Ha pasado ya más de un mes desde el estreno Rogue One: A Star Wars Story y podríamos decir que ya ha pasado el tiempo suficiente para enfriar la mente y tener un criterio claro de la película y qué fue lo mejor de esta película.

No hablamos de escenas en específico ni nada similar, sino hablar de Rogue One como un todo y así señalar cuáles fueron las cosas en específico que hicieron de Rogue One una gran película.

 

-Rogue One es una historia en el universo de Star Wars.

No es el Episodio 3.5 como muchos la han querido describir. No es ni siquiera un Episodio. Aún así, seguimos hablando de Star Wars. Rogue One sigue siendo tan Star Wars como lo es Rebels o Clone Wars o incluso los comics.

Lo cual hace de esta película una gran apuesta siendo la que menos lightsabers ha tenido y sin la presencia de un solo Jedi. Pero sin esto, aún se sigue sintiendo como Star Wars. Vemos creíbles a los personajes y los planetas que llegan a visitar. Expandiendo mucho más un universo ya lo suficientemente grande.

 

-Riesgos tomados.

Esto está ligado un poco al punto anterior. La gran controversia que hubo por no tener el title crawl. No tener a John Williams como compositor, las regrabaciones, Tarkin y Leia rejuvenecidos, incluso el uso de Darth Vader (hablaremos de eso más adelante) en la película. Todos estos puntos son de respeto que se le deben dar al director Gareth Edwards.

 

-Son tiempos de guerra civil y la ambientación lo confirma.


Al hacer una película más centrada en la guerra civil que hubo entre la Alianza Rebelde y el Imperio y menos en los caminos de los Jedis, es claro que íbamos a ver una ambientación diferente.  Las cosas se iban a ver más cercanas a la realidad.
El caso de Jedha por ejemplo. Viendo los panoramas con las estatuas de los Jedis destruidos, los Stormtroopers con sus trajes menos blancos que de costumbre, los pilotos rebeldes arrestados.
Puntos muy pequeños pero que muestran todo el tiempo que estos dos lados han estado peleando.

 

-La moral no es blanco o negro. Es definitivamente grís.

Algo que hemos visto durante toda las películas de Star Wars es esa lucha del bien contra el mal. Los buenos hacen cosas buenas y los malos hacen cosas malas. Nunca habíamos visto nada extraño o diferente en eso hasta ahora.

Desde la introducción de Cassien en el momento en el que asesina a sangre fría un mensajero que claramente no se iba a poder salvar, nos dejaron muy en claro el tono que iba a tener esta película.

Sí, la pelea sigue siendo entre buenos y malos, pero en tiempos de guerra claramente se deben tomar algunas decisiones que no sean las “correctas.”

 

-El imponente Imperio.


Un aspecto que siempre quedó muy en claro desde 1977 es el tamaño y el poder del Imperio, pero es posible que hasta ahora lo vemos en todo su esplendor. Este inmenso tamaño del imperio, tanto metafórico como literal, se puede ver en los últimos minutos de la película. Luego de obtener los planos de la Estrella de la Muerte, y ya preparados para un retorno triunfal, los X-Wings son interceptados sorpresivamente por un Star Destroyer para así masacrar todos los rebeldes posibles. Esto sucede mientras Tarkin solicita destruir la base donde todavía estaba Jyn y Cassien.

Esta escena por si sola provoca todo tipo de sentimientos pero muestra sin ninguna falla la posición que tenían los rebeldes en esa época en su lucha contra el Imperio.

 

-Darth Vader.

Para los que conocemos un poco de la filmografía de Gareth Edwards, sabemos que antes de Rogue One, se encargó de dirigir una de las películas más anticipadas del 2014, como lo fue el remake de Godzilla.
De igual forma, hubo un tema en dicho filme que polarizó las opiniones de los fans y los críticos, y fue el tiempo que tuvo Godzilla en pantalla.

Algunos decían que fue un desperdicio tener tan poco de Godzilla en la película y que lo que se vio en el final no fue suficiente. Otros decían que lo poco que íbamos viendo durante la película hacía que la expectativa fuera creciendo poco a poco hasta tener ese impresionante final. Yo en lo personal estoy más del lado que defiende esto al igual de que estoy completamente de acuerdo al tiempo que estuvo nuestro querido Vader en pantalla.
Rogue One no necesitaba ser una película en la que Vader fuera el villano principal, pero sí era necesario tener su presencia en la película al igual que la presencia de Tarkin. Necesitaban tener al menos una aparición tomando en cuenta en lo importante que son para la saga en general y en especial para el Episodio IV.

Y pues, la escena final de Lord Vader es sin duda la mejor escena que se haya visto de este personaje en la pantalla grande.
El problema que hubo aquí fue el marketing de la película como tal. Hacer tanto énfasis en la aparición de Vader claramente iba a subir las expectativas a mil.

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