Ahora sí. Esta semana todo se vino abajo. Cualquier parámetro para comprender lo que vimos, irremediablemente, se queda corto. Y, con todo, fue hermoso. Más por obligación que por otra cosa, les digo que a partir de aquí podrían encontrarse spoilers de la octava parte del regreso de Twin Peaks… si es que algo de semejante locura podría ser susceptible de convertirse en spoiler.

Primero, comentemos lo comentable: el episodio empezó con una secuencia que daba continuidad al final del anterior. Cooper-malo y Roy, que fueron liberados de la cárcel por un alcaide chantajeado, huían en el carro que les fue suministrado. Tras detenerse un momento, Cooper-malo trata de aprovechar que Roy está distraído orinando para matarlo. Sin embargo, el revólver que encuentra en la guantera no funciona y Roy, quien se tomó un momento para aclarar que la falla del arma fue obra suya, dispara por su parte, hiriendo de muerte a Cooper-malo. A continuación, todo empezó a irse por la borda.

Cooper-malo y Roy escaparon amparados por el alcaide de la prisión

Podríamos estructurar la parte «ida por la borda» del episodio en tres grandes partes. A saber:

  1. Vuelta a la vida de Cooper-malo: aquí tuvimos la participación de todo un ejército de «indigentes quemados», muy similares a los que vimos tanto en la celda de Hastings en el primer episodio como en los pasillos cerca de la morgue la semana pasada. Este numeroso grupo abordó al herido y le realizó un extraño tratamiento, consistente, por lo que se apreció, en embarrarlo de tierra y sangre de su propia herida. Roy, quien presenció la situación, tuvo la reacción más comprensible y salió despavorido del lugar. Tras presentarnos la actuación de Nine Inch Nails en el bar (bueno, The Nine Inch Nails), volvimos con Cooper-malo, quien finalmente despertó, aparentemente ileso.
  2. Inicio del verdadero desastre: tras un fundido en negro, un letrero nos indicó que nos encontrábamos en White Sands, Nuevo México el 16 de julio de 1945 a las 5:29 am. Un poco de lectura histórica (en Google, claro) nos puede indicar que ese lugar, en esa fecha… a esa hora, fue el escenario de la primera prueba nuclear realizada por los Estados Unidos, en la cual se detonó un dispositivo similar a los que se usarían luego en Japón. Una cuenta regresiva da paso a la explosión, la cual es acompañada por el Treno por las víctimas de Hiroshima, de Krzysztof Penderecki. El caos de la pieza musical contrasta con la lentitud de la toma, en la que la cámara se va acercando muy despacio a la explosión, que se desenvuelve en el aire pausadamente. Cuando la cámara finalmente alcanza el hongo, toda descripción se vuelve imposible, en tanto se sucedieron una serie de imágenes, como fuego, nubes, nebulosas, una especie de interferencia y demás cosas aparentemente aleatorias en que la narración desapareció por completo. En algún momento, una criatura muy similar a la que vimos en la caja de cristal apareció y vomitó un  chorro de… algo, entre el cual iba una esfera con la cara de BOB. Tras el montaje largo y abrumador, que recuerda poderosamente al final de 2001: A Space Odyssey o a la secuencia de la creación de The Tree of Life, aparece una «Convenience Store» que pareciera ser el «cuartel general» de los indigentes quemados, pues pronto los vemos pulular por todo el lugar. Y… de hecho esta no es la primera vez que vemos tienda como esa. En Fire Walk With Me asistimos a una reunión de la Logia Negra en el segundo piso de una tienda, en la cual, de hecho, hay dos tipos con gorro y barba presenciándolo todo. Según los créditos, se trata de dos «Woodsman», o «Leñadores»… lo cual coincide con los créditos de este episodio, en que también se les llama «Woodsman» a nuestros «Indigentes quemados».
    1945, White Sands, Nuevo Mexico. 5:29 am.

    En lo que podríamos considerar la parte 2.5, tras una nueva serie de indescifrables imágenes, arribamos nada menos que al mar morado que Cooper vio en su camino para salir de la Logia Negra. En esta ocasión, la cámara lo recorre hasta entrar a un ciclópeo edificio, dentro del que una mujer ataviada elegantemente parecía esperar sentada en un sillón. Tras encenderse una alarma, el Gigante aparece y luce preocupado. Desplazándose, llega a una especie de cine abandonado donde, en la pantalla, ve a la criatura que vomitó a BOB. Ante esto, comienza a elevarse en el aire y a adoptar una posición inclinada, siempre flotando. La mujer llega a su vez y contempla al Gigante, quien emana una luz dorada de la cara, la cual toma forma esférica y se desplaza hasta las manos de la mujer, quien observa. Dentro de la esfera se vio nada menos que ¡la cara de Laura Palmer! Tras besar la esfera, la mujer la suelta y esta vuela hacia la pantalla, la cual muestra ahora el planeta Tierra.

    Detengámonos aquí un momento. He leído varias reseñas en las que se ha tratado de dar una explicación lógica a todo este enredo. En lo personal, no me siento ni capaz ni motivado a comprenderlo aún, por las sencillas y respectivas razones de que no lo consigo y quisiera disfrutar todo lo posible de la intriga que tanta y confusa información me despertó. Algunos especulan que la explosión nuclear creó o liberó a BOB y, para detenerlo, el Gigante y la mujer enviaron a Laura a la Tierra. Sin embargo, Laura no nacería hasta dentro de mucho tiempo y por lo que sabemos, no es como que haya podido detener a BOB. Eso sí, no hay que descartar la posibilidad de que Laura no fuera simplemente un ser humano, sino que haya estado en alguien más anteriormente, migrando de cuerpos tal como BOB lo hace… Es un hecho que, de alguna manera, esta sección parece haber narrado el origen de BOB y Laura que, por lo visto, sería un único evento. Cómo una explosión nuclear crea/libera algo como BOB, estaría aún por explicarse, pero me parece razonable pensar que eso fue lo que vimos.

    El Gigante y la Mujer enviaron a Laura a la Tierra

     

  3. Finalmente, el rótulo avanzó once años, hasta 1956, y nos mostró la aparición de un extraño huevo del que «empolló» una criatura a la que llamaré «sapolilla» pues… parecía una combinación de sapo y polilla. A continuación, comenzó una parte, digamos, relativamente comprensible, filmada en clave de película de terror, donde pudimos ver la aparición de los leñadores y el caos que sembraron en un pueblo: varios muertos, varios desmayados y un misterioso mensaje transmitido en vivo, cuando uno de los hombres oscuros entró a una estación de radio y ejecutó a quien se topó. Destacan, claro, la pareja de jóvenes a quienes vimos terminar lo que parecía una salida juntos. Por supuesto, lo más desconcertante fue que la sapolilla terminara introduciéndose en la boca de la jovencita. Sobre esa situación, tengo una duda: todos los que oían el críptico mensaje transmitido por el leñador caían desmayados o muertos, pero no estoy muy seguro de que la niña haya sufrido esta reacción. Me dio la impresión de que simplemente se acostó y se durmió antes de que la criatura esa llegara y se le metiera por la garganta.

    El leñador se ocupó de buscar fuego para su cigarro… y de asesinar a algunas personas

Y bien… esa sería mi manera de sintetizar lo que vimos en el episodio. Más que encontrarle sentido, creo que de momento deberíamos concentrarnos en lo que significa que algo como esto se haya visto en televisión. Si decimos que desde la década del 2000 vivimos la era dorada de la televisión, este episodio de Twin Peaks debería considerarse uno de sus hitos o, inclusive, tal vez el origen de una nueva era en la que caerán todos los límites que una producción televisiva aún pueda encontrarse. Ok, tal vez me estoy pasando de optimista, pero es realmente motivante saber que un viejo loco como Lynch pudo llevar esto a la pantalla chica. Así como la serie original influenció a tantas otras, es posible que este regreso cree una verdadera escuela en los años por venir.

En 1956, la sapolilla se introdujo en el cuerpo de una joven

Y bueno, eso fue todo por esta semana. Esperemos a ver qué nos depara esta loquera a la que aún no hay por qué buscarle sentido….

Sí….

Me voy…

Mmmm…. ejem…

¡Al diablo! Aquí está mi teoría

  • Como dije antes, es difícil de digerir la idea de que una explosión nuclear genere una entidad como BOB… o a la que engendró a BOB, tal vez sobre todo porque la idea de que la radiación produzca algo está ya muy trillada. Claramente, es muy probable que lo que Lynch tiene bajo la manga sea algo muy distinto, pero de momento, sin saber más, tal vez por eso me choca un poco la idea. Ahora bien, parece ser que en efecto vimos el origen o, cuando menos, la liberación de BOB de algún estado anterior en el que se encontraba atrapado. Esto provocó que «las fuerzas del bien», el Gigante y la mujer, enviaran una entidad contraria, la cual sería la futura Laura Palmer. Ahora bien, si esto ocurrió en 1956, ¿por qué Laura era una adolescente en los 80? Pues mi teoría es que la sapolilla es, precisamente, Laura, o la entidad que llegará a ser Laura. Podría ser que su esencia, tal como la de BOB, pueda migrar de cuerpo y que de momento se haya encarnado en la niña que vimos. Claro, tengo que reconocer que mi teoría se fundamenta, sobre todo, en que la mayoría de teorías que he visto asumen que la sapolilla es BOB y solo quiero pensar en otra posibilidad. No obstante, la conexión con la niña podría ir más en línea con mi propuesta, además de que explicaría por qué Laura fue enviada hace tanto tiempo, pues Laura Palmer como tal no sería sino una encarnación de la entidad. Ahora bien, la esfera que la mujer sostuvo tenía la cara de Laura, lo que complica este escenario.En cuanto a las mencionadas «fuerzas del bien«, creo que tienen algo que ver con la creación del mundo, una especie de dioses, de lo cual veo alguna evidencia en los engranajes que hay sobre el «cine» donde ven la aparición de BOB. Dichos engranajes podrían simbolizar el tiempo, el cual «se produce» desde esa edificación en medio del mar morado.

    Extraños mecanismos que conectan la dimensión del Gigante y la Mujer con el universo

Claro, todo esto pueden ser puros pataleos de una mente estructurada occidental que no puede evitar buscarle sentido a todo, inclusive si es algo como este mítico «Part 8», que sin duda pasará a la historia como uno de los momentos más icónicos de la televisión. En lo personal, he de confesar que, como vi la serie original tras ver las películas más recientes de Lynch, siempre sentí que aún faltaba algo, esa chispa surrealista y transgresora que caracteriza sus trabajos más recientes. Por ende, me resulta enormemente gratificante cuando, en este nuevo formato pero en la misma serie, el director se deja ir con tanta libertad. Al fin y al cabo, uno no ve a Lynch para recibir todo empacado y decodificado. La idea, precisamente, es recibir estímulos, vivir una experiencia estética diferente y poner el cerebro a trabajar. Veremos a dónde nos lleva todo esto pero, de momento, no está de más ver por tercera, cuarta y quinta vez esta maravilla de la televisión contemporánea.

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