The Girl of Glass: A Summer Bird’s Tale combina los géneros de combate por turnos, point & click y novela gráfica para contar una historia conmovedora que nos narra la aventura de una niña de cristal. Ella busca un nuevo rumbo en su monótona vida, no quiere seguir en el lugar donde está, solamente necesita un pequeño empujón que la aliente.
Kristal es nuestra joven protagonista, a quien entendemos como la ‘Soyla’ en circo lleno de personajes extravagantes con personalidades muy marcadas, algunos son muy fuertes, otros chistosos, en general, a lo largo del juego vamos a toparnos con seres especiales en su esencia. El circo donde Kristal vive y trabaja está anclado permanentemente en una zona dominada por el régimen del Águila, el cual es liderado por un personaje que busca hacer cumplir siempre sus deseos a base de agresión y el miedo.
Al ir adentrándonos en la historia, nos damos cuenta que Kristal tiene un potencial oculto, que le ayuda sentir la valentía necesaria para dejar el circo, vivir la vida que quiere, y hasta encontrarse a sí misma. Incluso, al avanzar, nuestra heroína va descubriendo que ella puede ayudar a un grupo de gente que forma la resistencia en pos de derrocar al régimen del Águila, esto que marca un antes y después no solo en la trama de The Girl of Glass, sino que en la vida misma de Kristal. Parecería una historia cualquiera, clicheada, pero si logramos mantenernos pegados a pesar de ciertas falencias en la jugabilidad, el relato que nos cuentan puede dejarnos sorprendidos. Aunque la narrativa es basada en textos, el juego trae una narración con voces que engalana la obra regalando una atmósfera muy apacible.
La historia se desarrolla por capítulos mediante mecánicas de point & click, que utilizamos para hablar NPCs, resolver rompecabezas o acertijos, y encontrar objetos que se esconden por los escenarios. Los puzles son muy sencillos, intuitivos, no requieren de mucho pensar, lo que ayuda mucho a seguir el hilo narrativo sin quedarnos mucho tiempo estancados en alguna parte del juego, resultan tan sencillos, que literalmente en cada pantalla tenemos algún personaje que nos dé algún tipo de pista para encontrar las posibles soluciones a algo en particular.
Las batallas se dan bajo las bases tradicionales del combate por turnos, tenemos ataques tradicionales, estancias defensivas, contraataques, y todos tienen sus barras de energía, o de habilidades. Saber maniobrar en la cuadrícula de combate se vuelve de mucha importancia porque de esto depende cuánto daño recibimos, y quién lo recibe según el ataque que vaya a utilizar el contrario. Saber anticipar los movimientos del enemigo es necesario para dominar la pelea, pues cuando nos dan un golpe de ataque poderoso vamos a perder mucha vida -mucha, cada vez que logramos aplicar bien estos malabares vamos a sentirnos los maestros del TBC, pero a la hora de fallar, todo cambia, puede ser muy fácil cometer un error a la hora de medir los avances enemigos, y recibir un daño fatal no deja más opción que reiniciar la pelea, esta molesta situación de reinicios suele repetirse mucho cuando enfrentamos jefes, es muy deprimente tener que empezar de nuevo peleas que en general tardan bastante tiempo por su ritmo lento.
En lo que respecta a las visuales, The Girl of Glass es una hermosura, con todo el esplendor que pueden dar escenarios hechos a mano, los colores pastel, y el detalle en cada zona son hermosos, los diseños de personajes tienen buen aspecto sin dar la sensación de ser genéricos.
A pesar de tener ciertos detalles en el sistema de combate que podrían hacer que algunos pierdan el sosiego, la parte narrativa y de aventura logra mantener el equilibrio en un estado sano para que podamos disfrutar de esta bonita historia. Visuales preciosas que fueron dibujadas con mucho cariño y reflejan sutileza en cada trazo de los fondos en las escenas. Un juego lindo, recomendado para todos los que gusten de los títulos de estrategia por turnos, y sobre todo novelas visuales.
De momento, el juego tiene un precio de $15 USD en la tienda de Steam, fue desarrollado por el estudio independiente Markus with friends.
