Ahora sí, hasta octubre: terminó la séptima temporada y comenzarán la especulación, las quejas, la anticipación, las ansias… en fin, todo lo que significa la pausa entre temporadas de una serie.

Aprovechando el momento, antes de comentar propiamente el episodio final, quisiera dedicarle unos párrafos a la temporada y al estado en que la serie se encuentra; antes, como es usual, recordarle a quien lea que en adelante habrá spoilers, tanto de la temporada como de su final y posiblemente hasta del cómic.

Sin ninguna duda, la séptima no fue la mejor temporada de The Walking Dead. Posiblemente, ni siquiera se cuente entre las mejores. Los problemas fueron puntuales: a la primera mitad le faltó muchísima cohesión, pues la estrategia de mostrarnos diferentes perspectivas provocó la sensación de que veíamos una suerte de antología de relatos con zombis (cuando hubo zombis) en lugar de una sola historia; Negan, aunque la actuación de Jeffrey Dean Morgan ha cumplido y su presencia ha provocado verdadero caos, ha resultado monótono y unidimensional en tanto no conocemos realmente sus motivaciones ni su origen; situaciones que parecían trascendentales, como la captura de Daryl y el retiro de Carol, se prolongaron más de lo debido y terminaron resolviéndose de forma predecible y conveniente…

«¿Problemas con la séptima temporada? A mí no vean, yo vengo llegando…»

Además, hay que reconocer que la falta de una historia de fondo afecta mucho la fluidez narrativa, en tanto a ratos parece que los sucesos simplemente se acumulan uno detrás del otro sin que lleven a alguna parte. Es consabido que Robert Kirkman, el creador del cómic, no pretende revelar nunca el origen del brote zombi, pero la verdad es que extraño mucho aquellos momentos en que una situación nos mostraba algún dato, por pequeño que fuera, sobre el funcionamiento del mundo narrado.

Por ejemplo, recuerdo mi emoción en la segunda temporada cuando por fin supimos que el doctor Jenner le había dicho a Rick que todos, independientemente de que fueran mordidos o no, podían volver a la vida como caminantes. Este dato generó un efecto en la historia que se percibe hasta la fecha, con lo que se agregó algo valioso al mundo en que se desarrolla la acción. Pasó lo mismo con la llegada de Eugene, Abraham y Rosita, con el dato de que el primero iba camino a Washington a solucionar la situación de los muertos; aunque todo terminó siendo un truco, la perspectiva de que alguien sabía qué estaba pasando y cómo solucionarlo fue muy emocionante y permitió cuando menos un resquicio de expectativa con respecto a una historia de fondo que justificara todo lo que vemos.

Tiempo atrás, el doctor Jenner le contó a Rick un secreto que tardó una temporada en revelarse

Lamentablemente, desde la aparición de estos personajes en la cuarta temporada no ha habido un solo momento así, lo que genera ese estancamiento del que hablé antes. La verdad es que aunque Kirkman se niegue a dar explicaciones, la serie podría no digamos explicar por qué los muertos reviven, pero sí insinuar ciertos elementos que permitieran intuir algo de fondo, una historia que, aunque nunca se revele completa, incite a seguir viendo en busca de más datos.

Pero bueno, el caso es que, de momento, lo que tenemos es la historia de cómo los héroes luchan por sobrevivir, ya no tanto por la amenaza de los caminantes sino por la presencia de otros grupos con ideas diferentes.

Enmarcándonos ahí, “The First Day of the Rest of your Life” fue un muy buen episodio que, finalmente, brindó algo de retribución para los dolidos espectadores que llevábamos muchos episodios bajo el zapato de Negan, exactamente como los personajes que tanto queremos.

En su afán por reclutarla, Negan atendió a Sasha personalmente

En un principio, me sentí un poco defraudado por el enfoque, ya que parecía que tras de que la razón por la que Sasha terminó capturada fue extraña y difícil de comprender, el último capítulo se centraría en ella y sus recuerdos de Abraham. No tengo nada en contra de episodios centrados en tal o cual personaje, pero el final de temporada no es momento para desarrollar a alguien en específico.

Sin embargo, el resultado justificó este enfoque que, de todas maneras, terminó siendo parcial. Además de que ver a Abraham por unos minutos más fue agradable, el que los flashbacks fueran el preludio a lo que sería la muerte de Sasha tuvo mucho sentido y le dio una salida digna. Por alguna razón, tardé un rato en sentir la pérdida de este personaje, que en su momento me pareció otra muerte cuasi irrelevante; no obstante,  pronto recordé a Tyresse y la forma en que ambos llegaron a la serie, lo que me recordó que hacía un buen rato que teníamos a Sasha en el juego.

Me encantó que utilizara la pastilla para terminar con su vida y poner a Negan en peligro, lo que no solo fue emocionante sino que revivió la esperanza de que Eugene no haya traicionado del todo a Rick… esperanza que había sido machacada cuando aquel le dijo a este la icónica frase de los Salvadores: “yo soy Negan”. Habrá que ver cómo sale todo pero, por lo visto, Eugene es aún alexandrino.

Sasha nos dejó, pero no sin antes pegarle un buen susto a Negan

La traición de los chatarreros me sorprendió, muy a pesar de que muchos digan que la veían venir. Lo curioso es que fue algo que sí, en algún momento me rondó la cabeza, pero que guardé en lo más profundo de mi mente, quizá con la esperanza de que aún quedara alguien en quien confiar. De hecho, pareciera que eso fue justo lo que hizo Rick, quien desde un principio confió en Jadis, probablemente cegado por la esperanza de tener suficiente gente para combatir a Negan.

Hablando de Rick, este episodio dio cierre a un proceso que, aunque no siempre se manejó de la mejor manera, se fue gestando durante toda la temporada. En principio, perder a Glenn y a Abraham devastó al líder al punto de que se entregó al servicio de los Salvadores, por lo que su toma de conciencia consistió precisamente en concluir que tenía que estar listo para dejar ir a cualquiera, pues una guerra no tiene consideración con respecto a las bajas. Como se lo dijo a Michonne episodios atrás, incluso él podría caer en la batalla por venir. Así, me pareció muy coherente que se mantuviera en sus cuatro ante la posibilidad de perder a Carl. Ese “te voy a matar”, referenciando directamente el principio de la temporada, fue gratificante y, claro, escalofriante a la vez, pues de momento no se veía cómo se podrían librar de la situación.

Rick, de nuevo, tuvo que convertirse en el líder que exigen las circunstancias

Y claro… vaya manera de salvar el día. Como he comentado con mis amigos que siguen la serie, los últimos quince minutos del episodio fueron de lo mejor de la temporada, principalmente por la manera en que la emoción se fue acumulando. Primero, justo cuando Negan iba a batear a Carl, aparece Shiva y se come a alguien; luego llega Ezekiel y suelta ese “¡Alexandria no caerá, no en este día!”, luego Carol, Morgan… y cuando parecía que todo estaba dicho, llegan Maggie, Enid, Jesus y los demás de Hiltop. Me dirán lo que quieran: que fue predecible, que Shiva no tenía cómo saber a quiénes comerse, que no habrían podido entrar dadas las murallas… pero lo cierto es que aún no supero el subidón de adrenalina de ese momento. Fue emocionante, satisfactorio y retribuyente, lo que resulta muy bienvenido tras una temporada entera de llevar congojas. Ver a Negan impresionado por Shiva y por descubrir finalmente que Maggie vive fue de lo mejor, sumamente divertido y gratificante por ver al villano huyendo acobardado.

Ahora bien, ¿qué significa para la trama? Lo más importante, es que la “coalición”, por así llamarle, ganó su primera batalla contra los Salvadores. Esto les demuestra que sí pueden trabajar juntos y conseguir resultados. Claro, el lado negativo es que la derrota provocó el reagrupamiento y, ahora sí, los Salvadores se preparan para la guerra en números nunca antes vistos.

«Mmm salvador, mi sabor favorito»

En cuanto a Dwight, al menos de momento me pareció otra de esas cosas que pudo ser muy interesante pero quedó en nada: se entrega, confiesa que quiere ayudar, lo intenta… pero termina perdiendo la posibilidad de probarse como aliado. El soldadito al final parece afirmar que continúa del lado de Alexandria, pero tendrá que probarlo con vehemencia para que le creamos.

Lo que siguió fue para las lágrimas. Me encantó la manera en que Maggie resumió la serie apuntando que, al fin y al cabo, todo realmente empezó cuando Glenn decidió ayudar a Rick en Atlanta. Que mencionaran la granja, la prisión y todo lo que han vivido los personajes para convertirse en familia y seguir luchando fue unificador y nos recordó todo lo que pesa el camino recorrido, lo cual cayó muy bien en momentos en que la serie, por momentos, parece haber perdido parte de su esencia.

El reloj de Hershell y Glenn sirvió como unificador de una trama que se ha dispersado mucho

Por último, tengo que confesar que me intriga un poco cómo irán a manejar la próxima temporada. Claro, la séptima necesitaba algo especial para el final, pero no creí que fuera a ser una unión de las comunidades en contra de los Salvadores. Ya que fue así, ¿cómo irá a empezar la próxima? Aunque es de esperarse, me preocupa que de nuevo recurran a episodios vacíos que solo retarden lo interesante, puesto que de no ser la gran batalla, ¿qué más podría ocurrir al principio? O bien nos complacen desde un inicio con un enfrentamiento devastador o nos hacen esperar media temporada para ver algo que valga la pena.

Por ahora, nos queda revivir cuantas veces queramos esos últimos quince minutos que, aunque no coronan la temporada más acertada de la serie, al menos resultaron gratificantes y revivieron la expectativa por lo que será la guerra contra los Salvadores que, al menos en teoría, está más cerca que nunca.

Como siempre, fue un gusto reseñar esta serie. Gracias por leer y, si todo sale bien, nos vemos en octubre para seguir este viaje.

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