La más reciente producción de Netflix bajo la dirección del surcoreano Bong Joon-ho ha desatado desde su presentación, una serie de críticas en el ala más conservadora del cine debido a diversas situaciones, entre ellas, su nominación al Festival de Cannes. Sin embargo, a estas alturas, más allá de tratar de responder porqué la industria del cine ha fijado parámetros tan rídiculos a la hora de premiar en Cannes, es importante entender esta señal como una amenaza clara, Netflix ya no es vista como un simple espacio alternativo de creación de contenido, la industria del cine, al fin ve su «monopolio» en jaque con una producción de altísimo nivel que nos trae el arriesgado trabajo de Joon-ho.

Cuando hablamos de Okja, hablamos de una experiencia narrativa holística, es decir, encasillar a la película dentro de un género del cine podríamos encontrar sendos problemas para determinarla. Ante todo,la película nos cuenta una relación construída entre Okja una supercerda creada para satisfacer las necesidades alimenticias de la humanidad y Mija la nieta de un granjero al que ha sido encargado de criar la cerda para participar en un concurso.

La relación entre ambas se construye de forma tal que podés sentirte identificado con las reacciones y posiciones de la niña, ¿Quién en algún momento no estuvo en contra de que sacrificaran a su mascota aunque fuera lo mejor para ella? ¿Quién no estuvo en contra de que regalaran a esos perritos pequeños que tanto esfuerzo les costó tener? La relación se construye de forma hermosa durante el primer y segundo cuarto de película, y al momento de detonar el conflicto, sentís el sufrimiento de Okja y la impotencia de Mija de forma muy real.

Las actuaciones son buenas y muy buenas, destacan Ahn Seo-hyun como Mija, Paul Dano  como JayJake Gyllenhaal como Johnny Wilcox. Los personajes son tan variados como personalidades podemos encontrar en el mundo; tienen momentos de tensión, ternura y hasta de sarcasmo forzado, utilizado para criticar a los estereotipos que representan. Quise dejar de último el trabajo de Tilda Swinton quien, en mi opinión lo hace bien, más no destaca tanto como los anteriormente mencionados, en ocasiones sentirás la locura de su personaje forzada, en otras entenderás con naturalidad lo que hace y dice, sin más.

Fuera de todo lo bueno la película tiene sus defectos, la música es poco memorable y en ocasiones la sentís desatinada y en el segundo acto de la misma encontrarás algunos puntos flojos o aburridos, sobre todo en una escena en Corea, que no voy a comentar por respeto de las personas que no le gustan los spoilers.

No podía cerrar esta reseña sin alabar la fotografía y el montaje de la película, hay escenas que parecen sacadas de un cuento de hadas y cuando te das cuenta que son locaciones querés inmediatamente conocer ese lugar en la vida real. Okja es de esas películas que hacen que uno quiera renovar su suscripción a Netflix, también es una de esas películas que tiene varios mensajes y subtramas políticas modernas en un claro llamado a hacer conciencia sobre el maltrato animal, el poder de las cooporaciones e incluso el concepto de la propiedad privada. Okja es una película poderosa, difícil de digerir en algunos momentos, ligera en otras y que te pondrá a pensar mucho sobre nuestra relación con los animales con los que compartimos el mundo, imperdible.

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