Dave Bautista trata de nauseabundo a Disney por despedir a James Gunn, afirma que hará lo que esté contractualmente obligado a hacer

Los conflictos entre Disney y el elenco de Guardians of the Galaxy continúan, luego de que la empresa despidiera al director de los primeros dos volúmenes fílmicos de esta trama, James Gunn, por antiguos tweets pedofílicos y transfóbicos emitidos hace alrededor de 10 años. El resurgimiento de los mensajes, por los cuales Gunn ya se había disculpado anteriormente, se dio gracias a grupos políticos de extrema derecha que se enojaron con el cineasta por su público rechazo al regimen gubernamental de Donald Trump.

Pues luego de un momento de especulación en el que se creyó que Disney daría el brazo a torcer, todo apunta a que Gunn no tiene esperanza de ser recontratado. Por eso, Dave Bautista (al actor que interpreta a Drax en los filmes) ha publicado un tweet de repudio total a la decisión y a la empresa para la cual trabaja. Al ser consultado por un fan sobre si intentaría renunciar al tercer volumen de la saga de los guardianes, el hombre contestó que hará lo que tenga que hacer por ley, aunque lo considere nauseabundo.

I will do what Im legally obligated to do but @Guardians without @JamesGunn is not what I signed up for. GOTG w/o @JamesGunn just isn’t GOTG. Its also pretty nauseating to work for someone who’d empower a smear campaign by fascists #cybernazis . That’s just how I feel https://t.co/Ym4FwruVDu

— Dave Bautista (@DaveBautista) August 5, 2018

Traducción: Haré lo que esté legalmente obligado a hacer, pero @Guardians sin @JamesGunn no es para lo que yo firmé. GOTG sin @JamesGunn simplemente no es GOTG. También es bastante nauseabundo trabajar para alguien que le dé poder a una campaña de desacreditación [iniciada] por fascistas #cibernazis. Así es simplemente como me siento.

El despido ha desatado la polémica en Hollywood. Dave Bautista se ha manifestado pública y fuertemente en contra de la decisión de Disney desde el inicio, con el resto del elenco mostrando su apoyo de manera individual o a través de citas bíblicas de perdón y redención. Además, la semana anterior todos los actores y actrices principales de Guardians of the Galaxy emitieron un comunicado, donde aseguraban estar con Gunn en todo esto y le pedían a Disney recontratarlo.

Además, el veterano intérprete Kurt Russell, quien fue Ego en Guardians of the Galaxy, vol 2. también se ha mostrado a favor de Gunn. La actriz Selma Blair (Hellboy, Cruel Intentions, The Sweetest Thing) ha llegado al punto de eliminar su cuenta de Twitter para mostrar el apoyo al cineasta, y otros directores de Disney, como Rian Johnson, han borrado decenas de miles de mensajes de sus perfiles para evitar malentendidos futuros. Uno de los intérpretes de Pena y Pánico, los personajes de Hércules, también le indicó a Disney que exigiría que se eliminara su voz de una atracción en desarrollo para sus parques temáticos debido a este despido.

Sin duda se trata de un asunto bastante complejo. La buena relación entre el elenco de un filme y su director es fundamental para el correcto desempeño de una película, en especial una llena de comedia y emotividad como Guardians of the Galaxy. Sin embargo, todo apunta a que, aunque los actores de esta trilogía en particular estén obligados contractualmente a filmar una tercera entrega, lo harán de muy mala gana. Esto puede afectar el período de mercadeo del filme, en donde los actores normalmente hacen giras mundiales para promover la película. Además se pondría en tela de duda el rumbo que tomaría el futuro del MCU, pues es poco probable que se firmen renovaciones de contrato bajo estas condiciones.

De modo que se mantiene la gran pregunta… ¿De verdad fue buena idea despedir a Gunn por una serie de chistes, que efectivamente son asquerosos e inapropiados, pero que sucedieron hace una década, por los cuales ya se había disculpado y lo hizo de nuevo y que además no dan ninguna prueba de que el hombre efectivamente incurriera en esas conductas de las que hace mofa? Algunos piensan que sí y otros que no. El asunto está en quiénes comprarán entradas para la película y quiénes se abstendrán de verla en el cine.