doctor-strange-city-bending-179855

 

Esta reseña está libre de SPOILERS

Doctor Strange es magia: fascina visualmente, y encanta a través de sus personajes. La película logra crear un espectáculo envolvente y, a la vez, reflexionar sobre temas morales y espirituales sin caer en un fetichismo o en un viraje desmedido hacia el dogma. Gracias a la labor certera, y visionaria, del director Scott Derrickson, estamos ante una de los mejores productos de Marvel Studios.

Más que una historia del género de superhéroes, Doctor Strange se parece más al cine de aventura: se encuentra llena de retos, obstáculos inimaginables, peligros inminentes. En muchas ocasiones, Stephen Strange se asemeja mucho a Indiana Jones; en lugar de un látigo, tiene poderes místicos. Además, cuenta con un preciso humor que le suma emoción a la experiencia; porque la película es una experiencia emocionante, grata.

La historia cambia la narrativa clásica del individuo que obtiene súper poderes. Después de un terrible accidente, el neurocirujano Stephen Strange comienza a estudiar las artes mágicas para recobrar la movilidad en sus manos. Esto desata la curiosidad en el mundo de lo sobrenatural. Las habilidades extraordinarias ya no son producto de una explosión radioactiva, son el producto de un proceso de aprendizaje arduo.

maxresdefault-1

Uno de los grandes logros de la película es su construcción estética, destacando como una de las propuestas visuales más exuberantes y llamativas del año. Hay una presencia de escenarios increíbles, psicodélicos. Y esto se mantiene a lo largo de todo el relato. Es un trip absoluto que parece sacado de un disco de Pink Floyd. Doctor Strange juega con la realidad y la expande, es lo más cercano a una situación en la que Aldous Huxley, en lugar de escribir “Las Puertas de la Percepción”, se hubiera dedicado a crear superhéroes.

Benedict Cumberbatch se luce en su interpretación. Con aplomo y astucia, su actuación muestra a un individuo arrogante que surca en un viaje de conocimiento interior. Esta evolución se aprecia y lleva a la inspección de temas relevantes como el rol ético de una persona con la sociedad; eso sí, sin caer en un bodrio parecido a la literatura de auto-ayuda. Estamos ante lo que puede llegar  ser uno de los personajes más icónicos de la década.

Doctor Strange viene a corregir dos grandes pecados de las películas de Marvel. Primero, el villano ya no es un estereotipo de cartón con un objetivo antojadizo. Kaecilius tiene un pasado rico que le da peso, que lo hace verdaderamente peligroso, es un fanático religioso imparable. Si bien no es el Guasón de Heath Ledger, el personaje cumple satisfactoriamente con su papel dentro de la historia, infunde miedo, trastorna el orden.

Segundo, la música pasa a ocupar un lugar primordial. Como ya muchos han notado, los soundtracks de Marvel no son memorables o pasan desapercibidos; sin embargo, la labor de Michael Giacchino genera un cambio radical y brinda melodías que ayudan a narrar la historia. Al salir del cine, es muy difícil no tararear el tema principal.

maxresdefault-2

Con un reparto solvente y una estética exquisita, Doctor Strange es de lo mejor que el cine de entretenimiento ha dado en los últimos años. Su guión permite apreciar la riqueza de un nuevo universo y delinea personajes redondos e interesantes, llenos de contradicciones y dilemas. Cuando la película termina, es muy fácil desear comprar otro boleto para volverla a ver.

 

DEJA UNA RESPUESTA

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí