No todo lo que brilla es oro, asimismo, no todo tiempo pasado es mejor y para clara referencia podríamos citar, en este caso, al marsupial más querido por los gamers: Crash Bandicoot. Jugar Crash, es entender cómo ha evolucionado la industria de los vídeojuegos, es un golpe con precisión de cirujano a la nostalgia de los ayeres, cuando tenía toda una tarde para jugar.

Como remake, el nuevo juego de Crash obtiene nota perfecta, todo lo bueno que recordás del juego sigue ahí, sin embargo, como título moderno y sobretodo si es tu primera vez con el personaje, la entrega se queda corta ya que sus mecánicas y diseño de niveles se sienten claramente superados por títulos de plataformas en 3D modernos.

Sí, estoy consciente de que hablamos del clásico platformer 3D tempranero y que muchas de sus imperfecciones se han ido superando, de hecho, yo mismo me vi sorprendido por cómo evoluciona el diseño de niveles entre la primera, la segunda y tercera entrega.  Sin embargo, aún con la evolución natural del juego, la obra adolece de ese elemento de plataformer tempranero, centrado en la precisión del salto, pero con limitantes de manejo y (¡vaya ironía!) precisión de colisiones. En ese sentido, podríamos decir, que los programadores no quisieron alterar el núcleo de la jugabilidad de la franquicia, lo cual, teniendo en cuenta el producto que nos entregaron, se agradece profundamente, pero si esperabas algo más respecto al título saldrás francamente decepcionado.

Lo que realmente brilla en este juego es su apartado artístico, los gráficos parecen directamente sacados de una película animada, los juegos de luces son sublimes y la música -más los efectos de sonido- sin duda alguna te sacarán una sonrisa cuando veás la esencia del juego capturada y mejorada. Ver cómo te podés mover y que cada detalle fuera minuciosamente cuidado hacen que recuerde esas tardes preciosas que ahora anhelo más que nunca.

Respecto a la dificultad, he de decidir qué, en efecto, el juego se siente más difícil de como lo recordaba, y es que -pese al esfuerzo de conservar la esencia de la jugabilidad- los programadores tuvieron serios problemas ya que reconstruyeron el juego desde cero y eso se nota en dos partes esenciales de la mecánica de juego: 1. La rapidez del salto es  mayor a la de los juegos originales, lo que cambia el conteo del tiempo en el aire para hacer cálculos de caída (colisiones) y 2. Ahora Crash y Coco resbalan en las orillas; ciertamente esta decisión de diseño, es la que me parece menos acertada, puesto que al ser un juego en donde requerís precisión, el factor de resbalar aumenta la dificultad de forma innecesaria, aunque una vez que te acostumbrás no hay mayor problema (sólo cuando resbalás involuntariamente a pesar de haber ejecutado una caída perfecta).

Sumado a esto, si sos de los que juegan a completar el juego al 100%, encontrarás un reto formidable, aunque en ocasiones, te vas a frustar; las maniobras que debés realizar para alcanzar las gemas grises sin morir, en ocasiones te hacen rascarte la cabeza, en otras tirar el control… esto puesto que la disposición de elementos en muchos casos no obedece a un patrón lógico, más allá de la dificultad por la dificultad. Muchos verán este reto como algo digno de la vieja escuela, otros lo verán y pasarán de lejos.

Respecto a los niveles, pues, no hay mucho que se pueda decir, son los mismos de antaño y se agradece; el problema es que, en algún momento (sobre todo si sos novato en la serie), se pueden sentir repetitivos y por ende aburridos.

Crash Bandicoot N’Sane Trilogy vuelve como un empaque cargado de nostalgia, es sin duda un gran remake, que no puedo dejar de recomendar si desean recordar una de las mejores épocas de los videojuegos cuando jugaban en su PSOne.

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