Hoy día el género de los «zombies» o «muertos vivientes«, ya sea muertos realmente o personas infectadas por virus que pierden su humanidad, está más vivo que nunca. Constantemente hay nuevas interpretaciones o aparecen películas que retoman el tema. Está de más mencionar el cómic de «Walking Dead» que ha generado 2 series de televisión bastante exitosas, la reciente película asiática «Tren a Busan» y ni hablar del juego «The Last of Us» donde una plaga de hongos devasta a la humanidad.
Pero todo tiene un inicio. Y el padre del género moderno tiene nombre. Y su obra hoy cumple 50 años: George A. Romero. El hombre que trajo al imaginario del horror moderno a los muertos vivientes que devoran a los vivos.
George Andrew Romero (1940-2017) nació en New York, hijo de madre lituana y padre español. Desde niño estaba fascinado con el cine y estudió Arte y Teatro en la Universidad de Carnegie Mellon, en Pittsburgh. Empezó a hacer cortos de televisión y comerciales, y en 1968 con el escritor John A. Russo termina una película que originalmente se llamaba Anubis, luego le cambió el nombre a «La Noche de Anubis»… para convertirse en «La Noche de los Muertos Vivientes» que todos conocemos hoy. Película que lanzó el género de «zombies modernos».
El tema de los zombies había sido tratado con anterioridad en el cine pero dentro del contexto de la magia y brujería tradicional haitiana. La idea de seres muertos que se levantaban no para obedecer sino para devorar a los vivos fue novedosa. Y muy exitosa. Con un presupuesto de solo $114 mil dólares, en los siguientes 10 años recaudó más de $30 millones de dólares y fue la película más taquillera en la temporada europea de cine de 1969.
La película causó polémica en el público y generó fuertes debates porque era algo diferente y demasiado chocante para la época. Por alguna razón desconocida durante las primeras semanas los niños podían entrar a verla y eso generó fuertes reacciones en contra de la misma. Además de múltiples traumas en no pocos de ellos que nunca habían sido expuestos a escenas tan chocantes para la época.
Otro aspecto clave fue que, aunque los zombies aportaban la tensión psicológica, al final eran más peligrosos los vivos que los muertos mismos (un condimento que no puede faltar que define una buena película para muchos). Y encima, el protagonista y héroe, era un «negro».
A finales de los 60s, la película también fue analizada desde la perspectiva de las consecuencias de la Guerra de Vietnam y de la enajenación de la gente por el «American way of life» donde la gente «normal» no serían más que zombies en un sueño y realmente muertos en vida. Hay cátedras y libros enteros sobre el tema.
Posteriormente Romero hizo 4 películas más sobre el tema, y colaboró y desarrolló muchas otras con más o menos éxito: una de las más destacadas fue «The Crazies» donde un avión con virus experimentales choca, los virus se liberan y todo un pueblo se vuelve loco de violencia y canibalismo por ellos. Hasta en eso fue pionero.
Max Brooks, autor del famoso libro «World War Z«, considera que la obra de Romero es inmortal y «llena de muchas lecturas en múltiples niveles». Su película favorita es «Dawn of the Dead» (la original, no el remake) a la que considera la mejor de la saga.
John Carpenter, reconocido director, dice que «Romero nos dió esperanza que podíamos hacer arte que hiciera historia con bajo presupuesto», y también enfatiza como muchos elementos que usó Romero en sus películas son hoy hasta cliché en el cine de horror.
Y aprovechando la intención crítica de Romero: ¿hoy estamos vivos o hoy somos muertos vivientes más que nunca? Tenemos mucho que pensar.
