Steven Spielberg es un genio, un tipo visionario que logró hacer de las películas un evento especial, logró crear mundos futuros, pasados y fantásticos en una forma única, todo lo que tocaba se volvía oro, un oro en todo el sentido de la palabra. Pues hace un tiempo el señor Spielberg, hizo un comentario tan radicalmente directo al corazón de una porción importante del fandom (grupo de fans de un tema en particular) de todo lo geek, así como interesante y abstraído del monstruo en el que se han convertido las películas de superhéroes.
He aquí una parte de la frase que usó para describir el futuro que él ve en las películas de éste género: “Estuvimos aquí cuando murieron las películas del viejo oeste (westerns) y va a llegar un día en el que las películas de superhéroes tomen el mismo camino”.
Para los que no dominan el término western o su significancia en la historia del cine, pues cabe decir que se han hecho más de mil películas estilo western o como también se les conoce: las clásicas películas de vaqueros. Éste género ha sido capaz de haber dado premios Oscar a luminarias del calibre de John Wayne y Clint Eastwood, además de ser el equivalente exacto a las películas de superhéroes modernas, los vaqueros eran los heroes de antaño.
Una frase que encierra una verdad reiterativa en este mundo es la que dice: “la historia no ha de olvidarse o será destinada a repetirse”. Con esto en mente, uno puede entender de donde viene la frase del señor Spielberg, no hay ni siquiera que irse tan atrás como los westerns, ya esto pasó una vez con las películas de superhéroes cuando Joel Schumacher llevó a Batman al olvido y las terminó de rematar Shaquille O’Neal con la abominación llamada: Steel.
Los inicios sin embargo de las películas de superhéroes fueron prometedores, se puede decir que tuvimos una pequeña muestra del potencial que se encontraba adormecido en un género inexistente como tal, pero en proceso de nacimiento. Richard Donner con su Superman the movie tomó al mundo por sorpresa, les prometió que iban a creer que un hombre podía volar y lo cumplió, sin embargo, cuando Hollywood vino a exprimir esa fruta dorada, la dejo seca y la desechó, hasta que Tim Burton apareció con un Batman nuevo, años luz lejos del de Adam West en los 60 y por ende dándole un realismo que nadie se imaginó posible. Estos dos fueron los primeros vuelos de prueba, el primero no llegó muy lejos, el segundo llegó más, pero el resultado fue el mismo.
La mayor crítica a voces que se le hace a la industria cinematográfica actual, es la de no tener ideas nuevas, o mejor dicho no darle a ideas nuevas la preponderancia que se le da a re imaginar ideas ya probadas exitosas. Los remakes están a la orden del día, todo lo que habita en los 80 y 90 es válido, todo los comics o anime o cualquier medio con una base de fans enorme es válido hoy día. El Hombre Araña de Chris Columbus abrió de nuevo las compuertas donde estaban las películas de superhéroes, y con las nuevas posibilidades tecnológicas toda esa represa de ideas, personajes e historias se desbordaron en un caudal que es imposible de contener o ver su final a como estamos hoy.
Pero todo caudal se acaba nos recuerda Steven (si me permito una desfachatez con la confianza) y cuando se hayan contado todas las historias y se hayan visto todas las combinaciones y por ende no sea más una forma de –prácticamente- imprimir dinero, pues ¿Qué? ¿Cuánto habremos de esperar la próxima moda?
Sin embargo, hay algo más básico y visceral en toda esta historia, hemos desarrollado la tecnología hasta un punto realmente increíble, ya no solo es asunto de contar una historia que conmueva, ya no se tiene que ser un tipo a caballo, solitario, mal encarado, justo o mujeriego, peleando con otros peores o iguales; ahora puede ser un tipo en un planeta alienígena peleando por evitar el fin del universo, los límites se podría decir quedan en los que se anclen a la imaginación. Pero bueno, y ¿qué pasa con la tecnología si no hay películas de superhéroes? ¿Se pasa a la ciencia ficción o la fantasía? Pues sí, pero ¿no es eso un superhéroe moderno? ¿Un tipo o tipa que utiliza la ciencia o la fantasía (o una combinación de ambas) para contar su historia? Pues sí, también.
Yo pienso que, a diferencia del western, no hemos todavía visto el final evolutivo de las películas de superhéroes, estamos en la fase de enamoramiento todavía, una fase en la que vemos en la gran pantalla a nuestros héroes de infancia, de adolescencia o de madurez en un formato completamente diferente y además mezclándose en forma espectacular con ese medio ajeno. Sé que toda fase de enamoramiento se transforma, en unos casos en distanciamiento, en otros en desenamoramiento pero en muchos otros se trasforma en una relación real, en parte de nuestras vidas y así la iremos viendo cambiar, adaptarse y crecer. Es por esto que me parece apresurado dar presagios buenos o malos, de momento y hasta el 2020, todavía quedan historias y héroes por redescubrir y quien sabe, tal vez historias y héroes por descubrir.
