Hay un síndrome muy común que le sucede a algunos cineastas cuando comienzan a llamar la atención de la crítica y, específicamente, de La Academia. Recuerdo concretamente el caso de cineastas como David O. Russell y Damien Chazelle: comienzan con un estilo de cine llamativo, sincero y natural; pero luego se les nota que ya hacen una película para ganar premios (especialmente el Oscar a Mejor Película) y pierden mucho de su esencia. Le pasó a O. Russell con ‘American Hustle’ y a Chazelle con ‘La La Land’ (por cierto, ninguno logró su cometido).
Tenía un poco de miedo que lo mismo le sucediera a Yorgos Lanthimos con ‘The Favourite’, ya que es hasta el momento su película más ambiciosa y me preocupó que sacrificara su estilo con el fin de darle a La Academia lo que a La Academia le gusta; pero debo decir que logró un excelente balance y, aunque la película tiene buen chance de obtener la estatuilla principal, me da gusto ver que Lanthimos siguió fiel a su estilo y de hecho hasta lo mejoró.
¿Cómo es el cine de este director griego? Es difícil de describir, lo que más se acercaría a una definición sería decir que su cine es ‘implosivo’, sus películas no lanzan su energía en un estallido ni siquiera en el clímax, va acumulando más y más cada uno de los diferentes conflictos para que al final, en vez de lanzarlos al aire, los personajes se lo tienen que ‘tragar’, se tienen que aguantar y eso deja como una sensación de que algo falta cuando la película termina, pero no de forma negativa, sino que uno se da cuenta que esa sensación es la que Lanthimos quiere dejarnos para no olvidar sus historias.
En cada película él es muy específico con las escenas donde coloca música, donde coloca gritos, donde coloca escenas de acción. No le gusta provocar muchas emociones seguidas, da muchos descansos y ama las repeticiones. Sus finales suelen estar enfocados en las reacciones de los personajes ante algo que no pueden cambiar y no tiene miedo de romper incluso su propio esquema, en cualquier momento.
‘La Favorita’ tiene todo eso y más, es una película magníficamente narrada desde el punto de vista estético, su fotografía es absolutamente hermosa con el uso notable de más luz natural que artificial y cada plano tiene un ritmo propio. Las historia es atractiva y ni siquiera tanto por su contexto histórico ubicado en la guerra entre Inglaterra y Francia del Siglo XVIII, sino más bien por sus personajes: La Reina Ana, La Duquesa de Marlborough y su prima Abigail Masham, interpretadas por Olivia Colman, Rachel Weisz y Emma Stone respectivamente.
Por si alguna vez te has preguntado cómo será la vida privada de una reina, esta película lo responde a la perfección. En este filme tenemos un conflicto político hacia afuera con la guerra entre dos países europeos y las decisiones que debe tomar La Reina para mejorar su imagen, la cual ya está bastante deteriorada por su incapacidad de gobernar y sus ataques de salud física y emocional; pero el conflicto que más importa es el que se da hacia adentro del palacio, la necesidad de estas mujeres por sentirse amadas/deseadas/tomadas en cuenta de alguna u otra forma. Cada una siente que merece más de lo que tiene y exige que se le dé su lugar, por lo que uno no logra identificar quién tiene la mejor intención real. Cabe destacar que esta necesidad de atención y poder es principalmente entre mujeres, los hombres pasan a un segundo plano.
El diseño de producción es impecable y también el vestuario, maquillaje y peluquería. Pero de nuevo, todo esto siempre en función de los personajes que son el principal punto de atención. Aspectos como la banda sonora y edición es lo que más mantiene Lanthimos similar a sus anteriores películas conocidas (‘The Lobster’, ‘The Killing of a Sacred Deer’) y en lo demás sube de nivel de forma evidente.
Las tres actrices (al igual que sus personajes) están en una constante disputa para ver cuál lo hace mejor, pero a mi parecer la que domina por completo su personaje en todas las dimensiones y tiene mayor carga dramática es Rachel Weisz, su desempeño es de lo mejor que se le ha visto (de igual forma es una actriz que no para de evolucionar). También es muy satisfactorio ver a Emma Stone en un perfil más ‘malvado’ en esta ocasión y a Olivia Colman logrando un perfecto balance como Reina.
‘La Favorita’ tampoco deja de lado el humor seco y cruel que caracteriza las películas de Yorgos Lanthimos, eso ayuda bastante a que uno absorba el guión de mejor manera, la forma en la que los personajes femeninos se refieren a los hombres y los mismos chistes que ellas hacen sobre situaciones tan injustas (y muy crueles) para ellas en esa época, siempre generan esa sensación confusa en el espectador como de incomodidad combinada con risa culpable y reflexión.
Y lo que personalmente disfruté más de ‘La Favorita’ (y de las películas de Lanthimos en general) es que «nadie gana», ni siquiera en una película como esta donde había una clara competencia por la atención y el poder, todo personaje la pasa mal, aunque de una u otra forma logre sus objetivos. Y es por eso que la escena final es tan significativa y desgarradora al mismo tiempo, nos lanza un pastelazo en la cara y nos dice que aunque a un conejo lo saquen de la jaula y le den ciertos beneficios (como se ve en una escena de la peli), el animal sigue teniendo un dueño al cual obedecer y eso es algo que no puede cambiar.