El episodio que The Walking Dead nos dio esta semana es perfecto. ¡Ya, ya, tranquilos! Sé que es más que probable que muchos estén en total desacuerdo, pero déjenme explicarles. Si al final de la reseña aún quieren lanzarme al fuego, les doy permiso… bueno, no, pero tienen todo el derecho a opinar lo contrario. Y, por cierto: habrá «spoilers«.

En términos literarios, se define al cuento como una narración focalizada. Todo lo que nos enseñaron en el cole, que tiene pocos personajes, pocos hilos narrativos y es breve, tiene que ver con la focalización. Mientras que la novela se permite expansión y digresión, el cuento se concentra en un acontecimiento o en muy pocos. Bajo esta premisa es que «Hostiles and Calamities» me pareció perfecto.

Aunque hemos tenido otros episodios muy focalizados en determinados personajes (caso muy reciente el de Tara, un poco menos el de Morgan), por lo general pecan por ralentizar la narración con historias personales que, en el mejor de los casos, le dan volumen al personaje o, en el peor, simplemente estiran la historia hacia los lados, no hacia adelante, que es lo que todos queremos. En esta ocasión, el enfoque dual resultó gratificantemente efectivo en tanto los hechos permitieron profundizar en la psicología de los personajes de turno y sentar buenas bases para hechos futuros en la narración macro.

La llegada de Eugene al Santuario no fue nada fácil

Por un lado, tenemos a Eugene, un personaje cuyo potencial no siempre es explotado. Relegado a un segundo plano desde hace más tiempo del que soy capaz de recordar, por fin tuvo otra oportunidad para sobresalir. Sobre la particular personalidad de este hombre podemos decir que obliga a los escritores a crear situaciones verdaderamente originales. Los momentos con las esposas de Negan fueron de lo más entretenido, Atari y tarareo de la Obertura 1812 incluidos.

Más allá de esos momentos pintorescos, resalto el proceso de adaptación, la manera en que el «ingeniero» se las ingenió para imponerse en el Santuario y darse su lugar entre sus enemigos. Porque claro, el episodio está hecho para crear ambigüedad con respecto a si Eugene se entregó a Negan o le sigue siendo fiel a Alexandria, pero creo que es prácticamente un hecho que todo se trata de un engaño para mantenerse con vida y, de paso, contraatacar de acuerdo con sus posibilidades. Porque sí, está colaborando, la idea de bañar a los caminantes en metal representa una ventaja para los Salvadores en los encuentros por venir, pero hay que recordar las pastillas venenosas, aún sin utilizar. Claro que el hombre con el mejor cabello de la serie se veía muy cómodo con sus videojuegos y el empoderamiento que su conocimiento le permite… ¿será posible que…? No, no creo… pero ¿qué quería decir con que siempre fue Negan, incluso antes de… conocer a Negan?

Dwight: con corazón, pero dispuesto a todo con tal de asegurar su bienestar.

Por otro lado, Dwight. Como todo el mundo, yo también he deseado un final macabro y doloroso para este tipo, quien se atrevió no solo a traicionar cobardemente a Daryl, sino a dispararle y a torturarlo durante su estancia en el Santuario. Sin embargo, su obsesión por usar cosas del propio Daryl y el desigual triángulo que conforma junto a Negan y Sherry siempre me intrigó. ¿Quién es este tipo?, ¿cuál es la razón de sus obsesiones? Pues bien, ya sabíamos que Sherry había accedido a convertirse en esposa de Negan con tal de salvarle la vida, pero ahora sabemos más: su desprecio por Daryl radica en que el alexandrino le recuerda a su propio ser antes de Negan. La escena de la casa, por mucho que despreciemos a Dwight, fue conmovedora y desoladora, una muestra más de lo terrible que puede ser este mundo, no tanto por la presencia de los muertos, sino por lo que esta consigue provocar con las relaciones interpersonales.

Y por si fuera poco, tras humanizar a Dwight mostrándonos su lado más sensible y explicarnos parte de su proceder, de nuevo atestiguamos su capacidad de manipulación y distorsión de la realidad en pro de favorecer sus intereses. La traición al doctor fue como caer a tierra de golpe: sí, Dwight tiene sentimientos, pero no ha dejado de ser el que conocemos. Puntos adicionales por la manera en que Negan ejecutó al médico: brutal, inesperada y, por lo que recuerdo, inédita.

Ambos protagonistas cerraron el episodio. Las líneas, finalmente, se cruzaron.

¿Dónde nos deja todo esto? Con Eugene infiltrado y bien colocado se abre un panorama muy interesante: o bien resulta un aliado inesperadamente útil para Rick y Alexandria, o se convierte en el nuevo elemento de los Salvadores. Aunque, insisto, me inclino por la primera, no deja de existir la posibilidad de una traición, lo que sorprendería hasta a lectores del cómic. Con todo, que se mantuviera fiel sería digno de verse también, pues está justo en la guarida del enemigo. Dwight, por su cuenta, probablemente está alimentando resentimientos. Después de todo, mi teoría de que él mismo había procurado la libertad de Daryl se fue por el caño; en realidad fue Sherry y esto, con seguridad, solo aumenta el desprecio hacia nuestro motorizado. Qué se gesta en esa parcialmente quemada cabeza está aún por verse.

El final me encantó. Como para cerrar de la mejor manera, los dos protagonistas terminaron reunidos a las puertas del Santuario. Eugene y Dwight, dos personajes que posiblemente no podrían ser más antagónicos pero que, de una u otra manera, terminaron bajo la sombra de Negan, compartiendo esa difusa identidad que, concentrada en el déspota que todos odiamos, se diluye entre sus súbditos manteniendo unida a su comunidad. «Somos Negan», sentencia uno, al o que el otro responde con un «sí…» que, más que seguro, suena resignado.

Buen desarrollo de personajes secundarios sin alejarnos demasiado de la historia principal. De eso se trató este episodio. No vimos a Rick ni a ningún otro de los principales; Negan, aunque estuvo, no fue el protagonista y, aún así, el episodio se las ingenió para desarrollarse con calidad y dejarnos una serie de preguntas que, no es por defraudar a nadie, pero no creo que se respondan hasta la próxima temporada.

Y con esa sensación, quedamos a la espera del último tramo de la temporada. Sí, ya se ve la oscuridad al final del túnel. Cinco episodios más y será, nuevamente, hasta octubre. Ojalá y lo mejor esté aún por venir.

 

 

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