Para empezar, es necesario remontarse un poco al pasado, el Super Nintendo Entertainment System o como le decimos de cariño el Super Nintendo vio la luz allá por el año de 1991 y nos introdujo a la era de los 16 bits, vendió una cantidad avasalladora de más de 49 millones de consolas a nivel mundial teniendo como estandarte a Super Mario World el cual vendió más de 20 millones de unidades.
En otras palabras, tomando en cuenta el trasfondo de la época, el Super Nintendo allá en la época de los noventas fue el ¡BOOM! pero… ¿Qué la hace ser la mejor consola de todos los tiempos?
Pensemos que para aquellos años los gráficos eran revolucionarios, pero jamás están a la altura de una consola actual, tampoco había música orquestal ya que la misma consola no permitía un sonido realista. ¿Entonces?
El Super Nintendo era y es la esencia fundamental de la gran N, juegos enfocados en la diversión. Podrán pasar años que Super Mario seguirá siendo divertido, juegos como Zelda, Metroid, TMNT, F-Zero, etc, no envejecen. No necesitan gráficos de punta para sumergirnos en nuevos mundos, o 60fps para ponernos al volante de carreras a toda velocidad, tampoco había conexión en linea pero sin embargo nunca nos sentimos desconectados.
Preguntemos esto, ¿Cuántas personas nunca han jugado con un Super Nintendo, ¿quién no sabe del plomero italiano que busca salvar a la princesa, o Donkey Kong? Nintendo nos dio con el SNES la joya en bruto dedicada 100% a los usuarios, a los deseos de cada niño que ponía su mano sobre un control.
Generaciones tras generaciones parecen olvidar el paso de los años cuando están junto a un Super Nintendo, el tiempo se detiene y entramos a una cápsula mágica, a un nuevo mundo detrás del control, las edades desaparecen y todos volvemos a ser niños intentando salvar a la princesa o derrotar al mal.
La única consola que siempre será una máquina del tiempo sin importar género, edad, gustos, raza o culto será el SNES, por eso digo: ¡Todos saluden al rey!
