Hablar de Mario es como hablar de Mickey (o quizás incluso mucho más importante que el ratón), es hablar de toda una cultura creada a raíz de un personaje bonachón con muchas buenas intenciones (y vidas), además es hablar de la revolución y salvación de toda una industria, es hablar de uno de los pilares fundamentales de lo que entendemos como videojuegos.

Sin embargo, no podemos hablar de Mario sin recordar que una de las mentes maestras detrás del personaje Shigeru Miyamoto es también una de las personalidades más influyentes en el medio en el que decidimos invertir nuestro tiempo y dinero. Otro dato importante es que ésta mente maestra del diseño no sólo ha creado a este divertido personaje (no vamos a decir héroe, porque ni él mismo lo considera así) sino a  casi todo el universo carismático de Nintendo.

El personaje bigotón y regordete ha estado presente en más de una centena de videojuegos, de casi todos los géneros, aromas y sabores, desde  uno de los mejores rpgs hasta conduciendo un kart, Mario  es de las franquicias que no sólo ha sabido envejecer, sino también reinventarse. Tan versátil es nuestro amigo de overol que ha pasado de recoger a la princesa a ser competidor directo de Sonic en competencias de velocidad.

Con todo esto, siempre nace una pregunta en todos aquellos que hemos disfrutado de los juegos del fontanero, ¿por qué jugamos Mario? ¿Qué nos hace volver una y otra, y otra vez a rescatar a la princesa? Bueno esto se debe principalmente a dos factores, el primero y que ya hemos hecho mención, es la capacidad de reinvetarse dentro de su propio eje, es decir la posibilidad de consumir los productos de Mario desde muy diversas ópticas, siempre con una calidad envidiable y con mecánicas frescas que permiten al personaje italiano estar presente en el imaginario de las personas.

En segundo lugar, Mario  tiene elementos que lo hacen ser un juego universal, en primer lugar cuenta la historia del bien contra el mal desatada en la lucha por obtener a la princesa Peach, en segundo lugar, los diálogos del juego no están configurados en localismos nipones, sino que buscan ser lo más englobantes posibles. No sólo esto influye en nuestra perspectiva del juego, sino además Mario no trata nunca de representar cómo es la vida, sino cómo debería de ser, un mundo de colores, vivido, en dónde cada representación busca de una forma u otra emular los más altos valores de todos los seres humanos, Mario dentro de su simpleza busca la universalidad, la complejidad del pensamiento humano elevado al entretenimiento interactivo.

Para terminar nos gustaría que nos comentaran cuáles son sus memorias favoritas de Mario, cuáles momentos los han marcado y porqué siguen jugando Mario. De nuestra parte seguiremos salvando a las princesas, brincando encima de Goombas y sorprendiendonos con cada nueva entrega del fontanero italiano ¡Hasta siempre Mario, que siempre salvemos a las princesas en honor a la diversión!

 

Mega_Mario_Group_Artwork_-_Super_Mario_3D_World

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí