El siguiente review es libre de spoilers, pero si prefieren no saber absolutamente nada es momento de detenerse.
The Last Jedi, es tal vez la mejor película de Star Wars en los últimos 20 años, sí al nivel de Rogue One, definitivamente mejor que su antecesora, The Force Awakens y que todas las precuelas, pero la forma en que logra esto es tan arriesgada que puede alienar a muchos. Los cuales posiblemente encuentren equivocada cada palabra de la oración anterior.
Luke Skywalker lo resume bien cuando le dice a Rey que las cosas no van a pasar de la forma en que ella espera. Nada de lo que sucede en The Last Jedi es esperable y ese es el mayor triunfo del filme, pero al mismo tiempo es su mayor problema, pues las decisiones tomadas en algunos casos se sienten muy peligrosas de cara al futuro de la franquicia.
Si les preocupaba que esto fuera Empire Strikes Back 2, pueden estar tranquilos. The Last Jedi es su propio nuevo sabor de Star Wars, uno que incluye mucho de lo que amamos y esperabamos, mucho que no sabíamos que queríamos en este universo, y sí algunas cosas que tal vez no queríamos del todo. Es increíble que tanto suceda en las 2 horas y 33 minutos que dura el filme, da tiempo para sentirse como un niño, para sentirse emocionado, decepcionado, triste, confundido, engañado y sorprendido. De hecho, son tantas las emociones que lo más probable es que al público le cueste procesar la película incluso varias horas después de haberla visto.
Personalmente, nunca se me ha complicado tanto escribir una reseña de una película como con The Last Jedi. Star Wars es especial para mí, como estoy seguro que lo es para millones de personas, es un sentimiento difícil de explicar que tiene mucho que ver con la infancia, con los sables laser que mi mamá decía que eran palos de escoba y esas maratones interminables en que veía la trilogía original una y otra vez junto con mis primos.
Su antecesora, The Force Awakens pecó de ser demasiado similar a A New Hope y dejó mucha gente insatisfecha sobre la dirección que Disney decidió darle a la franquicia. Sin embargo, sin importar lo que piensen de ella, es imposible negar que logró el objetivo para la cual fue creada. Reactivar el interés en la saga y unir el viejo Star Wars con una nueva historia y nuevos personajes que nos importaran. La película además introdujo exitosamente interrogantes suficientemente interesantes para habernos tenido hablando de ella por dos años y haberle dado de comer a cientos de youtubers con teorías cada vez más descabelladas.
Esto le puso a The Last Jedi un gran peso y mucho que demostrar para los fans más acérrimos. Pero esta película decidió de alguna manera obviar todo esto y salirse con la suya. El episodio 8, aún con varias escenas que sobran, aún con la forma extraña con que decidió resolver las preguntas con más preguntas, es una gran película de ciencia ficción, que desgraciadamente tampoco va a satisfacer a todo el mundo, porque no logra esto siguiendo un camino recto y seguro. Sí, es nuevamente un viaje del héroe, pero al mismo tiempo es mucho más que eso.
Tal vez lo más interesante de The Last Jedi es como esta película se parece a la vida misma, en cuanto a que las cosas no siempre salen como las planeamos. Y como hace esto con un guion pensado para engañarnos continuamente, como un juego donde el director va un paso adelante nuestro poniendo minas en el camino. Cuando creemos que la película cometió un error, nos demuestra más adelante que todo era parte de un plan, nada sucede por azar y las decisiones de los protagonistas por fin tienen peso.
Las cosas no siempre salen bien esta vez, pero tampoco siempre salen mal. Y es que también es un asunto relevante en la película el tema de desplazar lo viejo para darle paso a lo nuevo. Algo así como humanizar las leyendas de antaño, Luke y Han siempre van a ser recordados como héroes, pero ambos fallaron. El fracaso un gran maestro es, la antorcha pasa a las nuevas generaciones. Y es que el episodio 8 es una especie de juego de tronos espacial, con una pizca de Breaking Bad y un poco de comedia prestada del universo de Marvel, sin perder la esencia de lo que hace a Star Wars, Star Wars.
Porque sí, a pesar de ser una película triste y cruda en muchas ocasiones, tiene una gran dosis de comedia que probablemente no pondrá felices a todos. Desde mi punto de vista esta funciona e incluso cumple una función dentro del guión que no puedo ahondar sin cometer spoilers.
Por otro lado, la película es lejos de ser perfecta, es demasiado larga, se pierde en ocasiones e incluso corta el ritmo en arcos que no dan los dividendos emocionales necesarios, al ser simplemente aburridos o incluso tontos. En otras palabras, que sobran y que creo que hubiéramos tenido una mejor película sin los mismos. Eso sí, Star Wars está lleno de momentos así, que lo digan los Ewoks y los Gungans.
Entrando en detalles, las actuaciones son sublimes, Mark Hamill hace fácilmente el mejor papel de su carrera en el cine, al interpretar a un Luke Skywalker desconocido, roto por el pasado y por sus propios fallos. Tal vez no sea material de un premio Oscar, pero a pesar que su papel es prominente, uno queda deseando verlo más, ser más Luke, no hay un segundo con Mark en pantalla que sea un desperdicio. Esta es su película tanto, como The Force Awakens fue la de Han. Su arco y su historia es una tragedia tanto como un poema.
Sin embargo, nuestra amada princesa no se queda nada atrás, Carrie Fisher es espectacular, la líder de la resistencia y de nuestros corazones, los cuales no les queda más que romperse en mil pedazos ante su actuación final como Leia y saber que este es el fin. Una lástima porque daba para lo que ella hubiese querido. Te amaremos por siempre.
A Rey y a Kylo los voy a comentar al mismo tiempo, porque en The Last Jedi son una especie de espejo roto y porque ambos son el presente y el futuro de esta franquicia. Los dos tienen un arco similar, porque comparten un viaje paralelo entre dos caminos, algo inesperado y manejado de forma muy inteligente en el guion, ambos crecen y van a lugares donde no esperábamos verlos. Kylo eso sí, a pesar de que es mucho mejor personaje que en la película anterior, sigue sin controlar su temperamento, aunque al menos por fin encuentra la claridad que estaba buscando.
Rey por su lado sigue en su búsqueda personal de encontrar quienes son sus padres, para encontrarse a sí misma, mientras aprende sobre los caminos de la fuerza. Sobre si lo logra, solo diré que vean la película, y que más interrogantes van a ser creadas, lo mismo se puede decir sobre Kylo y su relación con el líder supremo Snoke. En fin, que Daisy Ridley y sobre todo Adam Driver son lo mejor de lo mejor de la película.
A Finn y a Rose, igual los voy a tratar juntos, pues comparten arco, pero no comparten evolución. A decir verdad, es un poco injusto con Rose pues la conocemos en esta película, pero el no hacerlo no hubiera cambiado nada. Finn por su parte sigue aprendiendo sobre qué es ser un rebelde y sí tiene su crecimiento, el problema es que toda su misión en Canto Bight es en general algo que muchos hubiéramos preferido no estar viendo y que incluso te saca del universo de Star Wars. Las aventuras de Rose, Finn, BB8 y por un pequeño lapso, DJ, hubieran quedado mejor en un capítulo de relleno de Star Wars Rebels, que el relleno que resultaron ser para The Last Jedi.
Finalmente, el arco de Poe Dameron es por fin relevante e interesante, de hecho es posible que sea el personaje que más aprendió en esta película y que más crecimiento tiene. Le ayuda mucho el personaje Laura Dern, la Vicealmirante Amilyn Holdo que resulta ser más de lo que parece.
En cuando aspectos puramente técnicos, el filme se saca un 99, no un 100 por una secuencia un tanto extraña en el espacio que te saca un poco de la película. La fotografía, la edición, la música (que vamos a decir de John Williams a estas alturas) y la dirección de arte son de lo mejor de la saga. Hay por ejemplo una secuencia donde Rey siente “La fuerza” que es sublime y aspectos como el salón del trono de Snoke o un planeta de sal y el manejo de colores que muestran una atención al detalle excepcional.
A pesar de todo esto, The Last Jedi no es la película de Star Wars que queríamos, tampoco es la que merecemos, y no estoy seguro si es la que necesitábamos. Los sacrificios que decide tomar con tal de lograr emoción en la audiencia, dejan dudas sobre los siguientes pasos y el futuro de este universo. En varios sentidos se siente como el cierre de la trilogía al darle muerte a lo viejo para darle espacio a lo nuevo, el problema es que apenas vamos pasada la mitad. No me malinterpreten, es una gran película por sí sola incluso de lo mejor que hemos visto en esta franquicia, pero genera interrogantes sobre que va a hacer J. J. Abrams con el complejo legado que le heredó Rian Johnson.
No obstante, el sentimiento que transmite el final de la película se mezcla con el sentimiento general sobre el futuro de este universo, muchas dudas sí, pero a la vez una inquebrantable esperanza en el futuro. Después de todo la fuerza acompaña a esta franquicia.