Quiero iniciar esta reseña con algo que parece no tiene nada que ver con el cine, pero que al final tiene que ver todo con la experiencia que viví en la sala al ver Dunkirk, la nueva producción de Christopher Nolan. Estaba esperando el autobús que regularmente tomo para ir al cine a ver la película cuando, de repente, un tipo me abordó con una pistola, su mirada perdida, su evidente nerviosísimo al pedirme el celular y sus gestos torpes contrastaban con mi serenidad al entregarle mi aparato en el momento -inoportuno- en el que me estaba abordando, no exagero, tenía paz, una calma extraña que yo le achaco a la adrenalina, algo con lo que Dunkirk juega todo el tiempo.

Dunkirk es una película muy diferente a todo lo que puedan imaginar, es una historia de guerra, sin guerra, una oda a los caídos de una de las peores derrotas que sufrieron los aliados en la Segunda Guerra Mundial. La película inicia con una toma abierta que nos transporta a una ciudad tranquila, que claramente no tiene nada que ver con lo que nos espera en el resto de la película; los cambios en las tomas y los planos, los ángulos de cámara y la trayectoria dibujada por cada escena resaltan el trabajo increíble de un guión que tiene muy pocas palabras, porque lo audiovisual (al igual que en The Revenant) es lo que predomina en el filme, ése es el verdadero protagonista.

Los personajes poco importan en realidad, hablamos de una guerra, de un bando que está sufriendo, no sólo una derrota militar, sino también moral. El enemigo en toda la película es invisible, pero no hace falta que lo veamos para entender contra y porqué se pelea, las libertades que se toma la cinta al respecto son refrescantes, en un sentido de espectador, probablemente la Segunda Guerra Mundial sea el evento con más documentación que tenemos de la historia reciente de la humanidad, por eso, tiene sentido que dejemos pasar detalles como ver a Hitler  o a Churchill (este último con costos tiene mención en la película).

La historia de la película, es, como dije anteriormente: una derrota, la derrota de los aliados en una playa francesa, un evento que fue tan fantástico como funesto. Esta se cuenta en tres planos (aclaro, la película no se apega a los hechos históricos, pero los toma como fuente de inspiración) no secuenciales que suceden en períodos disimiles: un día, una semana y una hora. Todos ellos se congenian de forma magistral alrededor del tercer acto y concluyen de forma tan impresionante como eficaz.

Es importante destacar que la mejor experiencia de esta película es una sala IMAX, ya que al verla en una sala normal no pude apreciar todos los detalles de la película de 70 milímetros, aún así, es gratificante ver como la técnica y tecnología empleadas, aún en las condiciones menos óptimas, resultan satisfactorias. Espero pronto volver a verla en la experiencia correcta para aprovechar todos los recursos del rodaje.

Aunado a lo anterior, hay varios mensajes de la película que quiero rescatar. El primero de ellos es, que si sos fan de Nolan, probablemente te parezca una película extraña (sobre todo si seguís su obra reciente y no tanto su inicio en el mundo del cine), es distinto a todo lo que ha hecho y eso se agradece muchísimo; el segundo de ellos es que la película propiamente, da a entender una derrota moral como una oportunidad de crecer, y esto no es tarea fácil, mucho menos llevarla al cine, pero hay un personaje que se sobrepone ante todo y rescata su humanidad para darnos a entender que, hacer lo correcto, no es una opción, es un deber y mucho más en tiempos de guerra, es la esperanza que se antepone ante la adversidad; el tercer y último mensaje es sobre la conflictividad emocional (o síndromes post-traumáticos) la película los aborda de manera eficaz, sin heroísmo, sin edulcorante y de forma honesta, no sólo existen los héroes de guerra, también existen las personas normales que pelean por lo que creen justo pero que harían cualquier cosa para sobrevivir.

Para finalizar, he de decir, que luego de una evidente tristeza por la pérdida de mi teléfono, encontré en el personaje que les mencioné en el párrafo anterior, una respuesta a mi situación; encontré no sólo que siempre está más oscuro antes del amanecer, sino que, también, cuando más se necesita hacer el bien, es cuando se está más a ciegas, que cuando todo en el mundo parece no ir hacia ningún lado, hay que tener claro que el bien común es la prioridad; que no importan las circunstancias, no importa si acabás de ser asaltado (como yo), siempre, lo único que realmente importa es hacer el bien, aunque la vida misma se te vaya, aunque el juicio falle, o aunque te roben un celular.

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