Volvió nuestro spin-off favorito… bueno… mi spin-off favorito… de hecho es el único que veo pero en fin, el caso es que la segunda temporada de Fear the Walking Dead finalmente inició su segunda y última parte, a ver si por fin sabemos que pasó con el grupo que, como comentamos en el último capítulo, quedó fragmentado. Vamos a comentar este primer episodio, titulado «Grotesque», con la advertencia de que de aquí en adelante habrán spoilers tanto de los episodios anteriores como de este.
Echando mano de un recurso inédito, este episodio se enfocó exclusivamente en Nick. Si me lo hubieran dicho antes de verlo hubiera pensado que no era una buena idea, pero la verdad es que el producto terminado me resultó agradable, todo un estudio de personaje que, francamente, le convenía mucho a la serie y al personaje. Y es que no sólo lo acompañamos en su caminata de más de 100 kilómetros entre el Valle de Guadalupe y Tijuana, sino que en determinados momentos pudimos ver flashbacks dedicados a la vida de Nick antes del brote zombi. Específicamente, lo vimos durante una estadía en rehabilitación, donde compartió con otra interna que resultó ser nada más y nada menos que Gloria, la primera muerta revivida que vimos en la serie. Por el trasfondo y la profundidad que le dieron a Nick, esas escenas fueron lo mejor del episodio; destacó particularmente la manera en que las distribuyeron, colocándolas en cada momento en que, por una u otra razón, el joven perdía la conciencia en su recorrido.
La primera regresión nos mostró a Nick y a Gloria conversando en un salón de la institución donde permanecen recluidos. Ahí nos enteramos, a través de un juego de roles, de que Nick no tenía la mejor relación con su papá, a quien acusa de siempre estar cansado. Según él, el señor Clark siempre llegaba tarde a la casa y se acostaba sin cenar, por lo que nunca podían siquiera conversar. Mas aún, en la segunda regresión vemos a Maddy visitar a Nick para comunicarle que su padre falleció en un accidente de tránsito. Nick, claro, no lo recibe muy bien, lo que podría ser el porqué de su recaída posterior, la cual vemos en la tercera regresión, cuando aparece oculto en una iglesia con Gloria, consumiendo drogas con ella. Como podemos recordar, esa fue la situación en que conocimos a Nick, cuando al despertar no encontró a su amiga a su lado, puesto que esta ya se había transformado en una caminante y amenazaba con devorarlo. En lo personal me encantó esa sucesión de escenas pasadas puesto que no sólo permitieron conocer más a Nick, sino que dejaron una gran incógnita con respecto a cómo terminó Gloria en ese estado. ¿Falleció mientras dormía y terminó por transformarse? Si fuera el caso, ¿Qué la mató?, ¿Tendrá algo que ver ella con el origen de la plaga? La verdad no albergo muchas esperanzas con respecto a una explicación (de hecho, creo que lo mejor es que no expliquen nunca por qué reviven los muertos en este mundo) pero al menos me provocó una agradable intriga ver que la joven estaba perfectamente la noche anterior a su transformación.
Con respecto a lo que vimos en tiempo real, hubo muchas revelaciones. En primer lugar, pasó algo de tiempo desde el último episodio, pues Nick apareció ahora compartiendo vivienda con una mujer latina y un niño, Juan. Por la confianza entre ellos pareciera que convivieron un buen tiempo, pero esto se vio interrumpido pues ella insiste en seguir hacia el sur, en busca de La Paz (¿Bolivia? Espero que no…) donde se presume está el padre de Juan. Nick no los acompaña pues insiste en que quiere ir hacia el norte en busca de más gente como Celia. Su fijación con los muertos vivos no ha variado un ápice, por lo visto.
Así inicia un recorrido que tendrá todo tipo de obstáculos para el joven protagonista: en primer lugar, es desalojado de su primer refugio por una madre furiosa quien, en un afán por proteger a su hija, lo agarra a batazos y no le permite ni recoger sus proviciones, de modo que tiene que continuar su viaje con lo puesto. Es por eso que se afana en busca de recursos como pocas veces hemos visto a un personaje, incluyendo los de The Walking Dead. Nick se ve obligado a sacar una botella de un carro con una caminante atrapada adentro, a partir una tuna en busca de agua, a comer los restos de un perro que acaba de ser devorado por caminantes y a pasar una gélida noche en el desierto. Para colmo, es mordido por un perro y se enfrenta a un grupo de hombres armados que tratan de matarlo. Fue una sucesión de situaciones que parecían incluir un poco de todo lo que hemos visto tanto en la serie principal como en esta. Y de alguna manera todo cayó en su sitio, sin que se sintiera sobrecargado ni nada por el estilo. Máximo aprovechamiento del tiempo, si me lo preguntan.
Con respecto a esos tipos hostiles, supongo que son los miembros de «La manas» que la mujer del principio describió como personas que están en el mundo anárquico que siempre habían querido pero, sinceramente, no se vieron tan amenazantes cuando no pudieron contener a un grupo mediano de caminantes entre los que venía Nick camuflado. Tal vez podría atribuirse a que no ha pasado tanto tiempo como para que tengan mucha experiencia lidiando con los muertos, pero igual la escena se vio un poco tonta. Probablemente en un futuro apreciaremos la verdadera amenaza que encierra esa aparente pandilla.
Por último, luego de deambular por ahí haciéndose vendajes improvisados en su pierna mordida, un grupo compuesto por dos hombres y una mujer, que venían vigilándolo desde hace rato, lo alcanzan y le ofrecen ayuda. Ellos lo llevan con un médico que lo atiende apropiadamente y lo incorpora a lo que parece una nueva comunidad, la cual consiste en una serie de caseríos puestos unos junto a otros y hasta una especie de mercado de pulgas en medio. Los niños juegan fútbol y la gente transita como si nada pasara. En realidad, no es posible apreciar si hay murallas o si tendrán algún otro método para repeler la amenaza.
En general, me gustó el enfoque en Nick, ya que permitió desarrollar su personaje y hacer avanzar la historia mostrando mundo, lo cual muchos episodios de esta serie no han conseguido a pesar de tener a todos los personajes. Además, hay que apuntar que la dirección fue particularmente buena, sobre todo en el diseño de los planos y las imágenes metafóricas que se expusieron, lo cual fue muy útil durante la larga caminata de Nick. Aunque no había diálogo, era posible sentir que se estaba contando algo, que el personaje continuaba en ese confuso viaje solitario del que podría no haber regreso. Una escena en que el joven avanza entre los caminantes y alucina que estos le están hablando… digamos que es de lo más escalofriante que he visto en las dos temporadas.
Sin ser particularmente intenso en su narrativa, «Grotesque» resultó ser un episodio dirigido de manera muy artística y que consiguió ahondar en un personaje de manera prácticamente inédita en la serie. Sería interesante ver algo así con respecto a otros personajes, aunque la perspectiva de que cada episodio se enfoque sólo en una línea de la historia suena también un poco cansado. Habrá que esperar a ver qué le depara el destino a Maddy y a Travis.
