Debo iniciar comentándoles que la siguiente nota será sumamente subjetiva, pues Claymore es de mis animes favoritos, todo en ella es increíble, vivo en un constante idilio de amor con su música, su estética, su animación y sobre todo con la mística que transmite; dicho esto procedo a contarles/recomendarles/obligarlos a ver este genial anime.
Claymore está basada en el manga homónimo escrito y dirigido por Norihiro Yagi. Esta serie de animación shounen vio la luz en el año 2007 con un total de 26 episodios y está marcada por la acción, la intriga, y una buena cantidad de gore. Fue producida por el estudio MadHouse (también ha producido animes como Ninja Scroll, Vampire Hunter D: BloodLust, Trigun, Death Note y Hunter x Hunter entre otros grandes éxitos).
¿De qué trata?
Claymore nos sitúa en un ambiente de fantasía medieval, donde la humanidad es atacada por demoniacas criaturas conocidas como Yomas, quienes caminan entre los humanos sin ser detectados buscando alimentarse de ellos. Ante esta amenaza una organización realmente misteriosa envía a sus Claymore para que eliminen este mal, lo único malo es que al igual que sus presas, son temidas por la humanidad.
Poniéndolo de otra manera, una Claymore es una mujer blanca de cabellos rubios que fue “entrenada” por esta organización para poder detener a los Yomas y su sed de frescos seres humanos. Ellas usan una espada llamada Claymore la cual posee el símbolo único que identifica a cada una de ellas y con esa letal espada eliminan a estas indeseables criaturas. Eso sí, debo agregar que hay algo más allá que les permiten luchar contras estas abominaciones mano a mano, es…… un secreto que no les diré, eso les toca descubrirlo a ustedes.
Nuestra historia se centra en la Claymore Clare, quien además de servir a la organización, posee una agenda personal marcada por la venganza. En una de sus cacerías ella conoce y salva a un muchacho huérfano, Raki, quien es expulsado de su aldea porque sus padres fueron devorados por los Yomas y se une a Clare en su aventura. También conoceremos otros enigmáticos personajes, como Theresa la sonriente, la poderosa Galatea o a Priscilla, la que inicio todo el viaje de Clare.
¿Porque debe verla?
Claymore fue considerada la mejor serie anime del 2007. Es un anime para una audiencia madura que nos presenta una historia clásica del bien contra el mal, la cual se va torciendo y tirando nuevos matices conforme conocemos más de las Claymore y de la organización. La definición en las personalidades de los personajes está muy marcada, cada Claymore que conoceremos es diferente (sin tomar en cuenta que todas son rubias, con la misma armadura y espada), y en mayor o menor medida aportan a la historia desarrollada. Además sentiremos y veremos el desarrollo de sus personajes principales tanto física como emocionalmente, y en definitiva, el suspenso y la trama nos tendrán luchando lado a lado con estas guerreras.
Visualmente la serie se lleva las palmas: las escenas de batalla son dinámicas y fluidas, y sobre todo efectivamente gráficas, cada golpe nos dolerá. La filosofía de la serie es intensa, desde la misma concepción de lo que es una Claymore, hasta el porqué de la lucha de Clare. No dejamos nunca de buscar el calor humano, sin importar las circunstancias, nos gusta sentirnos amados y necesitados, ser importante para alguien más.
La serie además nos brinda con su trama, pequeños avances que vuelven la historia cada vez más interesante, tal vez encuentren muchos hilos de historia sin concluir en el final, pero eso solo deja una esperanza en mi corazón para una segunda temporada… algún día.
El apartado musical es impecable y acorde a los distintos momentos del anime, su opening “Raison D’être” por el grupo Nightmare y el ending “Danzai no Hana – Guilty Sky” por Riyu Kosaka aun están en mi lista de reproducciones, y su soundtrack tiene a su haber canciones que llegan al alma. Como bonus les dejo el opening de la serie.
En definitiva, no tengo duda de que disfrutarán este anime, espero leer sus comentarios y reacciones sobre esta joya de la animación japonesa.
