De Disney podrán decirse muchas cosas, pero es innegable que tienen la capacidad para tomar un elemento tan común y corriente como el tiempo y transformarlo en algo inspirador, en una metáfora que, contradictoriamente, nos invite a soñar y renunciar al mismo tiempo.

Precisamente, ese es uno de los pasajes que convierte a ‘Alice Through the Looking Glass’ (Alicia a través del espejo) en una buena secuela, que cumple a cabalidad con una de sus principales misiones, brindar respuestas, a pesar de que ya no cuenta con el ‘punch’ de ser dirigida por el excéntrico Tim Burton, aunque sí participó como productor.

Esta nueva aventura nos presenta a una Alicia más humana, intentando mantener vivo el espíritu de su padre a través del barco bautizado ‘Wonder’, sin embargo, ella y su madre son víctimas de la economía local y un hombre que no supo aceptar un ‘no’ como respuesta (Hamish Ascot).

La combinación entre ese buffet de estrés, y que el Sombrerero Loco necesita ayuda, provoca que Absolem aparezca para guiar a Alicia hasta un espejo mágico que le permite regresar y reencontrarse con amigos como la Reina Blanca, Tweedledee y Tweedledum, el conejo mentalmente inestable y muchos más.

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Una vez de regreso, el conflicto principal es claro, aunque un poco jalado del pelo, pero eso no evita que la mayoría de los 113 minutos que dura la película estén cargados de acción, buenos efectos especiales (que también podrán disfrutarse en iMax) y uno que otro chiste que intenta convertirse en el remedio definitivo para tanta tensión.

El elenco vuelve a estar conformado por grandes nombres como Johnny Deep (Sombrerero Loco), Anne Hathaway (Reina de Blanco), Helena Bonham Carter (Reina de Corazones), y por supuesto, Mia Wasikowska (Alicia). Sin embargo, quien más destaca es Sacha Baron Cohen (El Tiempo), que a diferencia de los papeles a los que nos tiene acostumbrados, se muestra más serio e incluso emana algo de sabiduría.

Sasha

Su personaje termina siendo clave para poder conocer un poco más sobre el pasado de algunas figuras claves a lo largo de toda la historia. Es aquí cuando Disney aprovecha para apelar a los sentimientos y generar una conexión más profunda con los espectadores, invitándolos a creer que al día siguiente podrán hacer, como mínimo, seis cosas imposibles antes del desayuno.

Si les gustó la primera entrega, esta no se quedará atrás. Mantiene una línea muy parecida, pero a la vez aprovecha muy bien los minutos que ya no tiene que utilizar introduciendo a todos los personajes clásicos, por lo que termina siendo más dinámica, aspecto que la música de Danny Elfman termina de impulsar.

Finalmente, como era de esperarse, Sombrerero Loco deja la puerta abierta para otra entrega, pero mientras tanto, nos pone a pensar en la delgada línea que existe entre la realidad y los sueños, así que cabe la posibilidad de que este texto se haya escrito solo.

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