Antes de Rogue One, antes de Rebels e incluso antes de The Clone Wars (tanto su película como su serie de televisión que le siguió), estuvo una miniserie que muchos ignoran y pocos olvidamos.
Star Wars: Clone Wars fue un proyecto estrenado en el ya lejano 2003 y creado por Genndy Tartakovsky, conocido por ser el creador de series como El Laboratorio de Dexter y Samurai Jack.
En este, siendo el primer programa de televisión de la saga desde Star Wars: Ewoks (una serie animada de 1985) se cuentan varias historias de caballeros Jedi y troopers que suceden en el lapso entre el Episodio II y III durante las Guerras Clon. Historias con Anakin, Obi Wan, Yoda, Mace Windu, Padme y todos los personajes principales que recordamos (excepto Jar Jar, por dicha).
Contarnos las historias del ascenso de Anakin de Padawan a un Caballero Jedi, algunos fragmentos de la oscuridad apoderándose de Anakin, un Mace Windu más interesante que el de las películas e incluso la introducción del General Grievous en la historia.
Todo esto contado en episodios de 3 minutos de duración en sus dos primeras temporadas, teniendo tres al final. La duración de los episodios es una ventaja para el tipo de serie que estaban haciendo en ese momento. Algo similar a Band of Brothers, Clone Wars mostraba el verdadero aspecto bélico en estas historias, sin derramar una gota de sangre, pero aún así, sintiéndose genuino.
Hablando de la acción, es sumamente increíble. Tartakovsky siempre ha tenido un tacto especial para dirigir acción en sus series de televisión. Pero, a diferencia de su otra producción, Samurai Jack, aquí la acción se ve un poco más fluida. Tanto las batallas con los sables lasers, disparos entre los troopers y los droides o las batallas en el espacio. Todo se ve como un hermoso desastre, exactamente como debería verse una guerra a través de los ojos de un equipo como el que estaba detrás de eso.
Si conocen el trabajo de Genndy, pueden conocer el hecho de usar el silencio, los efectos de sonido y el poco diálogo (si no es que es nulo), para crear escenas que a uno lo llegan a mantener al borde del asiento. La tensión se puede sentir muy real con escenas épicas y memorables como la introducción del General Grievous o la pelea entre Anakin y una Sith llamada Asajj Ventress, por poner algunos ejemplos.
Al igual, la comedia es parte importante en los diversos proyectos de Tartakovsky y aquí también se encuentra presente. Frases de C-3PO, interacciones entre personajes e incluso un poco de humor visual se puede encontrar en esta serie. Todo para crear uno de los mejores productos en toda la saga de Star Wars.
En su momento, las tres temporadas fueron vencedoras en la categoría de “Mejor programa animado” y “Logro individual en Animación” en los Emmy, asimismo, ganaron dos años consecutivos el premio de “Mejor producción animada para la televisión” en los premios Annie.
Y si bien fue un gran éxito para el público y la crítica general, incluso logrando tener un final digno (aspecto que no se veía de gran forma en esa época para este tipo de series), la mayoría de fanáticos suele olvidar lo brillante que fue y sigue siendo esta serie.
La acción, el diseño de los personajes, la edición, las historias, los easter eggs, la música, los efectos de sonido. En fin, esta serie fue algo increíble que le pasó a la historia que se estaba contando en ese entonces de la saga y que nos pasó a todos nosotros en nuestra infancia.
Si bien es una pena que al tener un pequeño soft reboot luego de la compra de Disney, todas las historias contadas aquí, inclusive la explicación de la tos de Grievous en el episodio III, por ejemplo, siempre deberíamos recordar esta serie de cómo hacer bien un producto derivado de historias no tan memorables como lo son las películas.
Si gustan encontrar y pasar el Día de Star Wars viendo algo que tal vez no hayan visto anteriormente, la recomendación de ver Star Wars: Clone Wars no podría ser más directa.