Vivimos en una sociedad en la que el corte de Snyder no solo existe, sino que ya se estrenó, lo vimos… y hay MUCHO qué comentar. Pero antes, una advertencia: aunque no entraré en aspectos específicos de la trama y esta no dista mucho de la versión anterior, recomiendo leer esta reseña tras ver la película.

El viaje del universo cinematográfico de DC no ha sido para nada tranquilo. Tras el inicio agradable pero irregular que representó Man of Steel (2017), Zack Snyder continuó su saga con Batman v Superman: Dawn of Justice y las cosas se pusieron… extrañas. La película era muy diferente al estándar del cine de superhéroes del momento y su trama excesivamente densa, así como algunos momentos en verdad ridículos (¿Martha?, ¿alguien?) dejaron una sensación tensa en el ambiente. ¿Podíamos confiarle el resto de este universo a Snyder?. Durante el rodaje, el director, quien había tenido ya múltiples roces con el estudio, experimentó una tragedia familiar y abandonó el proyecto. El producto final, terminado por Joss Whedon, fue un terrible amasijo de pésimo humor, horribles efectos y narrativa deficiente que representó un fracaso absoluto de crítica y taquilla. Parecía el final del universo de DC.

Con Man of Steel (2013), Snyder inició su universo de DC

En lo personal, Justice League (2017) me recordó a esas hojas para dibujar uniendo los puntos: los elementos estaban ahí, pero todo se sentía pegado con cinta, vacío, como si alguien hubiera puesto juntas un montón de escenas más o menos relacionadas… y bueno, es que eso fue exactamente lo que pasó. Tanto el choque entre los estilos de Whedon y Snyder como la intervención del estudio a favor del aligeramiento del tono acabaron  corroyendo el potencial que la película tenía. Yo, también, pensé que el universo de DC estaba acabado.

Pero bueno, de alguna manera, en una de esas raras ocasiones en que la gente se une por una causa común, la presión popular convenció a Warner Bros. de financiar el ensamblaje del corte de Snyder, el cual consistiría en una combinación de material descartado del corte de 2017 y nuevas grabaciones, todo destinado a rescatar la visión original del director. El corte, de más de cuatro horas, se estrenó el 18 de marzo a través de la plataforma de HBO Max.

La petición por el corte de Snyder terminó involucrando incluso a protagonistas de la película

Lo primero que hay que decir es que la versión es muy superior a la estrenada en cines. La homogeneidad estilística, la cohesión y la eficiencia narrativa que faltaban se alcanzan aquí en una propuesta que se siente coherente y efectiva en sus más de 240 minutos. La película es larguísima, sí, pero es que la extensión se justifica casi por completo. Todo el sentido y el peso que se extrañaban se consiguen con creces en esta nueva versión, por lo que no podría calificar la experiencia como nada menos que satisfactoria.

Los efectos y recursos visuales, si bien tienen sus fallos por aquí y por allá, pasan con muy buena nota. Hay muchas marcas de Snyder, desde la recurrente cámara lenta hasta los sets artificiales tipo 300, pero en términos generales la cinta se ve hermosa y gigantesca. Ha habido quejas por la relación de aspecto en 4:3, la cual, claro, se ve rara en los televisores contemporáneos. Eso sí, hay que tener presente que Snyder filmó la película pensando en que se proyectaría en IMAX. Que HBO decidiera presentar la imagen completa, así se viera extraña en los monitores caseros, me parece un acierto en tanto la única forma de conseguir una imagen panorámica era recortando el encuadre original, o sea, perdiendo imagen.

El nuevo diseño de Steppenwolf, mucho mejor que el de 2017, fue de los primeros cambios que conocimos del corte de Snyder

Pero sin duda es en el área de los personajes donde la película más crece con respecto a su versión anterior. Uno de los aspectos que el universo cinematográfico de DC siempre tuvo en contra fue la falta de tiempo para desarrollar a sus personajes. Snyder introdujo a Batman, Wonder Woman, Aquaman, Cyborg y Flash de un solo plumazo en Batman v Superman y de todos esos personajes, solo Wonder Woman tuvo una película propia antes de Justice League. Así las cosas, era muy difícil redondearle arcos a todo el mundo y generar empatía real con la audiencia.

Irremediablemente, Flash, Aquaman y Cyborg, que no habían tenido en pantalla más que unos segundos, se sintieron como meros recipientes de personajes en la versión de 2017. Snyder consigue darles (sobre todo a Flash y a Cyborg) un trasfondo tal vez no igual al que les hubiera dado su propia película, pero sí suficiente como para darles consistencia. Flash ya no es solo el alivio cómico, sino que resulta trascendental para la trama. Aquaman recibe un contexto más claro que, incluso, resuelve algunas inconsistencias que había dejado su película. Pero quien se roba el show definitivamente es Cyborg, quien en algunos momentos se llega a parecer el verdadero protagonista. Su arco es, sin duda, el mejor logrado, ya que no solo conocemos su origen en detalle, sino que lo vemos atravezar un duro proceso de duelo, aceptación y reconciliación con su pasado. Snyder consiguió que esta fuera, en la medida de lo posible, las películas de Flash y Cyborg que hacían falta para que el crossover tuviera pleno sentido.

Todos los personajes, sobre todo los nuevos, reciben un adecuado desarrollo en esta nueva versión

La trinidad compuesta por Superman, Batman y Wonder Woman no tiene un desarrollo tan profundo pero, como adelantaba, los tres personajes ya tuvieron otros espacios. No puedo negar que eché de menos algunos diálogos del corte de Whedon en que Batman explicaba lo que Superman significaba para la humanidad, así como algunas escenas entre aquel y Wonder Woman en la que se mostraban los roles paternales que estos tenían con respecto a los otros héroes. Pero considerando que son personajes muy arraigados en el imaginario popular, no es un problema grave.

En cuanto a los villanos… vaya si hubo mejoría. Steppenwolf regresa como el antagonista de turno, pero ahora sí entendemos su razón para conquistar la Tierra y toda la jerarquía de Apokolips que hay tras él. Tenemos la oportunidad de ver a DeSaad y, a través de él, entender la complicada relación de Steppenwolf con su superior, nada menos que Darkseid, a quien, claro, también llegamos a ver.

El flashback en que se narra la primera venida del villano es monumentalmente superior al del corte de 2017. Narrada por Diana, la secuencia muestra en detalle la batalla que unió a atlantes, amazonas y humanos en contra de la amenaza cósmica que se cernía sobre la Tierra. Vemos a los antiguos dioses, que son incluso nombrados, a una linterna y al propio Darkseid siendo repelido junto a sus huestes. La extensión de esta escena, así como la narración y la mayor atención a los detalles, generan todo el backstory necesario para comprender lo que ocurre en la cinta.

La aparición de Darkseid era una de las más esperadas por los fans de DC

Aquí me permito preguntarme cuál podría ser la razón por la que Whedon eliminó a Darkseid de su corte; la eliminación llegó al punto de que, en esa secuencia retrospectiva, hay tomas de Darkseid en las que lo cambió por Steppenwolf. Lo único que se me ocurre es que el estudio le encargó cerrar por completo la historia, lo que requirió mantener a Darkseid tan al margen como fuera posible. Lo cierto es que en el corte de Snyder el antagonismo está perfectamente cubierto por las fuerzas de Apokolips, que esta vez sí pesan y se perciben como una verdadera amenaza que, de hecho, no se acaba por completo (me referiré más a esto adelante).

Otro acierto fue erradicar por completo el humor de la versión previa. Ya fuera decisión de Whedon o por la intervención del estudio, lo cierto es que la película de 2017 parecía temer que pasaran dos minutos sin hacer chistes. Snyder no se aleja del todo (de hecho, quizá sea su película de DC con más humor), pero las bromas se sienten orgánicas, fluyen, proceden de la personalidad de cada quien y sus choques con las de los demás. Ya no hay momentos incómodos como Flash cayendo sobre Diana o Aquaman mostrando sus sentimientos por estar sentado sobre el Lazo de la verdad.

El mundo de pasadilla de Batman v Superman reaparece en el corte de Snyder

Ahora bien, no deja de llamar mi atención la insistencia en el mundo distópico que habíamos visto insinuado en Batman v Superman. En aquella ocasión, la inclusión de esa secuencia me pareció forzada, como si Snyder estuviera desesperado por mostrar que su historia era más que una típica película de superhéroes y que venía mucho más en camino. Tras ver el corte de Justice League en 2017, la idea parecía desechada, por lo que es agradable que en esta nueva versión se retome… pero si no vemos más de este universo, el asunto quedaría igual: planteado, pero irresuelto. Habrá que ver qué decisiones se toman de ahora en adelante y si esta suerte de combinación entre Final Crisis e Injustice termina fructificando. Eso sí, el mejor rédito de regresar a ese mundo de pesadilla fue poder ver de nuevo al Joker de Jared Leto y constatar que se pueden hacer grandes cosas con él.

Lo que me lleva a reflexionar sobre el futuro de este atribulado universo de DC. Como decía, creo que parte del encargo a Whedon fue que cerrara cualquier hilo que pudiera dar la idea de que la historia continuaba. Sin embargo, Snyder, que ha comentado varias veces que no seguirá en el universo y que Warner ni siquiera lo quiere ahí, viene ahora con su versión y más bien deja abiertas muchísimas cosas: la aparición de Martian Manhunter, la intención de Darkseid de regresar por la ecuación anti-vida, la posibilidad de ese futuro distópico… en fin, hay mucho planteado aquí, de modo que la película no solo culmina satisfactoriamente lo que estuvo antes que ella, sino que establece muchos cimientos para lo que está por venir… pero ¿hay algo por venir? Claro, sabemos que hay programadas películas de muchos de los personajes, pero la continuación de esta macrohistoria planteada por Snyder no parece tan factible.

Snyder dirigiendo a Ben Affleck y a Gal Gadot en el set

Creo que, en todo caso, se trata de una maniobra de Snyder para crear presión. La campaña por el lanzamiento de su corte le dejó claro que la gente ama a estos personajes y que confiaba en él para producir algo mejor que el corte de 2017. Así las cosas, no parece imposible que la demanda por más y mejor contenido tenga efectos a futuro y que el Snyder Cut no sea más que el inicio. Así queda establecido narrativamente, por lo que solo quedará cruzar los dedos y esperar.

En fin, el futuro es incierto, pero lo importante es que hoy por hoy, finalmente, tenemos una película de la Liga de la Justicia digna del legado de DC y que, de paso, nos da esperanza. Tal vez, esta versión termine siendo la canónica y las próximas películas de Aquaman, Wonder Woman, Flash, Black Adam y demás personajes se realicen pensando en esa segunda venida de Darkseid que queda pendiente, con lo que se construya un universo cohesivo… y quizá tengamos una película del Batman de Ben Affleck… y una secuela de Man of Steel… sí, suena difícil, casi imposible… pero el Snyder Cut también lo parecía hace unos años. Y, como dice Batman, a veces hay que tener fe.

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