Para los amantes de House Of Cards y los Documentales de Michael Moore, llega: Vice, una sátira política de humor nihilista dirigida por Adam Mckay.
(Si esa introducción no es suficiente para hacer que cierren este artículo y vayan a ver la película, tal vez no es para ustedes)
El presente artículo no cuenta con spoilers ya que la película trata de hechos reales de la historia geopolítica del mundo, así que el no conocer los hechos tratados en la película es ignorancia culpa del lector. (En otras palabras, el artículo tiene spoilers leves)
Disfruten la función.
¿DE QUÉ TRATA REALMENTE VICE?
Vice, desde su premisa, cuenta la historia de Dick Cheney: el vicepresidente más poderoso de la historia de Estados Unidos. Esta historia es contada como un Biopic gracioso, nihilista y controversial. Pero no se confundan, aunque sea un Biopic, esta película se da todas las licencias creativas posibles y es desarrollada de la forma menos objetiva.
Desde su introducción, Vice marca el tono con el que serán narrados los acontecimientos con el siguiente texto en pantalla:
«La siguiente es una historia real. O tan cierto como se puede decir que Dick Cheney es conocido como uno de los líderes más secretos de la historia reciente. Pero hicimos nuestro mejor esfuerzo».
Básicamente, Adam Mckay hizo (de nuevo) lo que le dio la gana; obteniendo como resultado una película que, más allá de narrar la historia de Dick Cheney, realiza una radiografía crítica a la historia contemporánea de Estado Unidos y consecuentemente, del mundo.
Vice trata realmente de: Causa y Efecto. Una historia donde las causas son los personajes, las elecciones, las promesas y las decisiones tomadas en este periodo de la historia de Estados Unidos; y los efectos son las invasiones, las muertes, los atentados, las crisis económicas y las guerras que vinieron después.
Suena muy denso, ¿cierto? Bueno, es ahí donde entra la magia de su director, Adam Mckay.
REÍR PARA NO LLORAR: LA MAGIA DE ADAM MCKAY
Adam Mckay construye comedia sobre complejos problemas sociopolíticos, logrando que estos sean comprensibles para una audiencia popular.
Con herramientas como: el rompimiento de la cuarta pared, el uso de licencias creativas en la edición y locución; y la estructuración del guión; sus películas, The Big Short (2015) y Vice (2018), captan la atención de las personas mientras les presenta las más crudas verdades detrás de los acontecimientos más relevantes de la contemporaneidad.
Con el humor como “cómplice” de la historia, el espectador enfrenta las más amargas dosis de realidad de la forma menos esperada; logrando que cada risa en la sala de cine, se vaya acercando más a la ira y la crítica por los acontecimientos que son presentados. Una situación donde la audiencia tiene la opción de reír o llorar.
Este estilo de narrativa y elección temática en las películas de Mckay se ha convertido en su sello y su magia.
CHRISTIAN FUCKING BALE
Si hay algo que esta película tiene, es un casting formado por los mejores actores, comenzando por su protagonista, Christian fucking Bale.
Pongámonos en los zapatos de Adam Mckay por un segundo; apunto de grabar un controversial biopic acerca de Dick Cheney, ¿a que actor buscarían para cargar con esta responsabilidad? No se que otras opciones estaban en el marque con equis, pero Bale era, en definitiva, la respuesta correcta.
Conocido por sus increíbles transformaciones corporales y el compromiso obsesivo que adquiere con sus personajes, Bale personifica a un Dick Cheney calculador y silencioso, que hará lo que sea por cumplir sus objetivos.
La actuación de Bale destaca más allá de su aumento de casi 20 kilos; en su papel personifica a la perfección los ademanes y dicción del Vicepresidente Cheney haciéndose irreconocible durante la película.
Justo al final de la película, Christian Bale nos presenta lo que para mi sería una de sus mejores actuaciones hasta el momento. En el discurso final de Dick Cheney ante nosotros, los espectadores, Bale logra comunicar mucho más que lo redactado en el guión. La forma en que, solo con su mirada, nos transmiten todo el poder que este personaje adquirió durante la película, es un momento de pura genialidad en su carrera.
El casting de la película está conformado por varios de los mejores actores de la actualidad, logrando una cohesión y un nivel de ambientación superior al de muchos biopics.
Digno de mencionar, la actuación de Sam Rockwell como el ex presidente George W. Bush puede ser, hasta el momento, el mejor papel de su carrera. El abordaje de Rockwell ante este personaje es humorístico y detallista. El actor logra plasmar en su actuación los ademanes y expresiones faciales que caracterizan a este polémico personaje.
REFLEXIONES FINALES
Esto más que una reflexión es una advertencia: Existe la posibilidad de que odien esta película, y eso está bien. Adam Mckay no hizo esta película para hacer feliz a nadie, por el contrario, está pensada para generar discusión, caos y dividir familias; y eso, también está bien.
Esta NO es una película de comedia accesible a cualquier persona. Las personas que no están familiarizadas o no les interesa el sistema político de Estados Unidos pueden sentir la temática y la trama lejanas a su realidad y difíciles de comprender.
Vice es una de esas películas que cuando termina te deja mucho que procesar. En mi caso, entre más la pienso, más admiro el trabajo de todas las personas que formaron parte de su ejecución y me parece una película muy relevante en la coyuntura actual.
El 2019 ha sido un año de controversia en lo que respecta a las películas nominadas y el bajo nivel de las mismas en comparación con otros años. Y sí, puede que como grupo la calidad esté comprometida pero este año en definitiva tiene joyas que merecen ser vistas, y una de esas joyas es Vice.