Análisis | Raji: An Ancient Epic

Raji puede considerarse como una carta de amor para el hinduismo y nos regala una bocanada de aire fresco en un mar de juegos inspirados por los mitos nórdicos, celtas y griegos.

El aspecto más sobresaliente de este juego es la atención al detalle de sus escenarios y el cuidado que se puso en el apartado visual de los mismos, el estilo puede considerarse simple pero aún así tiene un diseño único y hermoso que evoca toda la magia y el misticismo que siempre giran en torno a la India.

Las cinemáticas son otro detalle memorable, poco a poco nos van contando la historia de los protagonistas mientras simulan un teatro de sombras, la estilización de las figuras está llena de pequeños detalles los cuales nos facilitan emprender este viaje de descubrimientos y se nota la fuerte influencia de los elaborados decorados de la India.

Su cámara alejada, permite contemplar los hermosos paisajes y lo intrincado de los niveles, y al mismo tiempo, hace que estos se conviertan en los verdaderos protagonistas del juego mientras que nos facilita navegarlos. Otro aspecto interesante y muy agradable, es el manejo de las escalas y la sensación de inmensidad, detalle aprovechados para presentarnos jefes imponentes que nos recuerdan que no somos más que una humana común y corriente luchando contra deidades y demonios.

En cuanto a jugabilidad, Raji es un juego simple pero entretenido de manipular, recorrer los niveles se siente natural, el juego toma prestadas algunas mecánicas que van a recordarnos a the Prince of Persia, pero sin alcanzar el mismo nivel de detalle, adicionalmente, se nos dará algo de libertad para explorarlos con el fin de encontrar cada uno de los orbes para mejorar a nuestro personaje, y en ocasiones nos perderemos en una que otra área hasta asegurarnos de recolectarlo todo.

El juego se enfoca en la acción y cuenta con un sistema bastante común de ataques rápidos combinados con ataques más lentos pero de mayor poder, además uno que otro ataque de rango, es bastante acrobático y nos obliga a mantenernos en constante movimiento. Nuestro personaje además podrá ir sumando armas a su arsenal, cada una con un estilo distinto que podrá combinarse con otras habilidades otorgadas por los dioses, estas habilidades a su vez podrán ser mejoradas con cada orbe recolectado. Un elemento que se agradece es la posibilidad de resetear los puntos asignados en cualquier momento para ir afinando nuestro estilo de combate sin preocuparnos por algún tipo de penalización.

Un detalle secundario, pero en donde el juego se luce, es en la gran cantidad de información cultural enocntrada entre las decoraciones de los escenarios, esta nos irá develando un poco más los fascinantes personajes de la cultura Hindú. Otro extra aparecerá en forma de pequeños puzzles que nos darán un momento de descanso al cambiarnos el ritmo de juego y nos regalan pequeños fragmentos del pasado de la protagonista útiles para entender por qué está decidida a terminar su viaje.

Por otro lado, este énfasis en el aspecto religioso y el desarrollo del mundo como contexto hacen que el juego se enfoque mucho en la parte cultural y provoca que la fuerza y el potencial del personaje principal se vean un poco opacados, poco desarrollados o algo simple en comparación, y esto lo menciono porque a mi parecer Raji tiene todo el potencial para estar a la altura de otros personajes femeninos fuertes en el mundo de los videojuegos, pero no llegamos a conocerla tanto como para dotarla de una personalidad memorable o para conectarnos con ella de forma más significativa.

Algo similar pasa con el diseño de los enemigos, a pesar de que se comportan muy distinto uno del otro y nos presentan un buen reto, a nivel de diseño y visualmente se ven muy similares uno del otro, por lo que llegan a sentirse como enemigos genéricos poco memorables, los jefes de cada nivel tienen los diseños más llamativos pero la dificultad no es alta y normalmente se vencen fácilmente repitiendo una serie de patrones los cuales no van a exigirnos demasiado.

Como conclusión Raji es un juego hecho con mucho amor y con la clara intención de posicionar la cultura Hindú en el mundo de los videojuegos con un producto interesante, y gracias a su frescura lo logra, el juego es estéticamente agradable, entretenido pero algo corto. Como juego de presentación está muy bien logrado y a pesar de hacer las cosas muy bien en cuanto a mecánicas, no presenta nada nuevo o al menos nada mejor, aún así logra asentar un mundo muy interesante y con un enorme potencial, potencial que también tiene Raji como personaje principal. De mi parte espero que este no sea el único juego de esta franquicia y más bien sea el preámbulo para un nuevo título con una trama más detallada, un personaje mucho más desarrollado y diseños de enemigos más interesantes.