Siguiendo con un estilo similar al de la semana pasada, la décima parte de la temporada presentó conexiones interesantes entre las diferentes líneas narrativas, así como algunas revelaciones que, de cara a lo que viene, podrían resultar muy significativas. Comentaremos, pero recuerden: habrá spoilers a partir de aquí.
El primero de quien tuvimos noticia esta semana fue Richard Horne, cuyo arco esta semana nos reveló mucho sobre él. Primero, supimos que tiene alguna clase de conexión con Mandie, a quien conocimos en el RR como una amante de los pie de cereza y como testigo del atropello que Richard cometió. Precisamente, constatar que ella lo presenció y que de hecho dio parte a las autoridades desató la furia del joven, que no lo pensó dos veces para entrar y asesinarla a sangre fría. Ya sabíamos que este muchacho es todo menos una buena persona, pero este suceso solo terminó de asegurarlo.
Sin duda, lo más relevante sobre Richard fue la confirmación de que, como lo sospechábamos, es el hijo de Audrey. Así quedó claro cuando fue a visitar a Sylvia Horne, su abuela, para pedirle dinero. Por si aún no teníamos claro la clase de ser despreciable que es el muchacho, lo vimos agredir verbal y físicamente a la señora, tras lo cual saqueó su caja fuerte, haciéndose con varios miles de dólares y algunas joyas. Para qué necesita Richard tanto dinero está por verse, pero sin duda es claro que anda en muy malos pasos. De paso, vimos a un muy deteriorado Johnny Horne, quien yace amarrado y frente a un oso de peluche con una muy extraña cabeza que repite una y otra vez «Hola, Johnny, ¿cómo estás hoy?»
La situación con Richard me dejó pensando en Audrey. Es verdaderamente intrigante qué puede haberle pasado en todo este tiempo, considerando lo descarriado que resultó su hijo. ¿Quién será el padre?, ¿por qué tanta violencia y mal comportamiento?, y lo más desconcertante ¿dónde está Audrey? Algo me dice que todo este lío con Richard está sentando las bases para el regreso triunfal de su madre, pero habrá que esperar para ver si reaparece. De momento, Richard solo lastima a todo aquel que se cruza en su camino, incluidos sus abuelos, Sylvia y Ben, quienes tienen una conversación muy acalorada relacionada con el dinero que el muchacho se robó. Por lo visto, la relación entre los Horne no ha sido la mejor en los últimos tiempos.
El otro hilo importante fue el de los Mitchum, los dueños del casino donde nuestro Cooper le pegó al gordo varias veces. Bradley y Rodney se enteraron de que Ike está encarcelado yde que tienen a un enemigo en Douglas Jones, esto gracias a que el señor Todd envió a uno de los suyos a manipularlos. Se comienza a vislumbrar aquí la conexión entre toda esta gente de Las Vegas. Lo más interesante fue que uno de los Mitchum concluyera que «nuestro señor Jones es el señor Jones«. Por lo visto, hay mucha historia entre estos personajes.
En Dakota del Sur, Albert parece haber hecho muy buenas migas con Constance, la forense local. Pero lo más importante de este lado de la historia ocurrió cuando el mismo Albert fue a visitar a Gordon a su habitación. Al abrir la puerta, Gordon tuvo una visión de Laura Palmer llorando, en un montaje que recordó fuertemente a los que solían verse en la serie original. Por si fuera poco, a continuación Albert le contó a Gordon que Diane respondió al mensaje de Cooper-malo de manera igualmente críptica: «Tienen a Hastings, los llevará al lugar«. Para colmo, Tammy trajo una fotografía, obtenida de una de las primeras tarjetas de memoria de las cámaras que filmaban la caja de cristal en Nueva York, en la que se puede ver a Cooper-malo en la caja, aparentemente conversando con quien podría ser el encargado de vigilarla.
¿Qué tiene que ver Diane con toda la situación de los Cooper y las dimensiones paralelas?, ¿qué tiene que ver Cooper-malo con la caja neoyorquina? y, lo más intrigante, ¿por qué Laura se le manifestó a Gordon de esa manera? Escucho sus propuestas porque yo no tengo ni idea…
Dougie fue otro implicado esta semana. Por fin, Janey lo llevó con el médico pero este, como todo el mundo, pasó por alto sus limitaciones mentales. Lo que sí notó fue su notable mejora física, la que no pasó desapercibida para Janey, quien en casa lo abordó directamente al respecto y se lo llevó a la cama. La escena de sexo fue brutalmente chistosa, como creo que nunca he visto una igual. Algo notable en la situación es el hecho de que Cooper parece no tener problemas para reaccionar con lo relacionado a la corporeidad humana, ya sea la comida, la bebida o el sexo. Claro, también reacciona con lo relacionado con su pasado, como las placas de policías y las pistolas, pero me resulta llamativa esa inclinación por lo meramente corporal.
Y por último, al menos dentro de lo más relevante, tuvimos una nueva aparición de la Dama del Leño, quien habló de nuevo con Hawk. Me sorprendió volver a verla, pues no creí que hubieran filmado más escenas antes de la muerte de la actriz. Sin embargo, así fue y, como siempre, nos dejó una serie de frases crípticas para que nos devanemos los sesos tratando de entenderlas:
- Primero, afirmó que los hermanos Truman son «verdaderos hombres», «true men» en inglés… Truman, «true men»… ustedes entienden.
- Segundo, mencionó que «el círculo está casi completo«… ¿se referirá a alguna situación relacionada con los Cooper? Algo me sigue diciendo que se encontrarán tarde o temprano.
- También mencionó algo sobre «escuchar y ver el sueño del tiempo y el espacio«, lo que de alguna manera me recuerda lo que vimos en la Parte 8, que en su momento me hizo pensar en las fuerzas elementales que dominan el universo y en cómo configuran la realidad.
- Finalmente, la frase «Laura is the one» podría tomarse como lo más significativo… aunque para ser franco, el asunto con Laura a ratos me parece forzado, en tanto la muchacha ha sido tan poco relevante para esta temporada que sus menciones y apariciones son cada vez menos comprensibles. Claro, no pierdo de vista la posibilidad de que de pronto todo tenga que ver con ella y sus menciones estén más que justificadas, pero de momento no puedo evitar sentirme un poco manipulado, saltando nervioso cada vez que se habla de ella pero solo por ser una referencia al material original.
El episodio nos dio algunas situaciones aisladas que vale la pena apuntar:
- El asesinato de Mandie a manos de Richard no fue el único caso de agresión a mujeres que vimos, pues Becky también sufrió los gritos y golpes de Steven. El problema parece ser, de nuevo, por dinero. Adicionalmente, constatamos que ambos viven en el territorio de Carl Rodd, quien se mandó a cantar en este episodio.
- El doctor Jacoby sigue transmitiendo sus mensajes subversivos, siempre promocionando sus palas para «salir cavando de la mierda». Nadine continúa escuchándolo y, de hecho, esta vez habló, así fuera solo para decir que Jacoby (o su mensaje) es hermoso. ¿Será que habrá algo más detrás de la aparentemente absurda transmisión del doctor?
- Jerry continúa en medio del bosque. Esta vez hizo notar que no tiene señal en su teléfono y afirmó que ya ha estado ahí donde está. Si se refiere al sector del bosque o a algo más, queda por saberse.
- La escena final en el Bang Bang esta vez tuvo como invitada a Rebekah del Rio, quien interpreta la canción «Llorando» en Mulholland Drive. Como dato curioso, el vestido que usó en esta ocasión tenía un patrón en zigzag muy similar al piso de la Logia Negra.
Como afirmé la semana pasada, hemos cruzado ya la marca de la mitad de la temporada lo cual, siguiendo los parámetros normales de la televisión (que probablemente son totalmente inútiles al referirnos a Twin Peaks), significa que el lío poco a poco se irá aclarando y recibiremos respuestas periodicamente. Tanto el episodio anterior como el de esta semana parecen seguir esa línea, pero hay que estar preparados porque, conociendo a Lynch, en cualquier momento nos arroja algo como la Parte 8 y nos cambia completamente el juego. Al fin y al cabo, parte del encanto de Twin Peaks radica en que todo cambie de dirección justo cuando creemos que aprendimos a dejarnos llevar por la corriente.
