¡Mis disculpas, amables lectores! La semana pasada, por razones más allá de mi control (la vida… y eso) no pude contribuir mi reseña del episodio 12 de la séptima temporada de nuestra querida The Walking Dead. Sin embargo, esta semana los compensaré con una reseña doble en que comentaré tanto el 12 como el 13. Como siempre, cuidado con los spoilers si no han visto dichos episodios.

Mi intención al titular esta doble reseña no es solo referenciar el escenario en que se desarrolló la mayoría del doceavo episodio, sino comentar de paso la constante oscilación que la temporada ha experimentado con respecto a la calidad de sus episodios. Si bien en términos generales esta séptima temporada podría catalogarse como «buena», es innegable que hemos notado un constante ir y venir, como si fuera difícil hilar al menos dos buenos episodios y por cada acierto tuviéramos que sufrir uno o varios fallos.

Rick y Michonne se divirtieron de lo lindo en su viaje por carretera.

«Say yes«, episodio 12, es uno de esos fallos. Tras el excelente drama de personajes que fue «Hostiles and Calamities«, lo que nos ofrecieron fue una especie de roadtrip entre Rick y Michonne quienes, muy a pesar de la desesperada circunstancia en que se encuentran, hallaron momentos para tener sexo y divertirse en medio del camino. Siempre me han parecido extrañas estas excursiones en parejas que realizan algunos personajes, pues consideraría que es peligroso e innecesario salir en un número tan reducido; verlos además tan relajados ya raya en el absurdo.

Salvo casos muy particulares como el de Glenn y Maggie, que se fueron construyendo desde un inicio, los emparejamientos en esta serie no dejan de sentirse forzados. El de Michonne y Rick es una relación creada de la nada entre personajes que tienen mucho de conocerse y que nunca habían mostrado interés amoroso  el uno en el otro, donde me parece que radica realmente el problema.

Michonne contempla lo que parece ser la muerte de Rick. Su mundo se viene abajo.

Volviendo al episodio, queda realmente fuera de lugar que Michonne y Rick se sientan en disposición de vivir una aventura de carretera considerando que 1. están en un mundo postapocalíptico donde pululan los zombis y 2. que Negan y los Salvadores los tienen debajo del zapato y prácticamente todo lo que consiguen termina en sus manos. Lo peor fue que se le dedicara un episodio casi entero a esa travesía, con todo y que el plan de liquidar a los caminantes y hacerse con sus armas prometía algo interesante, pero con todo el tema del venado (por favor, no me hagan hablar de la funesta calidad del CGI…) la posibilidad de una gran secuencia de acción se diluyó.

Con todo, el episodio tuvo sus momentos, por ejemplo ese en el que Rick cayó cerca del puño de caminantes y, por unos segundos, Michonne creyó que se lo habían comido. No, yo no caí en la trampa; para esta altura, cualquier espectador debería tener claro que, por mucho que los creadores afirmen que nadie está a salvo, esta es la historia de Rick y sin él muy probablemente no habría más qué contar. Sin embargo, desde el punto de vista de Michonne (o de cualquier personaje) la muerte de Rick es una posibilidad completamente factible, por lo que fue interesante mostrar su reacción ante la idea de haber presenciado semejante evento.

De hecho, esto llevó a un muy buen diálogo, cuando Rick le comentó sobre la posibilidad de que la batalla que se avecina cobre su vida o la de la propia Michonne. Él está consciente de que la liberación que planea pasará la factura más alta que haya pagado hasta ahora, por lo que mejor preparó a su compañera.

Rosita y sus geniales ideas: pretende atacar a los Salvadores en una misión suicida junto con Sasha

En cuanto a los otros personajes, fue un alivio que Tara por fin soltara su información sobre Oceanside, mientras que el plan suicida de Rosita solo me hace desear que la maten de una vez, ojalá sin el consecuente sacrificio de Sasha, a quien involucró en su necedad. La iniciativa no tiene pies ni cabeza y solo me interesaría verla si va a representar la muerte de una de las dos, cuando menos para darle drama al asunto.

Ahora bien, tras el bajón de ese episodio, tuvimos otro excelente ascenso con «Bury me here«. Aquí pudimos ver los acontecimientos que determinaron que Ezekiel y su Reino se involucren definitivamente en la lucha contra los Salvadores.

Richard y Morgan tienen historias más cercanas de lo que parece.

Richard se consolidó como uno de los personajes secundarios más interesantes de esta temporada. No tuvo mucho tiempo para desarrollarse, pero fue de esos casos que, a pesar de ello, cumplen con su propósito y de gran manera. Desde un principio él quería pelear, pero las múltiples barreras que lo detuvieron lo obligaron a utilizar un recurso extremo: sacrificarse a sí mismo con tal de provocar al enemigo. Claro, de alguna manera los Salvadores siempre se las ingenian para hacerle otro giro al rizo y cambiar el juego, lo que le costó la vida a Benjamin.

La reacción de Morgan fue sencillamente brutal. Me encantaron esos fugaces flashbacks en los que pudimos ver a su esposa y a su hijo Dwayne, con escenas de los primeros episodios. Este tipo de referencias al pasado que conocemos son magníficas pues brindan una continuidad que no siempre se siente en la serie. Por lo general se mencionan poco o nada situaciones pasadas, por lo que es complicado sentir la carga existencial que estos personajes llevan encima. De ahí que este tipo de referencias sean tan impactantes; ojalá y viéramos más momentos similares.

La conversación entre él y Richard, cuando este último contó su historia, fue intensa en tanto se rebeló que ambos personajes han pasado por experiencias sumamente similares. Este acercamiento hizo que la decisión de Morgan de matarlo tuviera un peso muy inesperado. Tal como se lo dijo el propio Richard, llegaría el momento en que tendría que matar, era inevitable. En efecto, lo fue, pero lo que Richard no podría imaginar (y yo, francamente, tampoco) era que le tocaría ser esa nueva víctima. Como los mejores momentos de la serie, fue intenso y trágico en el sentido más clásico de la palabra, pues se sintió como algo que estuvo decidido desde siempre.

La hora de matar llegó para Morgan.

Por otro lado, asistimos al despertar de Carol. Atormentada por sus sospechas de que algo extraño estaba ocurriendo, acudió a Morgan por información, pero este trató de liberarse de la tarea de dársela. Finalmente, tras la muerte de Benjamin y Richard, Morgan consideró que era suficiente y le contó todo. Francamente, yo hubiera preferido que otro personaje, Daryl o el propio Rick, tal vez, fuera el que le contara a Carol, simplemente porque era más efectivo que le informara alguien que hubiera presenciado los acontecimientos. Morgan no estuvo ahí y lo que sabe, lo sabe porque se lo contaron. No obstante, Carol tenía que saberlo y ya salimos de eso.

Así, la iniciativa de Carol, sumada a la muerte de Benjamin, resultó ser lo que convenció a Ezekiel de unirse a Alexandria en la lucha contra los Salvadores. Este hecho también me pareció un poco simplón, pues es difícil aceptar que la muerte de un solo individuo moviera al rey de esa manera. Sin embargo, es un hecho que Benjamin le era muy querido y que, hasta el momento, la relación con los Salvadores no les había costado muertes significativas a los del reino. Será rey, pero Ezekiel es humano también y ese era el empuje que necesitaba.

Carol, por fin, se reincorpora a la lucha.

Definitivamente, este episodio se cuenta como uno de los mejores de la temporada, con todo y que no tuvimos a Rick ni a muchos de los otros personajes centrales. Esto no deja de preocuparme, puesto que queda una vez más en evidencia que la serie, probablemente, está lidiando con más personajes de los que puede controlar. Por poner un caso, Heath es un elemento muy presente en el cómic, ya que se convierte en un bastión de los alexandrinos. Sin embargo, en la serie nunca llegó a ese estatus y, más bien, fue hecho a un lado por completo; otro caso similar es el de Jesus, quien también reviste gran importancia en el cómic y, aunque en la serie ha tenido muchas más prominencia que Heath, sigue siendo un personaje ocasional y con reducida participación. Tal vez, los episodios por venir reduzcan el número de personajes considerablemente, lo que podría significar un bien para la serie narrativamente hablando.

Mención aparte para la escena en que Carol, con la ayuda de una señal de tránsito, se deshizo de un grupo grande de caminantes. Una vez más, esta mujer hizo gala de su excelencia para la estrategia y la defensa personal. Veremos si, a futuro, tiene oportunidad mostrarlas contra los Salvadores.

Habrá que ver que pasa, pero de momento quedamos en un punto alto tras este excelente episodio, por lo que me preocupa que el que viene vuelva a representar un bajonazo. Esperemos que no. De todas maneras, se aproxima el final de temporada, del que no sé qué esperar, pero me aferro a la posibilidad de algo grandioso. Veremos, pues.

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