Esta reseña no contiene spoilers
Alguna vez, aunque sea de paso y por un segundo, todos nos hemos preguntado qué se sentiría ser diferente, qué tanto cambiaría mi vida si fuera un genio, si pudiera leer la mente de los demás, si pudiera saltar edificios de un solo salto; pero también, nos hemos preguntado qué se siente ser diferente por condiciones no tan favorables, por ejemplo ¿cómo se percibe el mundo sin ver, sin oír, sin hablar?
El autismo es vivir dentro de uno mismo, es una condición que se padece con más frecuencia de la que se cree y se maneja en un espectro tan amplio que perfectamente algún lector puede no saber que la padece mientras lee esta reseña. Traigo esto a colación porque muchos de los súper héroes que admiramos provienen de ideas como esta, Daredevil es ciego y su condición le permite rebasar límites inalcanzables para las personas normales, los X Men tienen condiciones genéticas hiperbólicas e inclusive Superman es un niño –hasta donde él conoce- terrestre que de repente puede escuchar todo, ver todo, sentir todo y hacerlo TODO, y a partir de ahí tiene que vivir siendo diferente y busca con absolutamente todo su ser encajar como uno más entre nosotros; ese «ser diferente» es precisamente el corazón de esta película, no es una película basada en un comic, pero si se les dijera que es, después de verla, me lo creerían.
El Contador (The Accountant) es un filme que una vez terminado te deja un muy buen sabor de boca, lo interesante es saber ¿por qué?, es decir la imagen que retrata del autismo es bastante fiel a la realidad, logra dar con una forma seria y realista de entender completamente al personaje, para después dar un giro de 360 grados y llevarnos de como un niño con autismo y criado en un ambiente militar severo pasa a ser una mezcla entre Rain Man y Jason Bourne ¿suena disparatado? Pues todavía no termino, porque sumado a eso se tiene que decir que hay, además, una historia paralela en la cual se chantajea a una agente del tesoro para realizar un trabajo bajo peso de cárcel.
Bien, esa es la sinopsis de la película, ahora nos queda adentrarnos un poco en la razón de ese “buen sabor de boca”. Primero, Ben Affleck (Christian Wolff) hace un papel excelente, los que no le veíamos pasta actoral tendremos que decir que –aunque no es Daniel Day-Lewis- ha ido aprendiendo y mejorando continuamente, este puede ser el papel más retador de su carrera y cumple a cabalidad (no es para un Oscar, pero es lo que pedía la película que fuera) y segundo es el elenco en general, no puedo decir que uno solo quedara debiendo.
Las escenas de acción están muy bien coreografiadas y dirigidas, no diría que son las predominantes, pero hay suficientes para disfrutar, me encantó la forma en que Affleck utiliza el arma, es algo diferente a lo que se encuentra en películas de acción similares; lo que me trae a otro punto, éste es realmente un drama con tintes de investigación y acción, si esperan solo lo último puede que no la disfruten al máximo, pero si se ajustan las expectativas les espera ese buen sabor de boca al final.
Ahora, no es la mejor película del año, no, porque aunque balancee bien tantas cosas, hay momentos en los que si no se logra suspender la incredulidad, es difícil no ver que lo que nos están vendiendo es básicamente que el autismo es un súper poder si se tiene en la medida justa con el control justo. Pero para ayudar con eso está la narrativa y las actuaciones (sin mencionar que es casi imposible no ver a Batman un poco en Ben). Es necesario decir que de las dos sorpresas que pretende darnos al final, solo una es realmente efectiva, la otra muchos la verán venir desde mucho antes.
El veredicto
El Contador es una película que merece una entrada al cine, es una experiencia que se debe vivir personalmente, no a todos les parecerá buena –en especial si buscan acción- pero no creo que a alguien le parezca realmente mala, sobra decir que a mí en lo particular me gustó y que no me molestaría verla de nuevo un domingo en Netflix al calor de unas palomitas de microondas y un refresco.
