Advertencia: ¡spoilers! Probablemente, los más importantes de lo que va de temporada.
Francamente, creo que nunca he visto una serie, película u obra de ficción que se atreva a tanto con su protagonista. Claro, Game of Thrones tiene toda una tradición de eliminar a sus protagonistas, pero que la tercera temporada de Twin Peaks nos impidiera ver al agente especial Dale Cooper durante 16 EPISODIOS… creo que sencillamente no tiene precedentes.
Porque sí… ¡SÍIIII, POR LOS DIOSES, SÍIIIII! ¡Cooper volvió!, finalmente pudimos verlo en toda su gloria optimista y atenta. Eso sí, el episodio nos dio también otros temas de conversación, los cuales no se pueden quedar sin comentario.
El principio del episodio nos mostró a Cooper-malo y a Richard en su viaje por carretera. Sin que pudiéramos preverlo, se trataba del último viaje del joven, pues cuando este llegó justo al lugar marcado por las coordenadas que obtuvo Cooper-malo, una intensa descarga eléctrica lo sacudió hasta desmaterializarlo. Fue una muestra más de la crueldad del doppelganger, quien no titubeó al enviar a Richard a una muerte segura. Todo parece indicar que se trataba de una trampa para Cooper-malo, la cual él logró descifrar y probar enviando a alguien más a activarla.
Claro, lo más impactante fue que Cooper-malo exclamara «adiós, hijo mío» una vez consumada la tragedia. ¿Es una forma de hablar o efectivamente se trataba de su hijo? Pareciera ser una confirmación, pues la selección de palabras no parece inocente. Además, episodios atrás el doctor había afirmado que vio a Cooper salir de la unidad de Cuidados Intensivos donde Audrey yacía en coma. Por lo visto, el siniestro ser sí violó a la joven inconsciente y provocó el embarazo de Richard. Habrá que esperar mayores confirmaciones, aunque considerando el final del episodio (más sobre eso adelante), hay algo importante sobre Audrey que aún no sabemos, por lo que es muy posible que la concepción de Richard haya sido muy poco común. Como dato curioso, Jerry Horne que parece aún muy de cabeza en algún estado alterado de consciencia, presenció toda la situación con su sobrino-nieto, las implicaciones de lo cual están por verse.
Ahora bien, pasando a lo que sin duda consistió en la médula del episodio, el regreso de Cooper no pudo ser más apropiado. Claro, todos lo intuíamos desde el episodio anterior, cuando Dougie metió el tenedor en el tomacorriente y sufrió una fuerte descarga. Sin embargo, tratándose de Lynch, de Twin Peaks, y del que probablemente sea el acontecimiento más importante de toda la temporada, cabían aún las dudas sobre si nuestro protagonista volvería de una vez o nos tendrían en vilo hasta el final, posiblemente viendo a Dougie en coma o algo parecido. Pero no, Cooper volvió, tan él mismo como podría esperarse, seguro de sí mismo, atento, carismático, amable… en fin, ¿cómo no amar a este personaje? Su magnética personalidad era lo único que faltaba para sentirnos completamente en Twin Peaks, así que, finalmente, ahí está, de nuevo con nosotros.
Sobre su actitud, se pueden comentar muchas cosas:
- Su primera reacción fue preguntarle a Mike por «la semilla», con lo que se refería a la bolita dorada que dejó Dougie al desaparecer en la Logia Negra. Pues bien, tras arrancarse un mechón de pelo, Cooper le encargó a Mike «hacer otro», o sea, otro Dougie, para que este regrese eventualmente con su familia. Por lo dicho anteriormente por Mike, sabíamos que Dougie había sido manufacturado, sin embargo, pareciera que lo hizo él mismo y por encargo de Cooper. La pregunta ahora es para qué lo hicieron desde un principio.
- Mike le informó que «el otro» no ha regresado, claramente hablando de Cooper-malo. Esto confirma que el gran clímax de la historia va a ser un enfrentamiento entre ambos Coopers. Claro, esto parece muy predecible y, por ende, poco probable, pero habrá que esperar.
- Por sus reacciones ante los Jones, es un hecho que Coopper estuvo siempre consciente bajo la personalidad de Dougie.
- Hablando de su interacción con Janey-E y Sunny Jim, tengo que confesar que la despedida me sacó las lágrimas. Fue un momento intenso y conmovedor, pues Cooper sabe lo que Dougie significa para ellos pero, claro, se ve obligado a dejarlos con la promesa de que su esposo y padre regresará. Para eso es el «otro» que tiene que hacer Mike. Ojalá y se los haga llegar pronto.
Por lo demás, era de esperarse que Cooper decidiera irse directo para Twin Peaks, lo que lleva a cabo aprovechando su cercanía con los Mitchum, quienes lo llevarán en su jet privado. Esto garantiza que llegará rápido y que ambos gangsters llegarán al pueblo, lo que podría incluirlos en los eventos finales. En el apartado técnico, fue maravilloso que en los momentos inmediatamente posteriores al despertar de Dale, se escuchara de fondo el tema principal de la serie. Creo que solo Laura y él han tenido el privilegio de que ese tema los represente, lo cual no deja de darle cohesión emocional y temática a la serie. Gran detalle.
Pero bueno, con todo y lo relevante de ese acontecimiento, no fue el único significativo. Dos personajes más tuvieron grandes momentos en el episodio. Me refiero a Diane y a Audrey.
En cuanto a la primera, asistimos a su confesión, ante los agentes del FBI, sobre lo ocurrido con la noche en que vio por última vez a Cooper y a la revelación de que esta Diane no era la real, sino una «tulpa», como le llama Tammy a estas réplicas de personas que deambulan por el mundo. Como parece hacerle a toda las mujeres importantes para el Cooper real, Cooper-malo violó cruelmente a Diane en su encuentro, suceso muy traumático para ella. Lo interesante es que una vez transmitida esta información, Diane parecía querer decir algo más, pero una especie de crisis se lo impidió, más bien impulsándola a sacar su revólver e intentar matar a Gordon. Albert y Tammy fueron más rápidos y la redujeron a balazos, lo que provocó que el cuerpo desapareciera y fuera atraído a la Logia Negra. Ahí, Mike le comunicó que ella también fue «manufacturada» y, tras un último «Fuck you…», Diane desapareció, dejando tras de sí su semilla. Esto deja, de nuevo, varias preguntas:
- Si esta Diane era una copia, ¿qué pasó con la Diane real?, ¿vive?, ¿anda por ahí, de incógnito, pendiente de lo que ocurre?, ¿existió alguna vez?
- ¿Son las tulpas lo mismo que los doppelgangers? Por lo visto no, pues los doppelgangers parecen proceder directamente de la Logia y las tulpas ser creadas a voluntad. Pero entonces, ¿cómo, quién y para qué los fabrican? Mike tiene la facultad de hacerlo, pero no creo que él haya creado la de Diane.
- No pude evitar relacionar la desaparición del cuerpo de Diane con el extraño efecto visual utilizado en las muertes de la esposa de Hastings y la de Duncan Todd. ¿Eran ellos tulpas también?
En el caso de Audrey, la revelación fue aún más intensa. Desde su regreso a la serie, se dispararon las teorías con respecto a qué estaba realmente pasando con ella, pues sus apariciones se reducían a ese espacio cerrado de la casa en la que, por lo visto, habita con su esposo. Las propuestas iban desde que Audrey nunca salió del coma en el que quedó tras la explosión del banco hasta que se encontraba atrapada en otra dimensión de la que era incapaz de salir. Su llegada en este episodio al Bang Bang me hizo descartar de inmediato todas las versiones, pues daba la impresión de que, si podía ir a este bar, estaba libre y viva en el mundo real. Sin embargo, pronto empezaron las circunstancias extrañas:
- El que anunciaran su baile y toda la concurrencia se hiciera un lado para dejarla actuar simplemente no era algo «normal». ¿Por qué sabrían ahí que a Audrey le gustaba esa música o que tenía un baile específicamente diseñado para ella?, ¿por qué habrían de considerarlo un acto de interés?, ¿por qué tanta reverencia al darle el espacio para actuar?
- Por supuesto, el final: tras ver su danza interrumpida por un esposo celoso que inició una pelea, Audrey acudió a su propio esposo para que la sacara de ahí, solo para, de súbito, verse frente a un espejo redondo, en medio de lo que parecía un cuarto completamente blanco, preguntándole a su reflejo qué diablos estaba pasando. Esto, claro, genera su tanda de preguntas:
- ¿Dónde está realmente Audrey? El color blanco sugiere la posibilidad de un manicomio o algo por el estilo, aunque por lo poco que se pudo ver, el lugar es completamente blanco, sin muebles, paredes u otros objetos contundentes, lo cual me sugiere la posibilidad de una ubicación interdimensional similar a la Logia Negra (¿la Logia Blanca, tal vez?).
- ¿Es el Bang Bang un lugar fuera de la realidad? Aunque en esta ocasión no se vieron otros personajes «mundanos», por así llamarles, el bar ha sido visitado por Shelly, James y otros que sabemos que habitan el mundo real, así que me queda la gran intriga de por qué, si se encuentra en «otro» lugar, Audrey pudo ir.
En cuanto al menudo, esta semana tuvimos una escena única que puede considerarse tal. Me refiero a la balacera acaecida en el barrio de los Jones. Pareciera que no se incluyó más que para darle un final a los sicarios que Cooper-malo mandó a matar a todos sus enemigos. Con todo, fue una verdadera dosis de humor negro que me recordó mucho a Tarantino, aunque siempre con ese estilo de Lynch, sin datos que permitan entender por qué realmente pasaron las cosas. En este caso, el ejecutor ni siquiera pronunció una palabra, solo abrió fuego porque los de la vanette no se dignaron a dejarlo entrar a su casa. En fin: Lynch.
Y bueno, así estamos de cara al final. No puedo evitar sentir una gran nostalgia, pues ha sido un intenso y apasionante viaje de quince semanas, del cual el final parecía siempre muy lejano, pero el tiempo es implacable y ya ven, nos queda un solo lunes más de Twin Peaks. A la vez, la emoción y la ansiedad por ver a dónde nos lleva todo este lío no puede más que crecer con cada momento. Y aquí estaremos, para comentar con ustedes las impresiones que nos deje esta esperada conclusión en dos partes. ¡Hasta entonces!
