Dicen que participar ya es ganancia, que ser segundo también es importante, pero a la mierda con eso, ambos sabemos que el viaje nunca estará completo sin una victoria en las grandes ligas, aunque a ‘Big Brother’ no le convenga.
¿Hace cuánto comenzamos a cantar «¡Tengo que ser siempre el mejor, mejor que nadie más!»? Entonces ¿cómo quieren que no duela? Y sí, llegarán otras oportunidades, eso no me preocupa, lo que me preocupa es que yo no llegue con ellas.
Tal vez es la mala costumbre de enfrentarte al espejo y que el resultado siempre sea el mismo, pero no todos fuimos creados a prueba del tiempo. Puedo sonar egoísta, pero quiero llegar a decir “Yo lo vi ganar”, y tener argumentos de sobra para explicarle a mi sobrino que una cerdita parlanchina no es lo mejor que le ha pasado frente a una televisión.
No me rindo, me retiro. Sé que la pasión, el orgullo y los conocimientos necesarios están ahí, pero tal vez sea el momento idóneo para emprender otra aventura, una cuyo objetivo sea encontrar la última pieza de un rompecabezas que amenaza con convertirse en una obsesión.
Fuerza. Desde aquí hasta Pueblo Paleta, porque no hay nada como el hogar para recuperarla.
