Estamos viviendo ese momento en que la sociedad está plagada de cultura geek, hay que respirar y tomarse un momento para darnos cuenta del camino realizado, hubo un tiempo en el que ser geek o nerd era negativo, fue el principal motivo de burlas, después, claro está, de ser gordo.
Pero no es lo que vivimos en pleno 2017, hoy día, las convenciones son algo normal, ser gamer profesional es una carrera en sí misma, es decir, es una meta absolutamente real, y la percepción de que muchas cosas son “jueguitos” o cosas que hacen las personas inmaduras y vagas, ya es tan propia de la capacidad de entendimiento de cada persona, como el racismo o la homofobia.
Los geeks hemos tomado el mundo, de los hombres más ricos podemos contar a muchos que hacen cosas de “nerdos”, los que se burlaban de los “cerebritos” ahora saben que ese chico puede ser el que lo contrate a él, por eso, en verdad es importante el momento que vivimos como comunidad. Debido a esto, ver una noticia como la que nos compartió la revista Times, de que un chofer de Uber instaló un NES Classic Mini, es algo que me dibujó una sonrisa en la cara.
My Uber driver had an NES set up in the backseat from mildlyinteresting
¿Se imaginan entrar en un Uber y ver un NES Classic Mini ahí? Es algo que ningún gamer se imagina, ni en sus mejores sueños, y esto es también porque, a pesar de vivir en esta época, las cosas todavía no son totalmente generalizadas, todavía es más cómodo estar dentro de la comunidad que fuera.
La analogía que hago es la siguiente, instalar una consola como esa en un carro, no es nada del otro mundo, es una opción diferente a, digamos, poner la estación de música que el cliente quiera. Pero, es más fácil de entender que en un Uber, o Taxi inclusive, se lleve puesto un evento deportivo, eso simplemente NO sería noticia.
El Nintendo fue una revolución en los 80, programas como 20/20 le dieron espacio y lo calificaron como “el juguete más adictivo en la historia”, pero un juguete es algo para niños, por lo que el estigma no cambió. Esto simplemente quiere decir que queda todavía camino por recorrer, la industria ha madurado con muchos de nosotros, pero puede ser aún mejor y más cercana.
El próximo niño puede que encuentre su amor por el gaming en un Uber o un taxi, y esa noción es algo que me hace sentirme feliz, que el gaming sea tan fácil de encontrar como un partido de fútbol es la frontera final.
