Ahora sí: volvió The Walking Dead. Rick y compañía están de vuelta y de qué manera. El noveno episodio de la sexta temporada, titulado «No way out» fue un festín de emociones, acción y momentos épicos que califican como de los mejores de toda la serie, todo lo cual pasamos a comentar. Ojo porque habrá «spoilers» en esta reseña. Si no ha visto el episodio y quiere sorprenderse, marque esta página en «favoritos», vaya véalo y vuelve.

En primer lugar, tuvieron la bondad de arrancar justo donde nos habían dejado en la pausa de fin de año: con Daryll, Sasha y Abraham frente a los primeros emisarios de Negan. La arrogancia y frialdad de estos últimos sirvió como una escalofriante advertencia de lo que está por venir y la tensión alcanzó niveles casi insoportables cuando pareció que Sasha y Abraham no saldrían bien librados. El bazucazo de Daryl fue tan sorpresivo como impresionante, una excelente manera de resolver una situación que parecía perdida hace rato. Ese fue el primer momento álgido del episodio, apenas a cinco minutos de iniciado.

Walkers - The Walking Dead _ Season 6, Episode 9 - Photo Credit: Gene Page/AMC
Los hombres de Negan amenazan a los sobrevivientes. Foto: AMC

 

De ahí en adelante, la acción se concentró en Alexandria y las batallas por sobrevivir de cada grupo de personajes. Por un lado, el grupo de Rick, compuesto por Michonne, Carl, Judith, Gabriel, Jessie, Sam y Ron, a quienes dejamos embarrados de entraña de caminante intentando infiltrarse en la horda. Pues bien, lo que se insinuó en el último espisodio terminó ocurriendo: Sam, impactado por su entorno, finalmente no pudo más y, sin que quedara muy claro cómo, se delató ante los caminantes, que lo devoraron. Esto provocó la consiguiente muerte de Jessie, consumida también, y la de Ron, atravesado por Michonne para evitar que el joven le disparara a Rick.

Lo más interesante de esta trágica secuencia fue todo lo que provocó que Sam se quebrara: por un lado, la visión de un niño infectado caminando entre el montón; por otro, las palabras con que Carol lo amenazó tiempo atrás y que se escucharon en off en la escena. Aunque nadie podría negar las buenas intenciones de Carol (además de lo irritante que era el mocoso), resulta interesante cómo sus palabras terminaron teniendo tanto peso, provocando no una, sino tres muertes. No creo equivocarme al afirmar que Carol es el personaje que ha sufrido el cambio más marcado en la serie. Apenas puedo recordar a la mamá de Sofía que le tenía miedo a su esposo.

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Sam es devorado ante los ojos de Jessie. Foto: AMC

Como dije, Michonne evitó que Ron le disparara a Rick, pero no evitó que disparara de todos modos. El tiro fue a dar al ojo derecho de Carl, en lo que estoy seguro de que fue de las escenas más traumantes para los espectadores que no leen el cómic. Si bien no ocurre de la misma manera, el evento proviene de la fuente, en la cual es igualmente impactante.

Por otro lado, Tara, Rosita, Eugene, Carol y Morgan permanecían en el sótano donde el último tuvo encerrado a un miembro de los lobos. La interacción entre este y Denise, la doctora que se llevó como rehén, permitió vislumbrar un intenso conflicto moral entre ambos, quienes trataron de sumar al otro a su causa y se ayudaron mutuamente en determinados momentos. Finalmente, el lobo cayó bajo las balas de Carol, quien ignoraba todo lo que ocurría y solo pensó en salvar a Denise, que no dudó en dar el asunto por superado y continuó hacia la enfermería.

Glenn y Enid, por su parte, idearon un plan para salvar a Maggie, quien había quedado aislada en uno de los andamios adheridos a los muros. Su presencia en el episodio no fue tan predominante como la de otros personajes, pero el que Glenn quedara atrapado al atraer a los zombis hacia sí permitió otro de los momentos épicos del episodio, cuando la horda que lo acechaba sucumbe bajo las balas de Abraham y Sasha, quienes regresaron justo a tiempo. Por un instante creí (otra vez) que perderíamos al repartidor de pizzas, pero parece que este solo acaba de usar su octava vida.

El climax del episodio no pudo ser más emocionante: Rick, tras dejar a Carl en manos de Denise en la enfermería, salió a enfrentarse a la horda sin más ayuda que su machete. Michonne se le unió poco después, así como Carol, Morgan, Rosita, Tara y el propio Eugene, que no salió sin soltar una épica referencia a las futuras narraciones que se harían sobre esa noche. Poco a poco el grupo creció gracias a los habitantes de Alexandria que vieron desde sus ventanas como Rick y compañía ejercían resistencia y decidieron salir a ayudar. Daryl contribuyó con un truco que salvó la noche: tras llenar la acequia con combustible del tanque de su caminón, disparó otro bazukazo sobre el agua, con lo que provocó un fuego que atrajo a los caminantes, aliviando la presión que amenazaba con ahogar al grupo de Rick. La edición a lo largo de esta secuencia (sobre todo hacia el final) fue sencillamente excelente, con cortes abruptos que fueron poco a poco mostrándonos a cada personaje acabando con los caminantes que se le metían por delante.

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Daryl salva el día. Otra vez. Foto: AMC

Con esta vibrante batalla el episodio mostró cómo los habitantes de Alexandria, apropiadamente motivados, son capaces de defender su hogar, lo cual Rick le expresó al convaleciente Carl quien, como sabían también quienes leyeron el cómic, sobrevive a la pérdida de su ojo. Me interesa mucho ver cómo van a manejar la nueva condición de Carl: ¿lo maquillarán constantemente o lo solucionarán con un parche la mayoría del tiempo? Habrá que ver.

Sin lugar a dudas, este se cuenta como uno de mis espisodios favoritos de TODA la serie. Fue una excelente manera de reiniciar la temporada y sentar las bases para lo que viene. Además, se la jugó para incorporar a TODOS los personajes de maneras dinámicas y que sumaron a la narrativa central; teniendo en cuenta la cantidad de protagonistas, esto no es fácil de lograr y este episodio lo hizo perfectamente. Aplausos para el guionista. Alguien dirá que faltaron muertes para que fuera un gran episodio. Estoy de acuerdo en que no murió ningún personaje central y que es poco verosímil que en tal desmadre no muriera casi nadie, pero Jessie fue una pérdida considerable para Rick y pues, dejémonos de varas: también es bonito que ganen los buenos de vez en cuando. Sobre todo teniendo en cuenta que, por lo visto, Negan está a la vuelta de la esquina….

Acción, emoción, bazukazos, excelentes diálogos, participación de todos los personajes y montones de caminantes… no se me ocurre qué más se le puede pedir a un episodio de esta serie. Lo único que me preocupa, y que no tiene que ver exactamente con el episodio en sí, es cómo se manejará el resto de la temporada, puesto que este episodio fue un cierre para el arco que quedó pendiente de la primera mitad. Ya cerrado ese capítulo, ¿qué sigue?, ¿relleno?, ¿unos dos o tres espisodios sosegados?, ¿Negan, de una vez? No soy de quienes piensan que esta serie ha llegado a «estancarse», pero no me gustaría que se haya quemado toda la pólvora de una vez. Como siempre, veremos qué nos depara el futuro.

¿Qué opinan?, ¿estuvo tan buena la vuelta de la sexta temporada de The Walking Dead?, ¿qué les gustó?, ¿qué le faltó? Dígannos en los comentarios.

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