Juan.
Puede que más de uno se pregunte “¿por qué pasa esto?”. Simple; a fin de cuentas el cosplay es imitar un personaje, y así como todo cosplayer se compara con el personaje que está interpretando, se comparará también contra su “mayor exponente”; de esta manera, es muy posible que todo sombrerero loco se compare con el de Ariela o Lorena, todo Sub Zero contra el de Juan o el de Alfredo, y todo Batman se mida ante el de Esteban o Roberto. Qué tan buena, mala o sana sea esta práctica está a discreción de cada quien, pero la realidad es que pasa.
Entonces, ¿de quién surge la queja? Definitivamente, no viene de Juan. Sensibilidades aparte, ésta surge de quienes intentan brincar la barda dejada por Juan y no lo logran, pero al mismo tiempo no pueden obviar que Juan existe y esto les resulta incómodo. Su reacción usual es decir “Juan es una diva”, falacia ad hominem y muletilla que si bien es constante en quienes intentan apaciguar sus egos, lamentablemente no pasa de ser una ingenuidad. No aceptar que el personaje es icónico en Juan demuestra una distorsión terrible de su realidad y falta de visión.
Ahora bien, este “privilegio” no le da ningún derecho a Juan de maltratar a alguien, más bien genera indirectamente la responsabilidad de alentar a quienes aman el mismo personaje y que con esfuerzo y buenas intenciones quisieron hacer su representación. Idealmente, el mismo amor y dedicación que tan evidentemente refleja el traje debería proyectarse en quienes sienten el mismo cariño por el mentado personaje.
Personalmente, me gusta mucho cuando mis personajes preferidos son realizados por buenos cosplayers de la mejor manera. No me importa que estos personajes “parecieran pertenecerle” a un cosplayer si éste lo hace bien, empero entiendo que no todos opinan igual, y siempre vamos a toparnos con aquellos que se sienten despreciados por el otro Goku, la otra Sailor Moon, o el otro Naruto.
La pregunta del millón es: ¿Qué puede provocar esos sentimientos negativos? Adicional a lo expuesto anteriormente, podríamos mencionar lo siguiente:
Impacto no logrado
En los eventos se busca impactar, tomar fotos y demás alegrías, pero si un personaje destaca, eso restará preponderancia hacia algunos, pues no es lo mismo tomarse fotos con un cosplayer cuyo trabajo está bien detallado como el de Juan que con uno que no esté al mismo nivel. Si hay tres Gokus, la gente va a preferir tomarle fotos al que “está más bonito”. Me encantaría decir que es solamente percepción, pero es algo que he escuchado en más de una ocasión en los eventos, sobre todo de boca de los niños.
Esto puede ir ligado a un mal manejo de expectativas, pues algunas veces se tiene una expectativa muy alta del impacto de un personaje y en muchas ocasiones no se cumple. En este punto pueden aflorar sentimientos negativos y es caldo de cultivo para celos, envidia y discordia que usualmente no se saben manejar.
Falta de técnica
Algunas personas hacen su mejor esfuerzo en un traje, pero a veces su resultado no es el óptimo pues no tienen el conocimiento suficiente, y en lugar de pedir asesoría o consejo se lanzan al ruedo convencidos de que no hay nada mejor que lo que ellos han hecho. Cuando otros los superan, la realidad les da en la cara y se produce frustración. Esto último no les sucede a las personas que con alegría y corazón noble se lanzan a honrar su personaje libre de ambiciones y con lo mejor de sus posibilidades, consciente de sus limitantes. Usualmente new comers y gente empática.
Éste es un detalle importante, porque la falta de humildad es en muchas ocasiones la que produce sufrimientos innecesarios; si ese tipo de cosplayer buscara ayuda, fuera consciente de sus limitantes y manejara sus expectativas de forma correcta, no estaríamos teniendo esta charla. Eso, si pasara… Pero son contados los casos en los que es así, y resulta más fácil descargar las frustraciones en el otro que ver sobre de sus zapatos.
Mala escogencia de personajes
Esto se produce por desconocimiento, falta de visión o autopercepción, que a su vez se pueden dividir en dos partes:
- Si lo que se busca es destacar, la escogencia de personajes es fundamental inclusive por encima de la técnica. Ejemplo: Si quiero que me reconozcan como el personaje X y no poseo ni elaboro las características de ese personaje, no voy a tener éxito. Como cosplayer, llegar al final de un evento y que nadie sepa quién era o a quién representaba puede generar mucha frustración.
- Personajes abundantes: Si vas a un evento en donde llegan 20 personajes iguales, tu personaje será uno más y lo mismo dará el tuyo que el de zutano o el de mengano, salvo que Juan ande por ahí… y “los supere a todos”.
Intereses ocultos
He notado que ha subido el interés económico de muchos: Si yo vivo de hacer trajes o props y me topo el mismo traje o prop hecho por otra persona, pero mejor elaborado y detallado, descalifico al del frente para no verme mal. A veces ni los cosplayers saben de esas polémicas.
Corazones sangrones
Movidos por sus propias frustraciones, mal manejo de la atención o su incapacidad de destacar, atacan a quienes aprovechan oportunidades, mejoran constantemente, son detallistas dedicados o simplemente tienen éxito, todo esto bajo cualquier excusa (usualmente falaz).
A estas alturas, ¿usted todavía se pregunta si hay personas dueñas de algún personaje? De forma indirecta sí, no son sus dueños, pero hay personas cuyo amor y dedicación a un personaje lograron convertirlos en su máximo representante; William As y su Angemon, Marco con Jiraiya , Ariela y su sombrerero, Cuervo y su Cyrax, Dargas con Juez Dredd o Vader, Felix y Gadget; casi todo cosplayer reconocido en el país tiene algún personaje a quien representa impecablemente, volviéndolo su carta de presentación.
¿Puede alguna otra persona hacer un Angemon, Dredd o Cyrax? La respuesta es un rotundo sí. ¿Le quedará tan bien hecho como a alguno de ellos? Con mucho esfuerzo y estando dispuesto tomarse las molestias necesarias para lograrlo claro, ¡absolutamente! El problema está en ese «mucho esfuerzo» que casi nadie hace, para luego toparse a estos “Juanes” y terminar rezando al Dios de la falta de humildad y las divas para que les envíen plagas a todos estos “dueños del personaje”, en lugar de analizar las variables mencionadas y virtudes de estos cosplayers, exitosos además en múltiples campos. Para mí esto es una realidad factual: póngale atención a quien apela constantemente al argumento “diva”, y notará que usualmente no destaca ni en su trabajo cosplay ni en algún otro ámbito.
Lo irónico del caso es que a los cosplayers no les conviene ser icónicos y que les encierren en uno de sus trajes; solamente los ilusos o los que desconocen podrían pensar de otra manera. Para el cosplayer destacado, adueñarse de un personaje resta en lugar de agregar valor pues le encasilla, y este tipo de cosplayer busca ser ecléctico, desarrollar muchas técnicas, ayudar a otros y caracterizar muchos personajes.
Ahora bien, si usted hace un traje, va y disfruta de un evento con la mejor representación posible del mismo y no le importa ninguna de estas variables que he escrito, siga así: es la mejor perspectiva. Eso sí, a diferencia de lo que a muchos les gusta creer, quejarse mucho de algo es reflejo de interés, de lo contrario no se le prestaría atención siquiera. Manifestar descontento negando interés no solamente es hipócrita, si no también repercute en frustraciones, personas amargadas y poca capacidad reflexiva.
Ahora bien, si este asunto de a quién le pertenece o no un personaje refleja la pérdida del norte en muchos, creer que sacar un cosplay primero les da derecho de peaje es estar peor de desubicado, porque usualmente las primeras versiones tienen mayores errores debido a que se pierden detalles de los personajes, y por ende las caracterizaciones son pobres.
Conclusión
SÍ hay cosplayers que se vuelven sinónimo de uno o más de los personajes que ha representado, pero esto es fruto de un trabajo detallado, una escogencia reflexiva del personaje y con un excelente manejo de expectativas. Lo común es que los buenos cosplayers no tengan interés en adueñarse de los personajes, ya que esto les estereotipa. Las críticas en este sentido vienen de perspectivas limitadas, falta de conocimiento y personas frustradas que destruyen en vez de construir, resarcidos con la crítica desmedida y vacía, y por tanto no deberían tener mayor relevancia para quienes procuran subir cada vez más las bardas y seguir destacando por su buen trabajo; éste siempre va a hablar por sí mismo y por ellos más fuerte que cualquier cosa que puedan decir o escribir.
¿Quiere usted también ser sinónimo del personaje que ama? Quéjese menos, trabaje más, pida ayuda y prepárese para saltar las bardas más altas, solamente así va a lograrlo.