En los videojuegos hay un debate que se ha prolongado por años a este punto, es un debate que tiene muchas aristas. La premisa central circunda en el si un juego corto (10-15 horas) debería costar lo mismo que un juego largo (30-60+ horas).

Esta idea creo que se extrapola un poco a las películas, ¿es necesario que una película importante dure 2 horas mínimo? La respuesta la puede tener Venom, let it be Carnage y sus 97 minutos.

Con Andy Serkis al mando, algo que sinceramente me sorprendió, la secuela nos trae al enemigo por excelencia de Venom, su hijo, Carnage. Que por cierto, ya que hablamos de videojuegos, tiene uno que me trae mucha nostalgia: Spider-Man and Venom: Maximum Carnage para el SNES. Pero me desvío del tema.

La puesta en escena no podía ser mejor, y el largo de la película me pareció la mejor decisión posible para este tipo de entregas.

¿Una relación sinbióxica?

El corazón de esta película es la relación entre Eddie y Venom, todo lo demás se da a partir de ella. Serkis consigue que se mantenga la sensación de que la simbiosis entre los dos es total, casi como un matrimonio. No, corrijo, exactamente como un matrimonio.

Hardy mantiene esa perfecta representación de un tipo “perdedor” que se encuentra en una situación tanto abrumadora como con un tremendo potencial. Sin embargo, su vida todavía es un limbo. Pero cuando uno se puede estar cansando de la dinámica (¿intra-familiar? ¿intra-biologica?) de los protagonistas, llega el maravilloso Woody Harrrelson.

Woody es perfecto en cuanto a representar a un psicótico como Cletus Kasady se refiere. Solo sus expresiones son suficientes para tener claro que estamos ante un sociópata de otro nivel. Sus motivaciones son simples, pero claras en su mayoría y por eso el personaje es una gran contra parte del de Hardy.

Let there be Carnage y ritmo narrativo

El gran problema con películas de super héroes que no tienen demasiada profundidad de trama, es que se alargan muchas veces artificialmente, siguen un patrón determinado que no necesariamente se ajusta a lo que se tiene como contenido en general. En muchas ocasiones hasta sobran los enemigos (te estoy viendo Spider-Man 3).

Con esta secuela las cosas pasan como tienen que pasar, no se pierde tiempo en alargar arcos que no tienen relevancia, y tampoco la confrontación principal se divide en episodios que simplemente son muy clichés. Para entendernos, es un cliché que los antagonistas se peleen, gane el villano y el héroe termine teniendo su revancha. Esto tiene sentido, de nuevo, si existe una profundidad de trama que lo permite. Venom no es ese tipo de película y lo sabe. Nunca termina de alargarse innecesariamente.

Lo anterior no quiere decir que ese ritmo narrativo haga que se esté libre de crítica y que la película es perfecta. No. Tiene cosas que no necesariamente tiene sentido, o que pueden ser recibidas como graciosas o no según cada uno. Inclusive hay momentos que deberían servir para demostrar lo que se necesitan estos dos personajes y no logran presentarlo de la manera más efectiva.

La pelea final no tiene nada de espectacular, es entretenida, pero seamos sinceros, es un personaje peleando con otro con los mismos poderes, solo que uno en desventaja. Sin mencionar que hay una parte que hasta haría sonrojar a Syndrome de The Incredibles.

El Veredicto

Venom let there be Carnage no es una película con mucha profundidad, pero que te lleva a un ritmo en el que te entretiene sin rodeos. La actuación de Hardy sostiene sobradamente la secuela y Harrelson es perfecto como Carnage. Definitivamente es una que hay que ver en el cine, 4DX no es mala opción por ejemplo. Pero sobre todo, NO SE PUEDEN PERDER LA ESCENA POST CRÉDITOS, perdón, ya me entenderán la excitación.

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