Esta semana, The Walking Dead dedicó su episodio al cautiverio de Daryl, hecho que podía preverse teniendo en cuenta que la semana pasada nos mostraron la situación de Morgan y Carol, totalmente alejada de lo que pasa en Alexandria. El recurso de la historia dividida en varios hilos narrativos funcionó muy bien la semana anterior, pero tal vez la adición de un tercer hilo no fue tan efectiva. Pasamos a comentar, no sin antes recordar que los spoilers serán tan amenazantes como las bocas de los caminantes. Advertidos…
Titulado «The Cell«, el episodio nos mostró el tratamiento personalizado que está recibiendo Daryl por parte de los Salvadores. En síntesis, está como en la cárcel, pero peor: encerrado, pobremente alimentado (con sánguches de comida para perro, nada menos), golpeado, a oscuras y sufriendo un tipo de tortura muy especial, pues cada vez que quien le lleva su alimento se va, reinicia la reproducción de una desesperante canción pop, alegre y ruidosa.
El encargado, claro, es Dwight. En realidad, creo que lo mejor de este episodio fue el contexto que se le dio a este personaje, pues ya se estaba convirtiendo en el tipo al que uno odiaba simplemente por haberla agarrado contra Daryl. Claro, es desesperante esa estúpida e inexplicable competencia que el mae montó contra el menor de los Dixon, máxime cuando lo vemos no solo usando la ballesta, sino andando en la moto y vistiendo el chaleco de las alas; pero conocer su historia y la manera en que fue sometido por Negan le otorga profundidad, así como nos permite comprender un poco su situación y, de ser el caso, juzgarlo con fundamento.
Y es que su situación es, precisamente, una muy complicada. Negan no solo lo obligó a cederle a su esposa (lo cual es solo un eslabón de una retorcida cadena de posesión sexual), sino que le quemó la cara con una plancha, a manera de manifestación de autoridad. En la escena en que fue a «recuperar» a un recluta fugado, pudimos comprender cuál es la esencia de su conflicto: con tal de conservar su vida, Dwight cedió absolutamente todo, desde su pareja hasta su dignidad, pues según su percepción, más vale la «seguridad» que brinda Negan que el caos absoluto en que quedó sepultado el mundo. Adicionalmente, he de señalar que la escena en el puente, cuando andaba buscando al fugado y literalmente le llovieron caminantes, fue excepcional.
Esta noción de las cosas choca fuertemente con la de Daryl, quien insiste en no arrodillarse ante nadie. Particularmente ilustrativa a este respecto fue la escena en que Negan le preguntó, por segunda vez, quién es. Ante esa pregunta, todos sus hombres responden «Negan», haciendo eco de lo que vimos la temporada anterior cuando Rick preguntaba quién era Negan y todos respondían «yo». Sin embargo, a pesar del maltrato y la tortura, nuestro muchacho simplemente contestó «Daryl». Habrá que ver si el joven se mantiene en esa posición, aunque si no cedió ni porque Dwight le echara la culpa de la muerte de Glenn (foto de su cabeza destrozada incluida), no parece que lo vaya a hacer por nada.
Muy bien pero, ¿qué fue lo que, según yo, no funcionó? En primer lugar, extrañé mucho que aún no mostraran nada de lo que pasa en Alexandria tras la masacre de Negan. Comprendo que la intención es mantener la historia dividida en tres frentes, para jugar así con la linealidad que vemos usualmente en las temporadas. Sin embargo, este se me hizo tan repetitivo que no dejé de pensar que bien, bien pudieron incorporar algunas escenas de lo que está pasando con Rick y los demás. Claro la repetición constante podría tomarse como un reflejo de lo que está pasando el propio Daryl: viéndolo una y otra vez en la celda, recibiendo un pan embarrado de comida para perro tras otro, sentimos en cierta medida su predicamento. Pero… no sé, el episodio se me hizo cansado y se pudo dinamizar un poco más.
Además, si bien Dwight recibió una nueva capa como personaje, el enfoque sobre él no permitió que el vistazo al cuartel de los Salvadores fuera tan efectivo. Vimos a los caminantes en la entrada, pero no quedó muy claro de qué se trata ese proceso de echar ahí a unos cuantos vivos con letras en el pecho. Algo supimos de la dinámica sexual de Negan, que otorga mujeres como premios, pero no se explicó a fondo su sistema (que, asumiendo que sea el mismo del cómic, es muy particular). Por último, vimos algunos sectores, pero nunca una toma panorámica o una serie de tomas que nos mostraran bien el lugar, así que su geografía y disposición urbanística aún están por verse. Claro que este lugar saldrá mucho más en la temporada, pero creo que se perdió la oportunidad de establecerlo bien en el primer momento en que lo vimos.
«The Cell» fue, pues, un episodio de personaje y establecimiento de cosas por venir. Queda para el futuro qué pasará con Daryl, de qué manera maneja Rick la nueva situación en Alexandria y si Maggie y Sasha lograron llegar a Hilltop. Manténgase en sintonía para averiguarlo.
