Análisis – Mr. Run and Jump (Nintendo Switch)

Mr. Run and Jump viene a ser un remake de la versión de Atari 2600 (que nunca existió), aquí tendremos muchos recuerdos de juegos como Geometry Dash, Celeste e incluso el complejo Super Meat Boy. Este título es difícil y no perdona. Los primeros niveles no son tan duros dado que funcionan como tutoriales, pero al entrar más en el juego vamos viendo que no la vamos a tener tan fácil.

Me gusta que tendremos muchas posibilidades a la hora de movernos de una plataforma a otra, o de una pared a otra, ya que el juego nos dota de gran cantidad de opciones para saltar o sostenernos en los obstáculos de cada nivel. Ciertos niveles parecían imposibles de completar a primera vista, pero con paciencia y aprendiendo de los errores logré superarlos. Fue un camino duro y al mismo tiempo reconfortante, sobretodo al llegar al final y poder decir »uff, por poquito».

Es fácil en algunos momentos sentir que puede tornarse imposible superar algunas de las secciones de las pantallas, aquellas más molestas las recuerdo especialmente cuando un -desgraciado- agujero negro siempre en movimiento me perseguía sin darme mucho espacio para el error. Desde la honestidad, estas fueron las partes donde más estuve al límite de la paciencia, pero fue bueno ver que el resto en su gran mayoría pude pasarlas con una dosis de habilidad y pericia.

Muchas veces un ojo mágico (NPC) venía y me decía prácticamente todo lo necesario para completar un objetivo, haciendo sencillo el proceso de completar un nivel. Eso sí, aún así los reflejos y el memorizar cada detalle en el escenario es vital para lograr avanzar. Mr. Run and Jump es capaz de notar que algo nos está costando, siendo que al morir mucho en alguna sección, el juego me ofrecía un punto de control opcional. Además, si moría mucho en una parte específica del nivel, el juego me daba un impulso de invulnerabilidad para esa parte en particular, lo que me permitía evitar obstáculos y elementos que me harían daño, pero el precio a pagar por esta ayuda sería el no poder recoger las monedas dispersas en dicha sección.

Sé que muchos pondrán quejas en relación al tema de las ayudas, pero Mr. Run and Jump no hace obligatorio a usarlas. Es simplemente la forma del juego de asegurarse de que cualquiera pueda experimentar sus niveles sin importar su nivel de habilidad. Las opciones de accesibilidad nunca son algo malo, y es algo que siempre agradecerán todos los que quieran disfrutar la experiencia sin ser tan habilidosos.

Aunque la mayoría de los juegos recientes de Atari siguen una tendencia de estilo artístico retro-futurista con mucho neón, debo admitir que la presentación de Mr. Run and Jump no se siente como la grancosa, sobre todo si vengo de ver a mi hijo jugar Geometry Dash todos los días. Aunque no es malo, siento que este enfoque visual se ha vuelto algo repetitivo. Los niveles tienden a parecerse demasiado, variando solo en la paleta de colores utilizada para cada mundo en particular. Lo mismo ocurre con la banda sonora, que aunque no es mala, tiende a ser promedio y monótona.

Sin embargo, lo que realmente destaca en Mr. Run and Jump es su habilidad para sobresalir en medio de la multitud de plataformas desafiantes basadas en la precisión que abundan en la escena independiente actual. Los niveles están bien diseñados, aunque ciertamente pueden resultar desesperantes. Lo que es más importante, el juego ofrece opciones de accesibilidad que facilitan la experiencia para aquellos que son nuevos en el género. La intención del juego es desafiarte, pero sin llegar a la frustración total. Si estás a punto de perder la paciencia, siempre te brinda un impulso adicional para que puedas superar esa sección. Esta consideración merece un elogio.

En resumen, aunque Mr. Run and Jump puede no ser visualmente emocionante como otros títulos, es uno de mis favoritos lanzados por Atari en tiempos recientes.