¡Reseña doble! Tarde pero seguro, comentaré los dos episodios que vimos la semana pasada (hacia el final de esta semana comentaré el nuevo episodio), con las disculpas del caso por la tardanza. Vamos a ver cómo nos va comentando dos episodios más de este enredo que nos está armando Lynch. Procédase con cuidado pues habrá spoilers, tanto de los nuevos episodios como de la serie original y de Fire Walk With Me.
«Part 3» comenzó con una serie de secuencias que nos recordaron, por si a alguien se le había olvidado, que estamos viendo un trabajo de David Lynch. Como mencioné en la primera reseña, el autor de esta continuación de Twin Peaks es el que tiene en su haber una serie de películas en las que su estilo mutó en varias ocasiones, por lo que era de esperarse que la serie fuera diferente a lo que vimos en los episodios originales. Este inicio fue la prueba más contundente al respecto.
En términos generales, me aventuro a decir que lo que vimos fue el proceso de Cooper para salir de la Logia Negra. ¿Obvio? Por el resultado, tal vez, pero tratándose de esta serie, uno nunca sabe a qué atenerse. Claro, en la última ocasión en que vimos a Cooper (al real, quiero decir), Laura le dijo que podía finalmente salir. Tras el aparente colapso de la Logia, en efecto dio la impresión de que Cooper fue liberado. De hecho lo vimos aparecer en la misteriosa caja de cristal ubicada en Nueva York. Ahora bien, que apareciera ahí complica un poco el asunto en tanto es difícil comprender cuándo ocurrió cada cosa. Me explico.
Cuando la Logia «colapsó», Cooper comenzó a caer libremente a través de lo que parecía el espacio exterior. De pronto, cayó sobre la mentada caja y lo vimos aparecer en su interior segundos después. Ahora bien, este tercer episodio comenzó con la caída de Cooper a través del espacio, lo que me hace pensar que esto, lo visto en este episodio, es lo ocurrido inmediatamente después del colapso de la Logia, lo que dejaría la caída sobre la caja para un futuro indeterminado. Mera especulación de mi parte, eso sí.
De lo vivido por Cooper, podemos comentar la belleza de los escenarios. Ese «mar» morado que se encuentra justo después de caer, la sala con fogata y la caja que flota en medio del espacio fueron escenarios inesperados y sorprendentes. En algún momento me pregunté si la mujer sin ojos que le habla en la primera sala podría ser Josie Packard, pero pareciera que no era el caso. La segunda mujer era, esa sí, Ronette Pulaski, la amiga de Laura Palmer que sobrevivió al ataque en que murió esta última. Qué hacía ahí y qué quería decir con que su mamá ya venía (refiriéndose a los golpes en la puerta cerrada) queda a la especulación. Lo mismo con esos misteriosos ¿aparatos? numerados que había en las paredes, a través de uno de los cuales Cooper sale a lo que pareciera ser el mundo real.
Y es en el mundo real donde nos encontramos con otra sorpresa: hay una tercera versión de Cooper, un tal Dougie Jones que parece envuelto en líos con alguna clase de mafia. La conexión entre Dougie, Cooper y Cooper-malo se evidenció cuando, al salir el segundo de la Logia, provocó que los otros dos vomitaran lo que parecía ser garmonbozia, una manifestación de dolor y sufrimiento, según lo que sabemos por lo dicho por el Hombre de Otro Lugar en Fire Walk With Me.
Me permito aquí observar un detalle: es interesante cómo este renacer de la serie está tomando muchos elementos de dicha película. Solo en este episodio apareció la garmonbozia, una mención a «rosa azul» y el anillo de jade, todo lo que se suma a las menciones a Phillip Jeffries.
Volviendo al comentario, el asunto del anillo parece sumamente intricado. En esta ocasión, lo vimos en el dedo de Dougie, pero hay que recordar que lo usó Teresa Banks, la primera víctima de BOB según la serie, que Laura lo vio en sueños y que el símbolo que tiene grabado es el mismo que había en la caverna que permitió que se abriera el camino a la Logia Negra. Además, hay que destacar el asunto de que quien usa el anillo experimenta un adormecimiento del brazo. Como con todo, las verdaderas implicaciones aún están por confirmarse, pero no queda duda de que la joya es importante.
Ahora… ¿qué diablos pasó con Dougie? Según Gerard, el tipo fue «manufacturado» por alguien, pero al cumplir su propósito fue llevado a la Logia Negra, donde desapareció dejando atrás lo que parecía una diminuta pepita de oro. Como mencioné antes, su paso a la Logia parece haber sido determinado por el escape de Cooper quien, de hecho, vino al mundo a suplantarlo en su vida diaria.
Sobre dicha suplantación, puedo decir que es absurdamente divertida; las escenas en el casino, donde Cooper gana 29 veces en las máquinas tragamonedas pues la Logia parece indicarle en qué máquinas jugar, resultaron hilarantes, sobre todo por el grito de «HELOOOooOOOOW» que soltaba cada vez que hacía salir las monedas. Dicho grito fue lo primero que imitó de alguien más, pues antes vio a un tipo pegarle al premio y gritar de esa manera. Lo que nos lleva a un nuevo misterio: ¿qué pasa con Cooper?, ¿por qué no puede hablar ni desenvolverse normalmente? Tal parece que su estancia en la Logia lo privó de su memoria y únicamente puede imitar lo que ve hacer a los demás.
Mientras tanto, Cooper-malo, por el efecto que el escape de Cooper provocó en él, se estrelló en su carro y vomitó una gran cantidad de garmonbozia. Dado su accidente, la policía lo encontró e informó al FBI, quienes creyeron estar ante el hallazgo de Cooper. Ver a Gordon y a Albert fue un nuevo y agradable reencuentro. A ellos se suma un nuevo personaje: Tammy Preston, una joven y guapa agente quien, en principio, informó a Gordon y a Albert de los sucesos de Nueva York con la caja de cristal. Me alegró ver que alguien se enteró de semejante cosa, pues ya me preocupaba que el suceso quedara en el aire. No pude evitar reírme cuando Gordon exclamó «What the hell???» al ver la imagen de la entidad que apareció en la caja y mató a los jóvenes amantes. Sí Gordon, todos te entendemos.
Estas escenas en el FBI fueron emocionantes por los reencuentros y por ver la intriga crecer al involucrar a más personajes en las rarezas que vimos ocurrir episodios atrás. Ciertos detalles, como el que Gordon tenga en su oficina fotografías enormes de la explosión de la bomba atómica y de Franz Kafka (la influencia de este último en Lynch podría explicar muchas cosas… o no), contribuyeron a la extrañeza y al humor, como lo hacen muchos elementos de esta serie.
En Twin Peaks, vimos a Hawk luchando por descifrar el misterioso mensaje de La Señor del Leño, quien le mencionó que «algo que falta» está relacionado tanto con su linaje como con la desaparición de Dale. Aquí tuvimos algunas dosis del humor que Andy y Lucy aportan, el cual siempre es bienvenido y le da a la serie ese «twinpeaksismo» tan característico. Eso sí, tengo que repetir que las escenas en el pueblo parecen metidas a la fuerza, como si solo estuvieran ahí para recordarnos que estamos viendo Twin Peaks. Claro, muy probablemente todo adquirirá sentido (o al menos tendrá alguna relación) a futuro.
El episodio, pues, preparó una serie de acontecimientos que serían explorados en el siguiente, tales como la reinserción de Cooper en el mundo y el encuentro entre los agentes del FBI y Cooper-malo.
Sobre lo primero, «Part 4» fue un deleite, pues no podría imaginar algo más divertido que este Cooper, privado del lenguaje y de los conocimientos básicos de la vida, tratando de vestirse, comer, ir al baño, etc. Las escenas en que lo vemos batallar contra la realidad están escritas impecablemente en tanto son lo suficientemente extrañas como para divertir, pero no tanto como para alertar a los demás personajes de que algo muy extraño está ocurriendo. Por ejemplo, en repetidas ocasiones los que lo observan asumen que el cambio en su cabello se debe simplemente a un nuevo corte, con lo que el fenómeno queda dentro de lo relativamente verosímil.
Destaco aquí la escena en que la esposa de Dougie le ayudó a vestirse. El que la ropa de este no le quede a Cooper funciona como una metáfora de toda su situación: él está siendo insertado en una vida que no le pertenece, que no conoce ni entiende, que no «le queda» y se le ve rara. Ahora bien, también es imposible evitar emocionarse con cada elemento que hace reaccionar a Cooper, como si el viejo agente del FBI estuviera ahí dentro, tratando de salir. Me refiero al momento en que, nada más llegando a la casa, vio pasar un búho que llamó su atención, así como a cuando su esposa le sirvió café y su instinto lo llevó a probarlo inmediatamente. Dadas estas situaciones, es claro que Cooper no viene completamente en blanco, sino que solo necesita los estímulos adecuados para recuperar su identidad y seguir adelante. Probablemente, la temporada nos tendrá un buen rato esperando ese feliz momento.
Mientras, nos quedan varias cosas para reflexionar, como el momento en que El manco se le apareció a Cooper y le dijo que alguien lo engañó, le mostró la bolita dorada dejada por Dougie al desaparecer y le dijo que ahora «uno de los dos debe morir». Muy probablemente se refiere al hecho de que quedan dos Coopers en el mundo real, lo que no puede continuar por mucho tiempo. Sin embargo, ¿quién lo engañó?, ¿qué tiene que ver Dougie en todo esto? Además, cuando la esposa notó la gran cantidad de dinero que Cooper traía en la bolsa, habló de que había suficiente «para pagarles». Lo más seguro es que se refiera a la aparente mafia que anda detrás de Dougie e incluso llegó a intentar asesinarlo.
Por otro lado, en este episodio nos reencontramos con Denise, otro viejo conocido personaje de la serie original, quien ahora es nada menos que la jefa de personal del FBI. Así lo supimos en la secuencia que compartió con Gordon, cuando este fue a comentarle que habían encontrado a Cooper en Dakota del Sur e irían a verlo. La conversación fue muy interesante, sobre todo porque se mencionó el momento en que Denise dejó de ser Dennis y cómo Gordon defendió su derecho a cambiar de género y ser aceptada por sus colegas. Además, supimos que Gordon tiene cierta inclinación por las mujeres jóvenes, lo que podría explicar su interés en la agente Preston, aunque él niega que esa sea la razón por la cual la mantiene cerca.
El caso es que Gordon, Albert y Tammy finalmente salieron al encuentro de Cooper. En el camino hubo más de una escena divertida, por ejemplo cuando Albert calmó los deseos de Gordon por ver el monte Rushmore enseñándole una foto o cuando los problemas auditivos de este último colmaron la paciencia de Albert.
Pero lo mejor fue el encuentro. Tras enterarse de que Cooper andaba en su cajuela una serie de objetos comprometedores (cocaína, una ametralladora y… una pata de perro), los tres agentes finalmente mantuvieron una conversación con su extraviado ex compañero. Lo dicho por Cooper-malo fue simplemente desconcertante: ¿ha estado trabajando encubierto con Phillip Jeffries todos estos años?, ¿qué diablos puede significar eso? Lo que me afectó más fue ver a esta versión de Cooper tan relajado. La verdad es que esperaba una confrontación más… extraña, una conversación enrevesada y críptica. Y lo fue, claro, pero no de la manera que esperaba. Es muy evidente que Cooper-malo está mintiendo o manipulando gravemente la realidad, pero no deja de sorprender que esa sea su historia. Veremos qué pasa al respecto. Otra cosa: ¿es idea mía o su voz se oía muy diferente a través del intercomunicador? No parecía simplemente la alteración normal del aparato, sino que se oía mucho más grave…. en fin.
Claro, lo más intrigante vino de parte de Albert. Su reacción al escuchar el nombre de Jeffries fue evidente, lo que llevó a que Gordon lo interrogara al final. Según su versión, años atrás él autorizó a que Jeffries le diera cierta información a Cooper, a saber, quién era el hombre del FBI en Colombia. Una semana después, este hombre fue asesinado. Gordon se vio sorprendido y repitió varias veces que le parece que algo muy malo está ocurriendo. ¿Qué significa todo este lío? A mí no me pregunten, estoy tan confundido como ustedes… y como Gordon, que de nuevo manifestó su desconcierto. Algo más: ¿a quién se refiere Gordon con que hay que encontrar a la que puede vigilar a Cooper? Albert dice que sabe dónde ella bebe y la escena corta de inmediato al Bang Bang!… ¿la susodicha suele beber ahí?, ¡¡ALGUIEN CONTESTE ALGO, POR FAVOR!!
Es interesante el hecho de que el personaje que se ve más confundido es el que interpreta el propio David Lynch. De alguna manera lo siento como una manera de hacer crecer el desconcierto, pues si el propio creador se ve confundido, ¿quién podrá tener idea de lo que pasa?
Por lo demás, vimos por primera vez al Sheriff Truman… aunque no a Harry, sino a su hermano Frank. Hawk continúa con su investigación basada en lo dicho por La Señora del Leño y durante las escenas en la comisaría vimos a algunos nuevos personajes, así como el regreso de Bobby, quien en estos años se convirtió en miembro de la policía local. La escena en que no pudo contener el llanto al ver la foto de Laura fue conmovedora, sobre todo por la manera en que pusieron de fondo el tema principal de la serie. Sobre la aparición del hijo de Lucy y Andy, interpretado por Michael Cera, pues… digamos que fue otra de esas escenas en que solo queda exclamar «¿qué?» en la forma más inquisitiva posible. Por su intervención sabemos que el sheriff Harry Truman se encuentra enfermo… pero lo demás fue un extraño monólogo interminable sin mucho sentido. Claro, eso es muy afín con la naturaleza de la serie, no es que me esté quejando.
En fin… ese es el estado de la cuestión. Algo interesante del embrollo es que aunque cada acontecimiento parece generar más preguntas, de alguna manera crece en mí la sensación de que cada vez se evidencian más los hilos que unen las distintas historias, sin que aún sea posible hacerse a una idea certera de qué está ocurriendo. Y la verdad, Lynch siempre ha sido un autor desafiante que, lejos de complacer al espectador, reta a que unamos los hilos de la manera en que podamos y saquemos conclusiones. Por ende, este regreso de Twin Peaks me está provocando grandes satisfacciones. Y llevamos apenas cuatro episodios…
