A través de los años, los seguidores de The Walking Dead, muchos de ellos al menos, se han caracterizado por odiar los episodios en los que la historia principal no avanza y se dedica tiempo a desarrollar algún personaje secundario o a exponer ideas. Sin embargo, aunque no se puede negar que algunos de estos episodios son, en efecto, frustrantes, muchos han logrado mostrar algún elemento valiosísimo, ya sea la historia detrás de algún personaje o lo que está ocurriendo en algún paraje del que no teníamos noticia.

Paso a comentar el episodio de esta semana con la advertencia de siempre: ¡SPOILERS!

Esta semana, «Swear» se ocupó de expandir la historia en lugar de avanzarla: siguiendo a Tara y a Heath, nos mostró una nueva comunidad,  afirmando de paso la crueldad de los Salvadores, con lo que todo queda susceptible de incorporarse a la historia principal.

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Tara desenterró algo que difícilmente calificaría como «tesoro»…

En cuanto al enfoque en los personajes, la manera en que la serie separó a Heath y a Tara del grupo en la temporada anterior me pareció un poco forzada; de hecho, las consecuencias de lo extraño de la situación se sienten hasta ahora, puesto que han pasado muchos episodios desde la muerte de Denisse y Tara aún no se ha enterado. Además, el hecho provocó que Heath no estuviera presente en la masacre de Negan, como sí lo estuvo en el cómic, hecho que lo incorporó al grupo de Rick de forma definitiva.

En fin, como fuera, la serie tenía que contarnos qué pasó con este par, que se habían ido de Alexandria en busca de suministros. Siguiendo lo que ya es tradición esta temporada, se les dedicó un episodio completo. En otros momentos he señalado que no me parece que a la serie le convenga esta estructura, pero ya que la están utilizando, vale apuntar que este fue uno de los episodios en que mejor les resultó, ya que lograron un muy buen dinamismo a pesar de alejarse del terreno conocido.

Me encantó cómo intercalaron escenas del viaje inicial con lo acontecido cuando los personajes se separaron. Al principio, volvió a parecerme extraño que estuvieran tan decepcionados por no encontrar más provisiones. Claro, es necesario ubicar muchas cosas, pero cuando ellos se fueron Alexandria no quedó TAN mal como para que se sientan avergonzados por no volver con más que algunas latas y un paquete de aspirinas. En fin, el caso es que la escena del puente, cuando Tara liberó por accidente a ese montón de caminantes que permanecían enterrados, fue espectacular. Si bien la secuencia de Rick combatiendo a los muertos en la niebla en el primer episodio sigue siendo mi favorita, esta tiene un sólido segundo lugar.

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La entrada a Oceanside, nueva comunidad

Por otra parte, fue agradable que el episodio empezara en un ambiente tan exótico para la serie como lo es la playa. De hecho, no recuerdo otra ocasión en que hayamos visto el mar (salvo en Fear the Walking Dead, claro). Desde esas escenas introductorias, en que resultó realmente intrigante ver a Tara aparentemente naufragada, se presentó también a la joven Rachel, miembro de la comunidad Oceanside que veríamos también más adelante. Hablo de la chiquita porque me recordó profundamente a Lizzie, aquella violenta y loca niña que mató a su hermana y que tenía una facilidad pasmosa para usar armas de fuego.

Y es que Oceanside, la comunidad compuesta únicamente por mujeres desde que los Salvadores acabaron con todos sus varones mayores de diez años, fue un punto alto  del episodio… aunque todo dependerá de si vuelve a aparecer y adquiere mayor relevancia. Las nuevas poblaciones expanden el mundo narrado de alguna manera, pero si no aparecen más (como el grupo de chicanos que le robó las armas a Rick en la primera temporada) no pasan de meras anécdotas. La verdad, sería muy interesante ver a estas mujeres uniéndose a Alexandria, El Reino y Hiltop en contra de Negan, pero la actitud de Tara al no revelar su existencia pareciera vaticinar lo contrario.

Ahora bien, aunque el recurso de encontrar una nueva comunidad es siempre interesante, esta temporada ha mostrado dos en apenas seis episodios, sin contar a Hiltop, cuya aparición está aún reciente. Contando a los Salvadores, tenemos cinco escenarios que, de mantenerse en la historia, necesitarán tiempo para desarrollarse, lo que podría complicar aún más la ya intrincada narrativa del programa.

Quisiera detenerme un momento en lo que, a mi gusto, le dio cohesión y solidez al episodio por encima de todo lo demás: Tara. Tal como Daryll y Eugene, Tara es de esos pocos personajes refrescantes que posee la serie, en tanto su personalidad es tan particular que la destaca en medio de todos. Su humor, su constantes titubeos al hablar, su costumbre de saludar con el puño y su manera aligerada de tomarse las situaciones la alejan del dramatismo y la seriedad que imperan sobre los demás, de modo que cada escena con ella es como una bocanada de aire fresco para la serie. En este episodio es gracias a ella que las situaciones resultan divertidas y entretenidas. Y para colmo, toda la levedad se transformó en peso al final, cuando la joven logró regresar a Alexandria solo para enterarse de la muerte de Denise y los demás. Aunque me pareció redundante rumiar esa muerte a estas alturas, igual tuvo su impacto ver el rostro de Tara tras enterarse, sobre todo por el recuerdo que le había conseguido a su novia en el camino.

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Tara se esconde de sus perseguidoras. En más de una ocasión, tuvo que correr por su vida.

Porque, francamente, un episodio como este con cualquier otro personaje probablemente hubiera sido muy aburrido. Narrativamente no aportó casi nada y alejó la acción de los lugares que más interesan de momento. Insisto en que me agrada cuando nos muestran algo nuevo, pero de no ser por Tara mi percepción hubiera sido muy diferente. Además, está por verse si Oceanside termina aportando o se queda como otra nota al margen.

Quisiera resaltar dos momentos más: la secuencia en que Tara se escabulló entre los caminantes del puente con la ayuda de Cindy, quien fungió como francotiradora, y el momento en que parecía que estábamos viendo a Heath revivido. El primero fue grandioso, el segundo, no tanto. En cuanto a la escena del puente, fue emocionante y satisfactoria, pues mostró a dos personas colaborando mediante una técnica que no habíamos visto y que, de hecho, resultó muy efectiva, por no mencionar que existió cierta tensión real al ver a Tara rodeada de tantos muertos. Por otro lado, el truquito de mostrar a un muerto físicamente similar a un personaje para insinuar que este murió ya se había visto en Fear the Walking Dead y no resulta nada intrigante o elaborado. Ojalá no se les ocurra volver a hacerlo. El destino de Heath, de momento, queda en el misterio… al igual que los enigmáticos tatuajes de Tara y la tarjeta que esta se encontró al final con las letras «PPP«.

«Swear«, pues, resultó un episodio de relleno más, con la posibilidad de que su contenido adquiera importancia con el tiempo. La verdad es que fue efectivo por sí mismo, pero no tanto como parte de un todo. Lo que lo salvó fue el excelente trabajo de Alan Masterson como Tara, así como el del guionista que le escribió esas líneas tan graciosas e impredecibles. Considerando que nos quedan dos capítulos antes de la pausa de fin de año, es probable que la acción y las revelaciones aumenten la próxima semana. Pero, de momento, ¿adivinen? Habrá que esperar.

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