Leía hace unos días una crítica algo particular a Justice League, en ella, el crítico decía que de todos los lujos que se podía dar la película, se daba uno que era imperdonable: «la intrascendencia». Independientemente de si estamos o no de acuerdo con dicha afirmación podemos decir que en el caso de The Punisher la serie se da el lujo completamente opuesto: la trascendencia. Y es que, en esta nueva entrega de la colaboración entre Marvel y Netflix encontramos no sólo una gran serie de súper héroes (¿antihéroes?) sino además una gran serie en toda la regla.

He de decir que no esperaba la serie con el mismo entusiasmo que otras veces. Luego de los fracasos que fueron Iron Fist y The Defenders me parecía que la fórmula Netflix + Marvel se había agotado. Por dicha estaba completamente equivocado y llegó una serie visceral, brutal, sentimental y fresca para recordarme porqué esta dupla nos ha dado de las mejores series para servicios de streaming.

La ubicación exacta de The Punisher en la cronología de los eventos de este submundo está situada unos meses después de lo acontecido en la segunda temporada de Daredevil. En esta ocasión vemos a un Frank Castle destrozado, cambiado e inclusive usando un pseudónimo para que prevalezca el mito ante New York, pero sobre todo, ante las autoridades de que el hombre que alguna vez fue un castigador ya no existe y que todos podemos dormir en paz sin un terrorista suelto.

El inicio de la serie puede sentirse un poco lento, incluso torpe, y las consecuencias de los primeros cuatro episodios son productos construidos para jalar el gatillo y activar al hombre que Frank Castle ha intentado mantener muerto en todos los sentidos posibles. Ahora bien, estos episodios nos dan un contexto, es una forma de introducir todo el vertiginoso camino del protagonista hacia el castigo que merecen las personas que le han hecho tanto daño a él y al país que defendió.

Lo siguiente a esta introducción, no voy a mentir, es un festín de sangre y gore justificado, después de todo estamos hablando de un ex-marine torturado, no sólo físicamente, sino también psicológicamente, al punto de preguntarse si merece vivir o no. Este es un metraje en donde, por extraño que parezca, todo está justificado. No existen huecos en el guión y la narrativa se encarga de desarrollar y amarrar la historia de forma sublime. La construcción de los personajes me remite a películas como The Departed o Django, en donde las motivaciones y las contradicciones de los protagonistas se sienten reales.

Existieron ocasiones en que gracias al magnífico guión y dirección los diálogos me enfrentaron a mí mismo. Me hicieron cuestionar mi sistema de creencias, eso es algo que pocos productos de entretenimiento logran hoy en día; no hablo aquí de mi capacidad de análisis por capas o desde una posición privilegiada en donde pocas cosas logran «abstraerme» a niveles metafísicos o incluso contemplativos. Hablo aquí de una crítica que se percibe desde hace tiempo con la generalidad de los productos que consumimos para entretenernos, la trascendencia del mero entretenimiento a una etapa reflexiva no es un arte fácil en general y en el subgénero del que hablamos mucho menos, por eso es que rescato la particular dosis de realidad que ofrece The Punisher.

El elenco de esta serie es espectacular, no sólo Jon Bernthal es un excelente The Punisher, también se rescata la interpretación de los villanos: la agente Madani, el agente Stein, Rafi… Cada una de las actuaciones tiene algo de memorable y algo por lo que las recordaremos. Ya sea por sus delirios de grandeza, por su falso patriotismo o su búsqueda implacable de la verdad, la serie nos recuerda a cada instante que no sólo necesitás de un buen guión, un buen argumento y una construcción memorable de una historia sino también de interpretaciones creíbles que nos hagan sentir parte de un universo que es un todo consistente y unido para contar una buena historia.

Siguiendo con los puntos altos de la serie, me sorprendió la calidad de las escenas de acción. Adiós al «shaky cam» de series como The Defenders, en esta ocasión los productores y directores optaron por «long shots» y planos abiertos con transiciones a planos más cerrados que funcionan magníficamente. En lo personal encontré escenas memorables que no creí volver a presenciar, una de mis favoritas se encuentra en el episodio 10, del cual no hablaré para evitar spoilers. Si quieren deleitarse con una escena maravillosa la pueden encontrar en ese episodio que como pieza es de los mejores productos audiovisuales que he podido contemplar.

La música y el diseño de sonido también se sienten naturales, integrados a lo que acontece y en ocasiones me encontré tan sumergido en lo que sucedía que olvidé que había música o sonido tan bien diseñado. Puntos extra también para el maquillaje que me hizo sentir repulsión y asco. Aclaro, no hablo aquí de shock value, por el cual la serie apuesta poco (teniendo en cuenta del personaje que hablamos) sino de una empatía real a partir de la caracterización y estética creadas para representar físicamente el dolor de una golpiza.

Para finalizar, The Punisher se acerca mucho a mi serie favorita del servicio de streaming (Daredevil temporada 2) y no es solamente por la acción, las interpretaciones o los diálogos, sino porque además de todo lo anterior, la serie te pone a pensar sobre temas actuales y que ya deberíamos haber superado como sociedad. Hablamos de corrupción en el ejército, falsos nacionalismos, tráfico de drogas, crímenes de guerra, control en la posesión de armas, beligerancia y ocultamiento de rastros. Si quieren una serie actual, con altas dosis de emoción y tensión The Punisher es para ustedes; si quieren una serie con temas políticos importantes y que exponga una visión de todos los bandos involucrados, también.

1 COMENTARIO

  1. Honestamente he sido muy reacio con respecto a ver series basadas en super heroés de historietas, (aún cuando me gustan los comics). Pero esta vez a penas supe que The Punisher tendría su propia serie dije: » tengo que verla, este personaje es atormentadísimo, y es de mis favoritos». Es la primera que veo del partnership Netflix/Marvel y en general de sobre personajes del mundo del comic y para ser honesto, ya me motivó a ver Daredevil que aunque solo he escuchado maravillas de la serie, no me atrevía a verla. Concuerdo con el autor, en cuanto a la autenticidad de la serie tocando temas tan reales que realmente te hacen sentir las motivaciones y frustraciones de Frank Castle durante cada episodio, me gusta el enfoque, y como la adaptaron.

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí