Siguiendo con la tónica de la semana anterior, la séptima temporada nos presentó un décimo episodio cargado de tensión y desarrollo narrativo, el cual pasamos a comentar con la usual advertencia: ¡SPOILERS!
Afortunadamente, de nuevo pudimos ver algo de todos los personajes, con la excepción reiterada de Negan y sus hombres importantes. Al respecto quisiera señalar algo que olvidé la semana pasada: contenerse así de mostrar a Negan funciona muy bien en dos direcciones, pues por un lado evita que su comportamiento termine cansando al espectador y, por el otro, genera una calma traicionera que puede esconder más atrocidades por venir. Tras dos episodios sin verlo, un nuevo hecho sangriento de su parte tendría mucho más peso.
Hablando de quienes sí aparecieron, la estadía de Daryl en El Reino generó una interesante interacción con Richard. Si bien la situación se desarrolló muy rápido, me encantó la reacción de Daryl al enterarse de que la víctima del plan de Richard no era otra más que Carol. Incluso, me sorprendió que el súbdito de Ezekiel terminara comprendiendo que estaba pidiendo más de lo debió, pues no insistió en la pelea. Hace mucho sabemos que Daryl tiene sentimientos especiales por Carol, pero fue grato verlo defenderla de esa manera, llegando a los golpes y mostrándose inflexible. Por otro lado, la situación nos permitió conocer un poco más a Richard, quien está dispuesto a arriesgarse mucho y sacrificar lo que sea por el bien mayor.
Por su parte, Rick resolvió su situación como siempre le toca hacerlo: con el máximo riesgo. Sinceramente, me atrevo a decir que Winslow es el caminante más aterrador que se ha visto en la serie. Este es uno de esos casos en que, como me comentó un amigo, la serie nos muestra un elemento prácticamente fantástico a pesar de las limitaciones «realistas» del mundo narrado. Claro, el bicho no era más que un caminante como cualquiera, pero el «tratamiento» al que fue sometido lo volvió tremendamente intimidante, por no agregar que muy difícil de vencer también. Me fascinó la manera en que Rick se las ingenió para acabarlo, con la muy oportuna sugerencia de Michonne, quien le indicó que usara los muros en su provecho. Lo único que reclamo es el hecho de que no se viera cómo Rick lo liquidó; la verdad, con todo lo que hemos visto en esta serie, se me escapa cuál sería la razón para no mostrar el golpe de gracia.
La situación con respecto a la nueva conmunidad está interesante… aunque no puedo evitar sentirme ligeramente confundido. Jadis, la enigmática líder, le aclara a Rick que quieren armas a cambio de su ayuda… pero por lo que se vio, ellos tienen más armas que los mismos alexandrinos. Además, conseguir armas, más que un requerimiento nuevo que cumplir, es una necesidad de siempre, una que ya tenían Rick y los suyos, por lo que me parece un poco extraño que esa sea la condición de los nuevos aliados. En todo caso, me agrada que, por lo visto, Tara esté por sugerir una visita a Oceanside, la comunidad mayoritariamente conformada por mujeres en la que estuvo recluida episodios atrás. De esta manera, las comunidades se van entrelazando y el «ejército» opuesto a los Salvadores va creciendo.
La resolución del enigma de Gabriel fue, a mi criterio, el punto bajo, aunque no tanto por lo que vimos en este episodio, sino en el anterior. En tiempos recientes, la serie ha pecado al manipular truculentamente lo que vemos para confundirnos (como en la inolvidable escena de Glenn, Nicholas y el tarro de basura…), lo cual me parece que se volvió a hacer con la secuencia del religioso cargando provisiones y escapando en carro de Alexandria. Era muy probable que la persona infiltrada del exterior tuviera algo que ver, pero resultó artificial y poco convincente que simplemente no se mostrara nunca y luego Gabriel dijera que alguien lo obligó a hacer todo. Al menos pudimos verlo tomando acción finalmente, con lo que probó que no ha perdido sus deseos de apoyar a Rick.
Otro gran momento del episodio fue la reunión de Daryl y Carol. Por supuesto, cada vez que estos dos se reencuentren habrá muchas emociones de por medio, pero en esta ocasión destaco la secuencia por la claridad con que el personaje de Carol quedó retratado. Aunque en otras ocasiones se habían ensayado explicaciones, es hasta ahora que comprendo lo que pasa con ella: es tal su facilidad para quitar vidas que teme haber perdido por completo su humanidad, por lo que prefiere mantenerse alejada del combate, donde sabe que arrarsaría con quien se pusiera en frente. Esta situación, ya bien explicada, me parece muy interesante, pues resulta natural en un personaje como Carol, que pasó de mujer indefensa a máquina de matar. Semejante cambio tenía que provocar consecuencias tarde o temprano y parece que la hora llegó. De nuevo, tengo la sensación de que el personaje no durará mucho más. Seamos francos: una muerte heroica tras finalmente decidirse a pelear sería una manera muy digna de retirarla de la serie.
Que Daryl decidiera no contarle sobre las muertes recientes me pareció muy comprensible también. Me sorprendió, pues Daryl por lo general parece alguien muy aferrado a la realidad más concreta; sin embargo, considerando la situación de su amiga, entiendo perfectamente que quiera preservarle su retiro cuanto sea posible. Lo que me pone a pensar ahora es cómo reaccionará ella si llega a enterarse de la verdad…
Finalmente, Daryl dejó El Reino, lo que muestra su deseo de tomar acción cuanto antes y de dejar la protección del exilio. La verdad es que no se podía esperar menos de él, aunque ahora la pregunta es ¿a dónde se dirige?, ¿a Alexandria o a Hilltop?, ¿tal vez piensa pasar una temporada a la intemperie? La verdad es que no me extrañaría nada de Daryl, ni siquiera que su idea fuera regresar completamente solo al Santuario. Pero en fin, habrá que esperar para ver a dónde nos conducen todas estas historias. Lo cierto es que hay una notable tensión que se va acumulando capítulo a capítulo y que, como todo parece anunciar, reventará en algún momento. Lentamente pero la guerra, sin duda, se aproxima…
