Francamente, creo que no pude encontrar una mejor manera de titular esta reseña. La semana pasada la temporada empezó con una nota ciertamente diferente a lo usual, en tanto el episodio se contó con una estructura no lineal y la mezcla de, por lo menos, tres tiempos narrativos. Curiosamente, esta semana la tónica continuó, mostrándonos lo que me atrevo a decir que es el episodio más desconcertante a la fecha. Sigan leyendo bajo la advertencia de que se vienen spoilers.

«The Damned» se dividió en cuatro líneas narrativas que entraron en materia sin brindarnos ninguna clase de contexto. Es imposible saber si estos eventos ocurrieron inmediatamente después de los del episodio anterior, si ocurrieron durante o si pertenecen a un futuro cercano. Lo más que podemos concluir es que la Alianza (Alexandria, Hiltop y El Reino) parece estar presionando su ofensiva contra los Salvadores.

Erick y Aaron presionaron a los salvadores, aunque el precio podría ser elevado…

Por un lado, un grupo dirigido por Aaron atacó un depósito donde un grupo de salvadores, inéditos hasta el momento, se encontraban preparando armas y almacenando combustible. En este frente no vimos más que un constante intercambio de disparos y un plan muy interesante, que consistía en ir eliminando enemigos poco a poco y dándoles tiempo de revivir como caminantes, de modo que, como dijo Aaron, la situación «se solucionaría sola». Como bajas interesantes, Francine y Tobin fueron heridos, al igual que Erick, quien fue auxiliado por Aaron en la última escena de este apartado.

Un segundo hilo, tal vez el más confuso, nos mostró a Carol, Ezekiel y los de El Reino, en principio recuperándose de lo que parecía ser una gran explosión y posteriormente persiguiendo a alguien. El rastro de sangre los llevó tras la pista del escurridizo personaje, quien finalmente fue capturado por Shiva y no conseguimos ver de quién se trataba. Porqué El Reino se concentraría en perseguir así a un solo salvador es algo que está por verse. Al menos, las conversaciones entre el Rey y Carol fueron interesantes y nos hablaron un poco más de la filosofía de aquel, quien decide siempre sonreír ante cualquier situación, por más comprometida que sea. Hasta Carol se contagia de la sonrisa al final. Dejándonos de varas, Ezekiel es uno de los personajes más carismáticos de los recientemente aparecidos.

Ezekiel y Carol lideraron a El Reino en una misión confusa

Un tercer grupo, liderado por Jesus, Tara y Morgan asaltó el puesto de avanzada que alguna vez asaltó Rick con los alexandrinos. Sí, el de las antenotas, donde Glenn vio por primera vez fotos de gente cuyas cabezas habían sido despedazadas con cierto bate envuelto en alambre de púas

Este frente fue también dinámico y cargado de acción, pero mostró una situación que ya pasó de ser frustrante a ser de plano innecesaria; me refiero a la goma moral que le dio a Jesus encontrarse a un salvador desarmado y orinado metido en un armario. Como recordará quien venga siguiendo la serie desde el principio, desde Dale hasta Carol, pasando por Hershell y Morgan, muchos personajes se han cuestionado la necesidad de matar. El propio Rick se resistió a hacerlo hasta que comprendió que en ese mundo no queda otra opción que matar para no morir. Así, el tema se ha ido desgastando de tanto sacarlo a colación y lo ÚLTIMO que necesitamos es que, en plena guerra, Jesus comience con lo mismo. Lo peor fue que, incluso tras descubrir que el tipo era un mentiroso y solo los trataba de manipular, Jesus se empeñó en dejarlo con vida. Ojalá que perdonar a ese y a todos los que perdonó al final no se vuelva en su contra.

Morgan, de nuevo, entre la espada y la pared

Mención aparte merece Morgan en modo asesino. En una inesperada vuelta a su brutalidad anterior, el hombre olvidó sus reparos y entró en una especie de trance en el que eliminó a muchos salvadores por su propia cuenta. Esta inestabilidad mental me recuerda mucho a la que vive Morgan poco antes de su muerte en el cómic, por lo que no me extrañaría que pronto lo veamos partir en la serie.

Por último, Rick y Darryl protagonizaron su propio escenario, atacando una mansión en busca de armas. De qué mansión se trataba… también quedó en veremos. Por lo visto, la información sobre el lugar fue suministrada por Dwight, quien, como es sabido, está trabajando como infiltrado. Este segmento del episodio nos mostró un intenso combate entre Rick y un salvador anónimo que le salió muy respondón, así como una escena dura y conmovedora; me refiero a cuando Rick encontró a una bebé dormida en su cuna, la cual al parecer era cuidada por el tipo al que acababa de matar.

¿En qué te has convertido, Rick, después de tanto tiempo?

El momento fue intenso en tanto nos puso frente a un dilema horrible e irresoluble, pues no importa lo imperioso que sea derrotar al los salvadores, esa niña es completamente inocente. Sin embargo, aún respetando su vida, Rick la despojó de su familia o, al menos, de quienes la cuidaban. La actuación de Andrew Lincoln fue brutal en este momento, sobre todo cuando Rick captó su propio reflejo en el espejo, el cual pareció perturbarlo. Ese tipo de situaciones son las que hacen grande a esta serie.

El regreso de Morales. ¿Sabremos qué fue de su familia?

Y el episodio nos dejó en un nuevo cliffhanger que involucró un regreso muy sorpresivo. ¿Se acuerdan de Morales? Si vieron la serie desde el día 1 y han repasado la primera temporada recientemente, probablemente sí. Se trata nada menos que de uno de los miembros originales del grupo de Atlanta, quien en su momento decidió partir por su cuenta con los suyos y no seguir a los protagonistas. Pues bien, la vueltas de la vida lo llevaron con los salvadores y a encañonar a Rick en este episodio. No puedo negar que el encuentro fue emocionante y trágico, en tanto el regreso de ese personaje por el que llevamos años preguntándonos no pudo ser más adverso a cualquier expectativa. No obstante, este tipo de giros a ratos se me hacen desesperados, como si la serie no tuviera manera de sorprender más que con regresos como este, interesante pero tan pospuesto que no pesa narrativamente. Eso sí, habrá que esperar para ver si obtenemos de alguna manera la historia de lo vivido por Morales desde que dejó al grupo, lo cual podría arrojarnos respuestas interesantes.

Pues bien, la octavada temporada parece estarse atreviendo a experimentar y jugar con el tiempo y la narrativa, lo cual no es muy común en la serie y se agradece. Sin embargo, en esta ocasión parecen haber cruzado una línea en tanto prepararon un episodio cuyo contexto y ubicación temporal son casi imposibles de comprender. Durante todo el metraje pasé tratando de entender dónde nos encontrábamos, sin conseguirlo. Es un hecho que los próximos capítulos proveerán dicho contexto, pero ojalá el rizo no se haya torcido tanto para entonces que sea imposible desenredarlo.

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