Y llegó el momento. La octava temporada está aquí y, como se nos había prometido, comenzó con todo. Pasamos a comentar este primer episodio, no sin la acostumbrada advertencia: vienen spoilers del episodio y posiblemente del cómic, así que procedan con cuidado.
«Mercy» fue uno de esos episodios que probablemente polarizarán a la audiencia, en tanto tuvo suficientes cuotas de acción como para satisfacer a algunos, pero también contó con una estructura enrevesada que podría frustrar a otros.
Sobre esa estructura, creo que, salvo las tomas en que vemos un primer plano de Rick cuya cara es iluminada por los reflejos de un vitral, no es tan complicado acomodar la narrativa para entender su orden: el discurso motivacional a cargo de Rick, Ezekiel y Maggie ocurrió justo antes del ataque contra el Santuario y las escenas de un Rick envejecido y una Judith muy crecida pertenecen, claro, a un hipotético futuro. La secuencia en que Carl busca gasolina y un tipo le pide ayuda parecen corresponder a un momento indeterminado del pasado en que se estaban abasteciendo para atacar a los Salvadores.
Como nota curiosa, he de confesar que aunque noté algo en el momento, no fue sino hasta que leí la confirmación en la red que me percaté de que en este episodio (el número 100, nada menos) vimos retornar al primer caminante que vimos en toda la serie. Sí, ¿se acuerdan de aquella niñita en pijama que Rick se topa en una gasolinera en la primera escena de la serie? Pues resulta que la misma actriz, Addy Miller, quien ahora es una joven de 17 años, se volvió a poner la piel de caminante para aparecer en uno de los mejores guiños de la serie a su propio pasado. Aunque no tuvo gran trascendencia narrativa, fue un cameo muy bien logrado, en tanto ocurrió mientras Carl y Rick registraban una gasolinera, tal como en el episodio original.
Como mencioné, es imposible saber a ciencia cierta a qué está pasando (o acaba de pasar… o está por pasar) en esa extraña escena en que vemos a Rick angustiado, incluso llorando y repitiendo la frase que el joven le dice a Carl cuando le está pidiendo ayuda («mi piedad perdura sobre mi ira»). Lo más que podemos concluir, por razones obvias, es que se da después de ese encuentro con el joven lector del Corán.
Sobre el asalto al Santuario, podemos decir que fue épico y que, a pesar no estar exento de situaciones extrañas, fue sumamente tenso, sobre todo para un inicio de temporada. Me encantó el grupo de carros reforzados con latas de zinc (aunque no dejé de preguntarme si ese poco de latas herrumbradas podrían detener una balacera como las que suelen propinar los Salvadores) y la actitud general de la alianza de Hilltop, El Reino y Alexandria. Es muy interesante cómo las diversas comunidades se unen bajo la ideología de la solidaridad, y se unen contra la tiranía y el orden impuesto mediante el terror de Negan.
Lo que me sacó un poco de base fue que Negan saliera tan tranquilo a enfrentar el asedio totalmente descubierto; más aún, que Rick y los suyos no trataran de matarlo de una vez. Claro, Rick trató de razonar una última vez, pero si desde las muertes de Abraham y Glenn se había decidido a matarlo, no entiendo por qué tantas reservas. Tal vez para mostrarle a los «tenientes» que él es diferente… pero en fin, mucha parla en lugar de dispararle ahí, de una vez, ya que salió tan confiado.
En general el plan fue muy entretenido de ver, con Darryl atrayendo a la horda con las bombas colocadas estratégicamente, la casa móvil abriendo el nicho en la reja del Santuario y la balacera contra las ventanas.
La traición de Gregory se veía venir, pero me gustó que no muriera de inmediato y que eso provocara que Gabriel quedara atrapado. No, no, momento, no es que me caiga mal Gabriel; de hecho considero que es un personaje que ha tenido una evolución muy positiva, pero es innegable que la situación en que quedó, ahí encerrado con Negan en medio de una horda de caminantes, se presta para muchos desenlaces interesantes. En particular, me llama la atención qué actitud tomará Negan en esas circunstancias: herido, rodeado de muertos y encerrado con un enemigo.
Para lectores del cómic, parece evidente que este arco va a tener la resolución que tuvo originalmente, pues esos flash-forward de un Rick mayor y aparentemente lisiado apuntan a lo que leímos en las páginas de Robert Kirkman y compañía. Sin embargo, en algún momento del capítulo, en una transición entre ese Rick desesperado y sufriente y el envejecido, me pareció notar una conexión, como si aquel estuviera imaginando a este. Ahí se las dejo para que piensen.
En general, me gustó mucho que la temporada abriera con tanta acción y que, por lo que se ve en los avances, la dinámica no se haya agotado aún. También, la estructura no lineal sembró suficiente intriga como para tenernos enganchados, por lo que podemos decir que fue un digno episodio número 100, aunque le faltó para ser tan determinante como el número 100 del cómic. Un lindo detalle adicional fue que se lo dedicaran a George Romero, pionero del cine de zombis recientemente fallecido. Ojalá sigan por ese camino y nos tengan reservados grandes momentos.
