Hablar de «El Principito» es hablar de uno de los libros más conocidos y leídos a nivel mundial.

Escrito por el piloto y escritor Antoine de Saint-Exupéry (1900-1944), fue para él una forma de escape y expresión. Era como si su lado infantil lograra expresar lo que su faceta de hombre maduro no podía decir. Poco conocido para el público es que cuando escribió «El Principito», Antoine ya era un reconocido escritor. Sus obras «L’Aviateur» y «Courrier Sud» lo colocaron en el ambiente literario y gozó de gran éxito e incluso ganó varios premios. Todo lo que escribía eran reflejos o reflexiones de su vida.

Se tiende a decir que él era solo un «piloto de guerra», pero en realidad esa fue solo una época de su vida, pues también fue piloto para transporte de correo internacional, y además tenía una exitosa carrera como piloto comercial hasta la 2da Guerra Mundial. Amaba volar. Tal vez era esa la única manifestación de libertad en su vida adulta donde podía sentir que se elevaba sobre lo mundano y monótono.

En 1935 tuvo un accidente volando sobre Libia y sobrevivió de milagro junto con su mecánico André Prévot. De ahí salió su novela «Viento, Arena y Estrellas». Esa experiencia tomó forma para convertirse en el punto de partida de su obra más conocida. Trabajaba para una compañía llamada Aéropostale, que se encargaba de vuelos comerciales y transporte de mercancías entre Francia y sus colonias africanas.

Cuando Francia se rindió a Alemania en la 2da Guerra Mundial, Antoine huyó a Estados Unidos (se dijo que incluso fue «colaboracionista»), donde escribía cartas a sus amigos en las que dibujaba un pequeño niño rubio con bufanda que decía aforismos o frases sueltas. Aparte de ello, pasaba horas haciendo ilustraciones de ese pequeño niño.

Así continuó, hasta que un 6 de abril de 1943, la editorial Reynal & Hitchcock publicaba un libro pequeño, con una filosofía sencilla de la vida y su belleza, que hoy día ha sido traducido a más de 250 idiomas, lenguas y dialectos; que ha vendido al menos 140 millones de libros, y es considerada la 2da obra literaria más leida del mundo.

Su obra ha tocado el alma de millones y sin duda será para siempre un hito de la literatura universal.

Saint-Exupéry murió en 1944, muy joven, sin saber el éxito que tuvo y, mucho menos, sospechar cómo su nombre se convirtió en eterno gracias al pequeño viajero del asteroide B-612. Murió porque volvió a la guerra para tratar de liberar a su país. Su aporte, liberando su patria, valió su vida, pero su aporte despertando mentes, abriendo corazones y sacando lágrimas de júbilo es, y será, universal.

Su «brazalete de identificación» fue hallado en 1998 en un río en el sur de Marsella. ¡Imagínense lo que cuesta encontrar algo así! Tal vez, quien lo encontró aplicó aquella frase tan famosa: «Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible para los ojos».

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