El Domingo 26 de Agosto, la Sala Garbo realizó una Maratón de The Rebuild of Evangelion. Para todos los amantes de esta historia, era un sueño cumplido pensar que podríamos ver Evangelion por primera vez en la pantalla grande. Lo que les voy a contar a continuación es un poco de lo que viví este día; no una reseña de las películas Rebuild de Evangelion (ese artículo lo escribiré después).

Evangelion en la Sala Garbo 

Este domingo, la Sala Garbo estaba rodeada por una fila de personas ansiosas por ver Evangelion por primera vez en la gran pantalla. Yo era una de ellas.

Después de caminar todo San José para llegar, logré entrar a la sala. Aunque había llegado muy temprano ya había personas dentro. Entré, elegí mi campo, reservé un espacio y comencé a esperar.

Al lado de mi asiento vacío se sentó un muchacho, me preguntó si las películas eran en japonés y me enseñó que había traído un naipe de cartas de Evangelion. Los dibujos eran Fan Arts pero estaban chivas. Me pareció tierno.

En eso me percaté que justo al frente mío estaba este chico que parecía de unos 12 años. Estaba solo. Verlo me recordó a mí misma a esa edad. También recordé la primera vez que vi Evangelion a mis 13 años.

Durante un momento me puse a pensar en esa época y cómo me sentí la primera vez que escuché Cruel Angel Thesis y vi el opening. Recordé lo sugestivo y maravilloso que me parecía todo y cómo este primer encuentro con Evangelion me hizo sentir.

Yo a mis 13 años no podía creer la historia que me estaban contando. Sentía como si estuviera viendo algo incomprensible para los ojos de muchos pero no para los míos. Recordé que en esa época me sentía muy sola con mis gustos. No tenía con quién hablar de Evangelion ni compartir cómo era lo mejor que había visto en mi vida.

Al pensar esto, volví a ver a mi alrededor y vi una sala llena de personas que no conocía, pero que tenían historias como la mía y hoy estaban ahí, ansiosos por ver conmigo Eva en la gran pantalla.

La música invadía la sala mientras todos esperábamos que las funciones comenzaran. A mi alrededor todo eran conversaciones paralelas con opiniones de las películas que estábamos a punto de ver.

Shhh…  Ya va a empezar.

Se bajan las luces y vemos en la pantalla la emblemática estrella giratoria de StarChild.

De pronto ahí estaban, de nuevo frente a mis ojos: Shinji, Misato, Rei, todos.

¡Cuánto los extrañé!

Vimos las películas, reímos juntos, muchos nos sorprendimos al verlas por primera vez. Al final de cada una de ellas comentamos lo que pensábamos y esperamos ansiosos la siguiente.

Para mí, la magia de ir al cine está en compartir un momento y lo que sentimos al estar ahí. Ir con alguien, salir de la película y hablar de ella. Sentir una sala llena de personas que reaccionan al unísono.

Por eso decidí contarles un poquito de mi experiencia y lo que esa sala llena de personas me hizo sentir y pensar (me pareció más interesante que escribir acerca de lo linda que es la Sala Garbo y lo bien que sabían las palomitas).

Y bueno, el Maratón de Evangelion fue un llenazo. Hasta hubo gente que se quedó sin entrada. ¡Un éxito total!

Para dicha de todos nosotros los chicos de la Sala Garbo van a seguir haciendo este tipo de maratones de animación japonesa (series y películas). Lo que ellos me comentaban es que en Costa Rica no hay muchas oportunidades de ver animé en el cine, así que ellos decidieron comenzar a cumplir ese rol.

De modo que gracias Sala Garbo, Yoshua Oviedo y todos los demás organizadores. ¡Nos vemos en la próxima maratón!

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